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Todo lo que debes saber acerca de la cultura empresarial saludable

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análisis

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La situación provocada por la llegada de la pandemia a nuestro país ha causado graves daños a los entornos laborales, impidiendo el correcto desarrollo de los mismos y limitando la productividad en las labores que se llevan a cabo en las compañías. Es por ello, que los encargados de la gestión y las personas que ejercen el liderazgo en las organizaciones empresariales deben enfocar parte de sus esfuerzos en fomentar una mentalidad activa y saludable que motive a todas las personas, trabajadores y directivos, a colaborar en el desarrollo de una actitud de mejora continua.

En este artículo nos dedicaremos a explicar sobre la importancia de la cultura saludable en una empresa, uno de los asuntos más estudiados en formaciones de posgrado tales como los Masters en Dirección de Empresas o MBA que son programas especializados en formación de alto nivel para directivos. Los planes de estudio de estos programas abordan cuestiones innovadoras que supongan soluciones transformadoras para las empresas y para la sociedad. Y una de estas cuestiones a las que dan prioridad, es construir entornos de trabajo en los que las personas constituyen un factor clave y son la principal fuente de ventajas competitivas. Estos nuevos estilos de dirección constituyen un motor que asegura la competitividad y la flexibilidad de las empresas para adoptar los cambios necesarios como consecuencia de los continuos desafíos que deben afrontar en un mercado expuesto a continuas transformaciones.

Pero, ¿qué es la cultura saludable en una empresa?

Definimos como cultura saludable de empresa al conjunto de estándares, valores y creencias enfocadas en garantizar la salud de sus trabajadores y mantener un ámbito de trabajo lo más agradable posible para los mismos, tanto dentro como fuera del entorno laboral. A través de este modelo de gestión empresarial, se busca enseñar a los empleados a gestionar el estrés y las emociones, así como mejorar el clima laboral para asegurar el bienestar, generar productividad y, en consecuencia, obtener resultados que dirijan hacia el logro de los objetivos estratégicos de la empresa que conduzcan a su éxito.

Por tanto, la cultura saludable de empresa es aquella que promueve la flexibilidad, felicidad, autenticidad, liderazgo compartido y diversidad de género y cultural, valorando a su vez a todas y cada una de las personas que la conforman. Además, se trata de la solución a problemáticas tan preocupantes como el crecimiento del absentismo y a las muertes que causan las condiciones laborales consideradas como «no seguras» o «no saludables». Por supuesto, la cultura saludable empresarial es una de las principales herramientas empleadas para combatir el estrés en el trabajo, uno de los problemas más comunes en los entornos laborales en España.

Puesto que construir un entorno en el trabajo donde los trabajadores encuentran bienestar y satisfacción, contribuye de forma directa a mejorar el desempeño, la cultura corporativa saludable marca la diferencia entre las empresas de alto y bajo rendimiento. Diseñar estrategias que fomenten una cultura empresarial positiva y ejecutarlas, es una de las funciones prioritarias de los líderes en la actualidad, como manifiestan en los eventos formativos más innovadores de importantes Escuelas de Negocios.

Modelo de cultura empresarial de la OMS

La mejor manera de entender el concepto de cultura saludable de trabajo es a través del modelo diseñado por la Organización Mundial de la Salud, que define los pilares clave que deben orientar las acciones de los empresarios. Los principales patrones de actuación que deben llevarse a cabo para garantizar un entorno laboral agradable para los empleados son:

