Tras el asalto al Capitolio del día de ayer, alentado por Donald Trump, y que no fue otra cosa que un intento de subvertir el sistema democrático, el Congreso de los Estados Unidos ha ratificado a Joe Biden como vencedor de las elecciones y, en consecuencia, certifica la presidencia del candidato demócrata.

Se esperaba la reacción de Donald Trump, y no se ha hecho esperar. Esta vez ha tenido que ser a través de un comunicado oficial, puesto que tiene bloqueadas todas sus redes sociales, sus herramientas de comunicación favoritas.

El presidente de los Estados Unidos se ha comprometido a realizar una transición ordenada hasta el 20 de enero, fecha en la que jurará el cargo Joe Biden, pero no ha perdido la oportunidad para continuar con sus acusaciones de fraude electoral, una teoría conspirativa que ya está solo en su mente.

«Pese a que estoy en total desacuerdo con el resultado de las elecciones, y los hechos me respaldan, habrá una transición ordenada el 20 de enero. Se continuará la lucha para garantizar que sólo se cuentan los votos legales».

Sin embargo, lo que más ha sorprendido de este comunicado es cómo Trump ha calificado su presidencia: «esto representa el final del mejor primer mandato presidencial de la Historia, es sólo el inicio de la lucha por hacer grande otra vez a Estados Unidos».

Esta última frase es una nueva incitación a los sectores ultranacionalistas, sobre todo de los Estados del sur, que estuvieron ampliamente representados en el asalto al Capitolio, junto con los defensores de la eliminación de la regulación de armas, asociaciones fascistas, supremacistas blancos o movimientos ultraviolentos como el Boogaloo.

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