Quizás ya sea un tópico, o puede nació para eso, para serlo. También podría ser que, en el instante en que se convierta en tópico, quede devaluado el significado de su importancia, y entonces olvidemos la esencia verdadera, el lugar del que nació; no la mente ni los labios que lo originaron.
“Existen dos superpotencias en el mundo; una es Estados Unidos; la otra, eres tú”, eso dijo el escritor portugués José Saramago y eso ha quedado confirmado en múltiples ocasiones. No solo a lo largo de estos años, sino también durante múltiples pasajes de la historia de la especie humana.
Los ciudadanos de Hong Kong han hurgado en las entrañas de dicha reflexión. No han necesitado, probablemente, en muchos casos, el conocimiento de que esta frase existe, de que un escritor portugués habló de ese gesto y de cientos de gestos parecidos. Y los que la conocen, con toda seguridad, no actuaron empujados por la misma; lo han hecho por otro valor: el valor que compone la frase de Saramago, y que también está contenida en otras frases que albergan símil reflexión, que hablan de la fuerza de los ciudadanos cuando deciden unirse y luchar contra toda intención de los gobiernos de imponer dictados antisociales, inhumanos o no aprobadas por la mayoría de los ciudadanos de manera democrática.
Los ciudadanos de Hong Kong han salido a la calle, han presentado su resistencia, y se han negado a aceptar el proyecto de la ley de extradición. No solo la concentración de más de un millón de ciudadanos en el centro y las calles aledañas de Hong Kong, también, las decenas de miles de estudiantes que rodearon el Parlamento para impedir que los diputados pudieran entrar a tramitar el proyecto de ley, como así tenían acordado, han demostrado la validez y la fuerza que posee la reflexión contenida en la esencia de la frase de Saramago.