Un Gobierno en funciones por los cerros de Úbeda

Quien nos iba a decir que aquella historia de la batalla de 1233 en Úbeda, entre cristianos y almohades, en época de la reconquista de las Españas, tuvieron lugar los hechos que pasarían a la Historia en forma de esa frase tan popular y conocida, porque poco antes de iniciarse el combate uno de los altos mandos del entonces rey Fernando III, el Santo, llamado Álvar Fáñez, conocido como «el Mozo» desapareció sin que nadie supiera donde había ido.

Y horas más tarde, una vez conquistada la ciudad y pasado el peligro de la lucha, «el Mozo» reapareció, y al preguntarle el rey dónde había estado durante la lucha, le dijo que se había “perdido por los cerros de Úbeda”. Como es de suponer, todos los combatientes y cortesanos del momento pensaron que fue una gran mentira para no aceptar su cobardía ante la dura batalla que se presentaba.

Pues bien, salvando las distancias, pero con connotaciones y semejanzas, la historia se vuelve a repetir. Y es que la reconquista y el “te quiero para mi” siguen siendo valores intrínsecos en la cultura política del estado español. Y así, después de un 28A ganador para la izquierda española, con un Pedro Sánchez victorioso, donde aquella misma noche electoral nos prometía un gobierno progresista, fuerte y dialogante, después de meses, nos ha abocado a una nueva contesa electoral, escurriendo el bulto de su responsabilidad para formar gobierno, a todos menos al PSOE.

¿Por qué lo habrá hecho?, ¿Por qué se ha ido por los cerros de Úbeda en un momento de tanta responsabilidad? ¿Será porque su gurú de Moncloa le advierte una brillante noche electoral el 10N? . Yo más bien advierto síntomas de no querer afrontar su responsabilidad o su cobardía ante un panorama político complicado: una economía que empieza a decaer, un bréxit que tendrá sus consecuencias directas, y sobre todo, la sentencia del procés dura a la que como gobierno debería dar respuesta.

Por eso, es mejor irse unos días por los cerros de Úbeda, mientras tanto a ver qué pasa. Y como estamos en campaña electoral, y se puede decir de todo y no pasa nada – cargar contra Podemos: “no me fío de darles ministerios porque no dormiremos tranquilos los españoles”; y si Cataluña se porta mal, porque casi no puede ni rechistar a una sentencia que enviará a gran parte de sus líderes independentistas años a la cárcel (bueno esto es un decir, porque ya llevan 2 años encarcelados preventivamente por dejar votar en Cataluña el 1 de octubre de 2017), está claro que votar es delito aunque no lo recoja el código penal.

Ante esta situación es más fácil esperar, no afrontar la responsabilidad de gobernar, y a partir del 10N, cuando todo ya esté nuevamente bien atado, ya decidiré con quién me junto y qué hago. Este es el diálogo que nos ofrece el PSOE, esta es la cultura de paz y convivencia que nos receta diariamente con el antídoto del 155 siempre presente.

Pues, aún así, vuelvo a decir lo que decía hace tiempo atrás: que ojalá las fuerzas de izquierdas sumen, para que de una vez por todas haya un gobierno en este estado, y no valen las excusas expuestas, sino que le exigimos a Pedro Sánchez que dialogue de verdad, que permita que en Cataluña podamos hablar de nuestro derecho a la autodeterminación porque no sólo es constitucional, sino un valor ético y legítimo de cualquier pueblo.

A nosotros, los republicanos catalanes, nos encontraran en el mismo sitio y con los mismos convencimientos de siempre. Seguiremos fehacientes al mandato de Cataluña y seguiremos trabajando para forjar mayorías de consenso para tirar adelante nuestro proyecto político, porque es democrático y legítimo; pero siempre, siempre, y lo saben muy bien, desde la paz, desde el diálogo, desde la democracia, y desde la suma y el consenso de mayorías sociales. Trabajaremos incansablemente para conseguir lo conseguido el 3O del 2017, y para que esas mayorías sean presentes y se amplíen. Y todo ello bajo los objetivos de amnistía, referéndum y República catalana.

Por ello, no se vayan por los cerros de Úbeda, bajen a la ciudad, a la realidad de mucha gente que no llega a final de mes, de miles de pensionistas que les exigen constantemente pensiones dignas, a la creación de empleo digno para nuestros jóvenes, a mejorar la dignidad de muchos de nuestros mayores, y también, a que se dialogue sinceramente con Cataluña, dejen de mirar hacia otro lado, y miren a la realidad.

Aquí siempre estaremos, y siempre nos encontrarán. Queremos un gobierno estatal de izquierdas; pero de izquierdas de verdad, que no flirtee con la derecha más rancia que sólo busca follón y espectáculos baratos; que no amenace, y sobre todo, que desde la serenidad, sea capaz de dialogar con Cataluña para resolver este conflicto político, y eso sólo pasa por las urnas.

A los republicanos, no nos dan miedo las urnas. Iremos tantas veces nos las pongan por delante, y ganaremos con el convencimiento que, desde la serenidad, la integridad, forzaremos y sumaremos aún mayorías más fuertes. Nosotros no nos vamos por los cerros de Úbeda, nosotros vamos a los cerros a veces– como a Montserrat el otro día- para pedir luz, no sólo para nosotros, sino para aquellos que no quieren escuchar. Seguiremos firmes, desde la paz, el diálogo y la serenidad, no vuelva a defraudar Sr. Sánchez al pueblo catalán una vez más.