Desde la sección sindical de Menores UGT Servicios Públicos Madrid, han emitido un comunicado denunciado las declaraciones de la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa.
El sindicato quiere dejar claro que apoya al conjunto de profesionales que, “a pesar de todas las dificultades, insuficiencia de medios y de la muy mejorable coordinación entre los distintos organismos e instancias, mantienen los centros de protección con unos estándares de calidad en la atención a los niños y niñas”.
Y todo ello es posible, “gracias a un nivel de dedicación e implicación extremas, mucho más allá de lo exigible, teniendo en cuenta los escasos recursos disponibles y las precarias condiciones laborales que soportan”.
Vergonzosa y denigrante intervención de la Consejera Dancausa
Juan Calle, responsable de la sección en el sindicato, apoya las quejas de las trabajadoras y trabajadores del C.P.A. Hortaleza, después de las palabras de la consejera de Familia, Juventud y Política Social, Concepción Dancausa, que acusó a los profesionales de estos centros en su comparecencia en la Asamblea de Madrid.
Dancausa acusó a los profesionales de los centros
Pero la consejera Dancausa, en su huida hacia adelante, ha señalado a los centros donde se encontraban las niñas: “La responsabilidad directa sobre los menores recae sobre la dirección y los profesionales que están en contacto directo con ellos. Su papel es tan relevante, que la nueva Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia les considera ‘agente de la autoridad”, ha dicho.
Uso sensacionalista y sesgado
Desde UGT Menores, también rechazan algunas informaciones que dan detalles innecesarios sobre el tipo de abusos sufridos. Para el sindicato, “cualquier uso sensacionalista y sesgado de los acontecimientos” es inadmisible. Recuerdan que “se trata de una operación contra el criminal sometimiento a abusos, trata y esclavitud de unas niñas por parte de una trama de proxenetas y traficantes de personas”.
Estas niñas que se encuentran en situación de riesgo y precisan de la protección de menores de la Comunidad de Madrid, “una protección que no ha bastado para evitar que fueran captadas y sumidas en un infierno inimaginable”, ha denunciado Juan Calle.
Los interinos pueden irse a la calle
Juan Calle, responsable de la sección de Menores UGT Servicios Públicos Madrid ha denunciado a diario16, que el 80 por ciento del personal de estos centros son interinos. Con la nueva normativa que se va a aprobar, es probable que sean sustituidos por personal nuevo, sin experiencia. Según Calle, para poder atender a estos menores se necesitan al menos tres años de duro aprendizaje. ¿Qué puede pasar en el futuro?
La protección que estas menores “necesitan y merecen, incluye, junto a la atención psicosocial y a la acción policial y judicial, el respeto y la defensa ante el amarillismo de algunos medios que convierten su dolor en carne de sucesos”, ha señalado el responsable de menores del sindicato.
Uso partidista
Tampoco ayuda en absoluto el uso partidista de este drama personal y social como arma arrojadiza por parte de algunas instancias políticas. “No todo vale, y pocas veces se da un conocimiento mínimo de la realidad de la protección de menores en quienes pretenden, según sus intereses, defender a ultranza o denostar su funcionamiento”, denuncia el sindicato.
Las vidas de estas niñas y la obligación para con ellas del sistema de servicios sociales y de nuestra sociedad en su conjunto merecen “un tratamiento más sensible, más objetivo y proactivo para reparar en la medida de lo posible lo sucedido y evitar que ocurran casos similares en el futuro”.
Se dejan la vida para proteger a las niñas y niños
Por eso, defienden la actuación de los equipos educativos y las personas que los forman y que, en todos los casos, se dejan la vida para proteger a las niñas y niños, para detectar cualquier signo de los peligros que les acechan fuera de los centros, donde su atención profesional no llega.
Todo es mejorable. Desde UGT Menores reclaman a la Consejería de Familia, Juventud y Política Social, “más recursos específicos y adecuados para atender a las necesidades psicosociales y familiares de las niñas y niños en situación de riesgo”. La entrada de un o una menor en un centro de protección no es el final, es el inicio del proceso de ayuda que hay que ofrecerle, a partir de ahí son imprescindibles los medios personales, técnicos y materiales para la mejora de sus condiciones y situación personal, social y familiar.
Reforzar los servicios sociales de proximidad
Hay que reforzar los servicios sociales de proximidad en el barrio, en los colegios, en el trabajo con las familias. “Es fundamental trabajar para las niñas y niños fuera de los centros. Hay que detectar los problemas y tratarlos allí donde se producen. Ese trabajo no se puede hacer desde dentro de una residencia infantil”, señalan desde la sección sindical Menores UGT Servicios Públicos Madrid.
Blindar a los interinos
Por ello se deben mejorar las condiciones de las trabajadoras y trabajadores públicos. La Administración debe blindar a estos trabajadores y trabajadoras, que son el alma de las residencias de menores. facilitando la permanencia de esas personas, en su inmensa mayoría (más del 80%) sin plaza fija. Se debe reconocer su experiencia para facilitar su estabilización. “La Comunidad de Madrid no se puede permitir que su experiencia desaparezca de los centros”, ha denunciado Juna Calle.
Por último, para el sindicato, es imprescindible una defensa cerrada, por parte de la Consejería, de las y los trabajadores de los centros de menores, de los logros en las intervenciones con niñas y niños en riesgo, que no aparecen en los titulares.
Esos trabajadores y trabajadoras son el eslabón más débil de la cadena mediática, siempre cuestionadas y cuestionados, siempre en el punto de mira de las críticas de quienes se permiten hablar y valorar sin conocer.
Esta tipa tendría que empatizar con alguien en algún momento de su vida. Aquí se aceptan los cargos y emolumentos pero sólo son responsables de las cosas que van bien. Es una gran responsabilidad estar a cargo de menores sin filiación por sangre, y aceptar el puesto supone una gran carga moral, de responsabilidad y de dedicación que uno tiene que estar dispuesto a empeñar, sino debes rechazar el puesto, tambien por responsabilidad. Y lo de pasar el muerto a la policía es lo más sangrante que he escuchado jamás.
Habría que someterla a la pena caldaria.