Foto: Angel Bernabéu

El paradigma de la música en directo con la nueva normalidad guarda dos preocupaciones comunes: el aforo y el distanciamiento social. El sector cultural, en todos sus ámbitos, ha sido uno de los más azotados por la pandemia del COVID-19 debido al confinamiento y a la pertinente distancia de seguridad, con especial incidencia en la música en directo. Por eso, las trabajadoras y los trabajadores de este gremio se las han tenido que ingeniar -y siguen haciéndolo- para continuar de la forma más digna posible. 

Hablamos de músicos, pero también de técnicas, son los de producción y las que organizan festivales, las personas que trabajan en una tienda de discos, regentan un bar musical o una sala de conciertos. ¿Para quién pincha un dj si no es para un público que baila? ¿Cómo se sufragan los gastos de una sala de conciertos sin conciertos? ¿Es el streaming la solución? ¿Cómo se monetiza? La cultura está viva y requiere de personas que puedan vivirla para sobrevivir. Diario16 ha hablado con diferentes artistas y profesionales del sector musical para que nos acerquen su realidad y cómo se presenta el futuro próximo de la música con esta nueva normalidad.

La banda sevillana Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (DMBK) comenzaba su gira el pasado 12 de marzo en Córdoba, coincidiendo con uno de los momentos más dulces para el grupo pero más complicados para la sociedad. Su batería, Tony Picante, cuenta a este periódico que tenían “bolos casi todos los fines de semana hasta al menos octubre o noviembre”, y que dos semanas antes de que se decretara el estado de alarma fue cuando “se cayeron las primeras fechas de conciertos en el norte”, temerosos por los primeros brotes de coronavirus en Euskadi.

El mismo día que partían hacia Córdoba, donde habían vendido todas las entradas, se enteraron de la cancelación de la gira. “En principio, todos los conciertos están pospuestos, aunque tenemos algunas fechas confirmadas para el verano”, explica Tony, que tuvo la suerte de pedir la ayuda de autónomos por cese de actividad durante los meses de confinamiento. “Otros compañeros pudieron acogerse a las ayudas ofrecidas por la SGAE y la Asociación de Artistas Intérpretes o Ejecutantes (AIE)”, comenta.

Los Derby volvieron a tocar el pasado fin de semana en el Museo de la Aduana de Málaga, ante un público sentado y expectante, que mantuvo la distancia de seguridad y el disfrute a partes iguales. “Fue emocionante sentir la energía y el buen rollo del público, a pesar de las mascarillas y la disposición de las sillas – recuerda- se notaba que lo estaban disfrutando tanto como nosotros”.

Tony, también apodado Papi Pachuli en la jerga “kinkidélica” profesada por los Derby, reconoce que “tras un año frenético con la banda”, el confinamiento les ha permitido “disfrutar del tiempo en casa y meternos de lleno con la grabación del segundo disco”. De hecho, confiesa que de haber seguido con los ritmos marcados por la apretada agenda, “hubiera sido imposible dedicarle tanto cariño y entrega”. El batería guarda palabras de agradecimiento para sus compañeros: “Hemos sentido un gran apoyo por parte de nuestro sello, el equipo sigue con la promoción y nos estamos ayudando mucho entre nosotros”.

“La llegada de una pandemia en el momento que empiezas a poder vivir de la música decentemente ha sido bastante surrealista”, reflexiona el batería, que tras la vuelta a los ensayos solo espera “poder seguir disfrutando de los próximos conciertos y continuar con la grabación del disco”.

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