El pasado domingo las calles y plazas de nuestro país volvieron a llenarse de pancartas y proclamas en defensa de la clase trabajadora, de nuevo los sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales se manifestaron en ese deseo compartido por gran parte de la ciudadanía de recuperación de lo perdido en materia de derechos y libertades por parte de los/as trabajadores/as en España en los últimos años. Presente está aún la reforma laboral que llevada a cabo por el PP con el objetivo anunciado de generar empleo sólo ha llevado a negativas consecuencias que han venido a precarizar si cabe aún más la situación de miles de personas que en España han visto como pilares fundamentales como el de la negociación colectiva han sido dinamitados por el rodillo de la derecha de nuestro país. Así y si bien es cierto que desde la gestión de lo público debe apoyar el esfuerzo que realiza el empresariado para la generación de riqueza no lo es menos la necesidad de que esto vaya unido al equilibro con la defensa de los derechos y libertades de la clase trabajadora.

Y es que hoy no caben dudas sobre las negativas consecuencias de la reforma laboral del PP, medidas que se estructuran en desastrosos datos que vienen a decirnos de manera clara que es necesario dotar a la relación laboral empresarial de otro marco diferente a este con el que hoy convivimos. No por menos, en estos años la deseada búsqueda de generación de empleo y la disminución del desempleo que aparece de manera engañosa en las tablas con las que el gobierno nos ilumina lo correcto de su senda reformista esconden otras realidades más concretas, por un lado el de la precarización en materia de empleabilidad, hoy los puestos de trabajo que se crean en España no sólo son en peores circunstancias ( menos salario, más horas, mayor sinestrialidad, menos coberturas) sino que además la estabilidad de los mismos destaca por su estacionalidad, escasos son así los contratos de carácter indefinido que en los últimos meses se están creando en una España cubierta en el panorama laboral de minijobs, contratos laborales de servicios o en algunos casos de fraudes de ley en donde el trabajador reconvertido en autónomo presta un servicio al empleador.

Y junto a esta realidad la de la de miles de personas jóvenes que hoy se enfrentan a la incertidumbre de la configuración de su proyecto de vida con datos que fijan a España como el país de mayor desempleo juvenil de España con un 53,2% de esta población sin empleo. Dato preocupante que afecta de manera directa no sólo a la capacidad productiva y a la economía sino también a las tasas de natalidad, esas que hoy se desploman marcando la senda del envejecimiento de un país el nuestro en donde al igual que en Europa el abismo de la insostenibilidad del sistema de pensiones.

En definitiva, hoy más que nunca todos los días deben ser uno de Mayo pues no por menos nos toca volver a recuperar los derechos y libertades laborales de una clase trabajadora ,esa que es la columna vertebral de un país y junto con la se construye el bienestar de los pueblos.

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