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Un delincuente, no un informante

Fernando Morillo
Fernando Morillo
Secretario de Comunicación de UGT Andalucía
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análisis

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Roberto Macías no es un informante, es un condenado por la comisión de un delito. El Juzgado de lo Penal número 15 de Sevilla condenó, el pasado mes de mayo de este año, a Roberto Macías a dos años de cárcel por un delito de descubrimiento y revelación de secretos, y por la posterior filtración a diversos medios de comunicación de documentos de UGT Andalucía de los que se había apropiado ilícitamente.

La sentencia establece que Macías se apoderó de dicha documentación y la dispuso para fines ajenos al desempeño de sus funciones, y la puso a disposición de algunos medios de comunicación. No descubre nada porque las actuaciones policiales y judiciales que afectaban a la UGT Andalucía ya estaban iniciadas –y el Sindicato estaba colaborando con la Justicia- antes de los hechos ilícitos cometidos por Macías.

Por esa razón, la sentencia cuestiona si las intenciones del condenado eran realmente las de alertar un supuesto caso de corrupción, en cuanto ha quedado demostrado que no utilizó en ningún momento los canales de denuncia previstos para ello en el ordenamiento jurídico, habiendo ofrecido la información a los medios de comunicación pero no a la Policía, juzgados o Fiscalía.

Es más, Macías recurrió esta sentencia, y el Fiscal impugnó ese recurso afirmando, textualmente, que “el condenado ni siquiera cumple con las condiciones para ser beneficiario” de lo establecido en la Directiva 2019/1937, del Parlamento Europeo y del Consejo de 2019 relativa a la protección de las personas que informen sobre infracciones del derecho de la Unión porque no acudió a ningún organismo oficial con la información y los datos obtenidos, sino “facilitando a la prensa datos de carácter personal a su conveniencia” (ignoramos si gratis o cobrando algún tipo de prestación); concluyendo que “el condenado no colaboró en nada ni con nadie, no es denunciante de nada y no puede arrogarse una condición para intentar eludir las consecuencias de su delito”.

UGT considera necesario recordar estos hechos, establecidos por la Justicia, dado que Diario 16 publicó el 17 de noviembre un artículo titulado “La Fiscalía tiene miedo”, firmado por el abogado Josep Jover, en el que se presenta a Macías como “alertador” de corrupción y en esa condición reclama reunirse con la Fiscalía General del Estado.
Como han sentenciado los tribunales, y el señor Jover sin duda sabe, Macías no es un alertador, sino un condenado a 2 años de prisión por la comisión de un delito.

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4 COMENTARIOS

  1. «Casualmente», el autor de esta nota, Fernando Morillo, es secretario de comunicación de Unión General de Trabajadores (UGT).
    Su tendenciosidad es clara, defendiendo «la chorizada» de UGT y atacando al alertador de la misma, sin cuya denuncia pública esta organización seguiría robando descaradamente los fondos públicos en su propio beneficio

  2. Convertir a la víctima en verdugo según conveniencia personal ( el firmante es secretario de comunicación de UGT) sostiene la resurrección de la extrema derecha más recalcitrante. Parece mentira que Diario16 publique semejante sarta de mentiras.

  3. Esta ocasión sirva de precedente, a otros muchos alertadores, para que quede claro, que denunciar todavía es un hecho que puede llevarte a la situación de Roberto, la comentada comisión de un delito.
    Tambien sirva de precedente a muchos corruptores, esten o no en UGT, que las cositas van a cambiar muy prontito. Hasta pronto.

  4. Gracias Sr. Morillo,

    Ayer leí un una carta de los lectores en este mismo medio, donde Usted me citaba.

    Gracias, en primer lugar, por trazar una línea entre los que os lo lleváis crudo, con los cursos de formación, las residencias de tiempo libre o las cooperativas de viviendas, por ejemplo, y el resto de los mortales.

    Gracias Sr. Fernando Morillo, al que no conozco de nada, por referirse a mí y darme una importancia que no tengo; soy un ciudadano, como tantos otros, que vive en el barrio de Gràcia de Barcelona y no figura ningún despacho con mi nombre en la Capital del Reino, ni viajo con dinero público, ni como ni ceno con los ministros.

    Gracias Sr, Fernando Morillo porque nunca pensé que se sintiera tan “afectado” por el artículo de alguien sin más poder, que el de sus analfabetas palabras.

    Y gracias finalmente, Sr. Morillo, por validar mis opiniones, que ahora, estoy seguro, van a ser las de muchos más.

    Verá, quiero explicarle una cosa. Usted, porque no hay suficiente confianza, ha acreditado en sus líneas que forma parte de ese entramado de intereses que han medrado con la mal llamada transición democrática, transición hecha a espaldas de los sacrificios de los trabajadores. Y si no, que les pregunten a grandes capas de trabajadores que ustedes han abandonado como han sido los interinos, los autónomos o los parados.

    Y gracias finalmente por indicar claramente, en su aportación de ayer, lo que le importa la lacra de la corrupción a usted y a su sindicato, y el calvario que sufren quienes la denuncian.

    Usted, representa el final de un mundo que se extingue, y que debe ser sustituido por otro más transparente y eficiente. Y a esa transparencia ayudan la Directiva 2019/1937 de alertadores de los intereses de la Unión y la Directiva 2019/1024 de acceso a la información pública. Como que ustedes hicieron lo posible para no ser transparentes, el escándalo que sembraron ha hecho que vinieran de fuera a imponer nuevas reglas.

    Suena hasta divertido que aprovechando el artículo donde vierte acusaciones, aún precipitadas, sobre quién es delincuente o no, por denunciar los delitos cometidos por su sindicato que administra el dinero de todos, sin la más mínima mea culpa, me incluya a mí por la reunión que habríamos de haber tenido con la Fiscalía para poner en marcha una Directiva Europea.

    Es patético que con su intervención, lo único que ha hecho es indicar a todos los ciudadanos la falta de independencia y de seriedad de la Fiscalía Española.

    Debe ser muy triste ir tapando, agujero tras agujero, las vías de agua que ustedes mismos provocan en ese Titanic que es la UGT, de la que, al igual, Pablo Iglesias habría roto el carnet.

    Muy agradecido por la importancia que me ha dado.

    Atentamente

    Josep Jover

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