Como buen presidente republicano, Donald Trump necesita una guerra en su mandato. En la actualidad tiene dos opciones: Venezuela e Irán. Para ambos casos, su asesor de Seguridad John Bolton pidió informes al Pentágono, tal y como ha informado Diario16. Casualmente, ambos países son fundamentales para el sector de hidrocarburos, además de otras materias primas que, de llevarse a cabo una invasión, estarían controladas por Estados Unidos y sus empresas…, tal y como ya ocurrió con Irak.

Todo parecía indicar que la primera intervención militar se haría contra Venezuela. Sin embargo, la Administración Trump ha ordenado a una serie de buques de guerra a redirigirse hacia Irán como respuesta a lo que ha sido interpretado en la Casa Blanca como una amenaza contra intereses de Estados Unidos.

El portaaviones SS Abraham Lincoln ya se está dirigiendo hacia la región adelantándose a la más que previsible renuncia por parte de Irán a algunos de los compromisos alcanzados en el acuerdo nuclear firmado durante la Administración de Barack Obama. Además de la presión militar, se espera que Trump anuncia en estos días la imposición de más sanciones al país persa. Así lo anunció el Secretario de Defensa interino, Patrick Sanahan, justificando este movimiento como un «reposicionamiento prudente de los activos en respuesta a las indicaciones de una amenaza creíble por parte de los iraníes. fuerzas del régimen». Por su parte, el portavoz del Pentágono, Charles Summers, confirmó que el movimiento de los buques de guerra «garantiza que tengamos las fuerzas que necesitamos en la región para responder a las contingencias y para defender las fuerzas e intereses de Estados Unidos en la región».

La tensión entre ambos países se ha agravado tras la inclusión por parte del presidente estadounidense de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán como una organización terrorista. Altos funcionarios del Pentágono advirtieron a John Bolton que esa medida podría provocar represalias iraníes contra Estados Unidos y sus aliados, entre los que se incluyó a Israel. El incremento de las presiones hace temer que Trump esté pensando en iniciar un conflicto bélico o la propia invasión de Irán, tal y como indicó la orden de Bolton para que se realizara el informe arriba citado.

Dos hombres son la clave de este incremento de las tensiones: John Bolton, quien parece obsesionado con el derrocamiento del régimen iraní, y el Secretario de Estado, Mike Pompeo. Ambos pertenecen al ala dura de la Administración y son proclives al inicio de hostilidades.

Tanto Bolton como Pompeo han valorado como una declaración de guerra las represalias que tomadas por Irán contra trabajadores y funcionarios estadounidenses que trabajan en Irak, como, por ejemplo, los ataques de las milicias chiitas contra instalaciones controladas por Estados Unidos. Estas milicias están armadas por Irán.

Como en todas las guerras iniciadas por Estados Unidos en Oriente Medio, la Administración de Trump culpará a Irán del inicio de una confrontación armada, tal y como afirmó el propio Sanahan: «Haremos responsable al régimen iraní por cualquier ataque a las fuerzas estadounidenses o nuestros intereses».

Evidentemente, Irán no se ha quedado quieto ante este desafío de Trump y podría estar ya movilizando tropas.

Por otra parte, los países que aún mantienen el acuerdo nuclear con Irán han tratado de establecer un mecanismo que podría ayudar a la República Islámica a evitar las sanciones. Sin embargo, la presión de los mercados está haciendo que muchas empresas europeas se estén retirando de Irán por miedo a las sanciones que podrían imponerles Estados Unidos.

Hay que recordar que, desde un punto de vista empresarial, la Administración de Trump ha tomado numerosas medidas en los últimos meses para ahogar la economía iraní. Eso incluye intentar reducir los ingresos petroleros de Irán a cero. Los Estados Unidos anunciaron recientemente que ya no otorgarían exenciones a los países que importan petróleo iraní, un conjunto que incluye a India y China.

Finalmente, Trump tendrá su guerra, como todo buen presidente republicano que se precie. De este modo creará una cortina de humo sobre los problemas interiores que tiene, que son muchos.

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