  • Ética empresarial: los valores corporativos que caracterizan a la empresa deben ser compatibles con los principios éticos que configuran un entorno saludable de trabajo. La ética como parte de la cultura empresarial, debe ser también una función empresarial esencial. Establecer unos estándares de conducta correctos beneficia a la empresa consiguiendo mayores niveles de confianza entre clientes y proveedores, provocando relaciones más duraderas en el tiempo.
  • Implicación por parte de los empleados: los profesionales que trabajan para la empresa deberán participar en los procesos y actividades enfocadas a la mejora de las condiciones laborales. Preocuparse y preguntar a los miembros del equipo por su situación personal o por posibles mejoras que puedan realizarse en su actividad laboral, son acciones positivas que contribuyen a estimular el potencial, el talento y el compromiso por parte de cada uno de los colaboradores. Además, implicar, delegar responsabilidades y promover el trabajo en equipo compartiendo conocimientos, deriva generalmente en una mayor motivación para lograr el máximo potencial.
  • Participación y compromiso de los directivos: : los líderes de la empresa también deben dar ejemplo a sus trabajadores, participando activamente en la transformación de la misma transmitiendo compromiso y lealtad a sus equipos. La transparencia y la comunicación sobre la misión, visión y situación de la empresa, así como de los objetivos a conseguir son aspectos fundamentales. Establecer mecanismos y canales de comunicación abierta favorecen la mejora del estado de ánimo y los niveles de rendimiento de la plantilla orientados a elevar la productividad de los equipos.
  • Proceso integral y continuo: por supuesto, no basta con esfuerzos esporádicos para garantizar la mejora el ambiente y las condiciones de trabajo. Deberán llevarse a cabo esfuerzos constantes que respondan a planes establecidos y que. además, afecten a todos los niveles de la empresa, con la finalidad de mantener su eficacia.

¿Cómo puede una empresa instaurar una cultura saludable para sus trabajadores?

El manual para la creación de entornos laborales saludables de la Organización Mundial de la Salud enfocado a la instauración de una cultura empresarial agradable para los trabajadores que sea compatible con su bienestar e integridad en la entidad se basa en ocho acciones clave, que son:

  • Movilizar: se deben motivar a los diferentes profesionales que trabajan para la empresa, teniendo en cuenta para ello sus diferentes características y rasgos éticos, religiosos… etcétera, para mantener los comportamientos saludables entre ellos.
  • Reunir: resulta fundamental contar, en todo momento, con los recursos económicos, físicos y humanos necesarios que permitan garantizar el desarrollo de la cultura empresarial saludable.
  • Examinar: los líderes empresariales deberán llevar a cabo tareas de recopilación de información acerca del estado físico, mental y emocional de los empleados, así como del estado del entorno laboral y de los recursos disponibles para poder tomar las decisiones pertinentes enfocadas a la instauración de la cultura saludable de trabajo.
  • Priorizar: algunos de los pilares fundamentales de la cultura saludable de empresa necesitarán más trabajo que otros. Dependerá de la organización en cuestión, pero resultará necesario priorizar el cuidado de alguno de los aspectos sobre otros para conseguir el entorno laboral deseado.
  • Planear: todas las medidas que vayan a llevarse a cabo deberán plasmarse en un plan enfocado a cumplir diferentes objetivos planteados para corto, medio y largo plazo.
  • Hacer: por supuesto, las diferentes medidas planteadas deberán llevarse a cabo de forma ordenada y coordinada si se busca la mejora del entorno laboral y la instauración de una cultura saludable empresarial.
  • Evaluar: para asegurar que las medidas están surtiendo el efecto que se esperaba, se deberán llevar a cabo una serie de evaluaciones que midan el rendimiento de estas y que sean acorde a los indicadores previamente establecidos.
  • Mejorar: aquellas labores que no estén rindiendo lo suficiente deberán ser oportunamente modificadas, reemplazadas por otras o, en algunos casos, eliminadas.

La cultura saludable empresarial es un elemento diferenciador que importantes compañías como Google, Microsoft, General Electric la promueven invirtiendo en recursos, creatividad y esfuerzos para fomentar la salud integral de sus trabajadores en sus espacios de trabajo. En definitiva, reconocer el trabajo realizado, la flexibilidad laboral, la comunicación y la participación proactiva, son beneficios que tanto las grandes compañías, como las pymes pueden logar instaurando medidas que estimulen la creación de una cultura empresarial motivadora, comprometida y saludable en la que todos quisieran ser parte de la misma.

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