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Un ensayo analiza la creación de la obra maestra de Joaquín Sabina en su 20 aniversario

El periodista Juan Puchades firma 19 días y 500 noches. Sabina fin de siglo

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análisis

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En 1999 Joaquín Sabina se encontraba en la cresta de la ola pero paladeaba un extraño sabor agridulce procedente del éxito de sus álbumes Esta boca es mía (1994) y Yo, mi, me, conmigo (1996), combinado con la indigestión que supuso aquel experimento junto a Fito Páez que fue Enemigos íntimos (1998). En esas se encontraba cuando se cruzó con Alejo Stivel y este le animó a saltar sin red: darle unas vacaciones a sus fieles escuderos Pancho Varona y Antonio García de Diego y afrontar la composición completa de un disco que resultara fresco y original, auténtico como ninguno hasta entonces. Y como quien no quiere la cosa, acabaron grabando uno de los trabajos más exquisitos de la música popular española de las últimas dos décadas.

“Con este disco Joaquín Sabina alcanzó la madurez como compositor, con una selección de canciones magistral”

Ahora que se cumplen veinte años de su lanzamiento, el periodista Juan Puchades, alma máter de la revista (y más tarde diario digital) Efe Eme, y ahora cruzado indomable de la aventura aún más quimérica que supone Cuadernos Efe Eme; Puchades, decía, acaba de publicar un volumen imprescindible para conocer la génesis y relevancia de aquel trabajo musical que acabó siendo bautizado como 19 días y 500 noches (BMG/Ariola, 1999).

Veterano curtido en ese arte cada vez más en desuso que es el periodismo de alta precisión, no digamos ya en el sector musical, Puchades construye el relato con voz autorizada a partir de recuerdos y confesiones de los principales implicados en aquel proyecto. Baste, para tener una idea del corte fino de su escalpelo, leer en las primeras páginas la respuesta del propio Sabina ante la duda del periodista al respecto de la influencia de la cocaína en el proceso creativo del disco. ¿Habría resultado igual sin ella? “No, absolutamente no. Ese punto de concentración obsesiva que da la coca es imposible de encontrar de otra manera. Durante unos años es una cosa estupenda para escribir canciones, luego no”, responde el artista.

Las 245 páginas de este libro, con su correspondiente cuadernillo de fotos, nos sitúan en los momentos previos a la génesis de la obra para comprender la llegada de la misma, y tras entrar cuchillo en boca a analizar cada aspecto, cada canción del álbum, cada arreglo musical, nos lleva a continuación a recorrer las giras a las que dio lugar aquel fenómeno discográfico.

Versiones, reediciones, el “segundo disco” nunca editado como tal… Puchades ofrece a los aficionados y los investigadores un riguroso repaso a todo lo que dio de sí aquel 19 días y 500 noches, trabajo con el que Joaquín Sabina alcanzó la madurez como compositor, con una selección de composiciones de un nivel de brillantez que nunca antes había logrado ni ha vuelto a repetir. No en vano, fue también en ese disco en el que se presentó por primera vez con su voz rasposa natural, sin pudor ni medias tintas, sin más intentos por hacerla más agradable al oyente medio.

19 días y 500 noches. Sabina fin de siglo, está publicado por Efe Eme dentro de su colección Elepé, serie consagrada a escrutar cada detalle de algunas de las obras magnas de nuestra música popular, como el Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat, el Blues de la frontera, de los Pata Negra, o el Rock & Ríos del rockero granadino. Desde estas líneas, nuestro apoyo a un proyecto tan estimulante, necesario y arriesgado como este en un país donde la cultura musical no termina de ser considerada y respetada más allá de los aforos líricos.

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