Las autoridades ucranianas han informado de que cientos de miles de civiles ucranianos están siendo llevados por la fuerza a Rusia y algunos pueden estar siendo utilizados “como rehenes para ejercer más presión” sobre Kiev.
La defensora del pueblo de Ucrania, Liudmila Denisova, dijo el jueves que 402.000 personas, incluidos 84.000 niños, habían sido secuestradas. Entre este grupo se encuentra una mujer de 92 años de Mariupol, que habría sido obligada a ir a Taganrog, en el sur de Rusia, advirtió.
Las cifras son similares a las presentadas por Moscú para el número de desplazados, aunque el Kremlin ha subrayado que la gente lo hizo por voluntad propia.
Las personas transportadas a Rusia provienen principalmente de las regiones de Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania, donde los separatistas pro-Moscú han estado luchando por el control durante casi ocho años, según el coronel ruso Mikhail Mizintsev.
El gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo que “las personas están siendo trasladadas por la fuerza al territorio de un estado agresor”.
Además de ser despojados de sus pasaportes, los desplazados están siendo transportados a «campos de clasificación» en el este de Ucrania, antes de ser enviados a áreas distantes y económicamente deprimidas en Rusia, acusaron las autoridades ucranianas.