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Todo lo malo en España es culpa de Girauta

Santiago Aparicio
Santiago Aparicio
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Contador de realidades. Guitarrista de rock en mis tiempos libres. Y cazador de doxósofos.
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análisis

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Como bien dice el titular, gran parte de lo malo que sucede en España es culpa de Juan Carlos Girauta. Si tiempo ha hubiese actuado de otra forma seguramente hoy no habría el Gobierno que hay, ni se estarían perpetrando las barbaridades legislativas y jurídicas a las que el señor de la Moncloa nos tiene acostumbrados. No se vayan a lanzar ahora a atacarle (ha dejado las redes sociales según parece) porque ha tenido compañeros en esto de provocar el mal en España. Hay que recordar a Albert Rivera y todos esos que salieron huyendo de Ciudadanos. Todos tienen más o menos la misma culpa, pero es Girauta el que sigue en los medios de comunicación escribiendo como si la cosa no fuese con él. Y vaya si va con él.

Hay que volver a 2019 cuando la suma de los diputados del PSOE y Ciudadanos permitía una mayoría absoluta de casi 180 diputados. ¿Se imaginan lo que sería un gobierno con mayoría absoluta en España? ¿Serían las cosas igual que ahora? Tiene razón Girauta al decir que por no aceptar ese acuerdo mayoritario se propició el derribo de Ciudadanos mandado por el establishment económico, pero no es menos cierto que ese mismo establishment les aupó hasta el lugar que llegaron a ocupar (que no se sabe si es cosa del principio de Peter). Es conocido, porque se ha contado a hurtadillas, en círculos de confianza, que Florentino Pérez impuso un veto en los medios que controla a cualquier mala noticia respecto al partido naranja. Lo mismo se puede decir de la jefa del banco Santander en los medios que controla(ba). El establishment les subió, el establishment les bajó.

Sánchez el egocéntrico

Si leen las columnas de Girauta en ABC (y si leen sus entrevistas en otros medios) parecería que él jamás tuvo la oportunidad de haber cambiado la situación. Que Pedro Sánchez es un ególatra que sólo piensa por él mismo se sabía antes de que firmase el primer pacto con Ciudadanos (en aquella patochada de 2015). Alguien que, en el peor resultado del PSOE en la democracia actual, diga que se está ante un resultado histórico debe tener mucho ego y soberbia. Luego, sus actuaciones hasta la moción de censura le retratan perfectamente como lo que es, una persona sin escrúpulos. No cuela el argumento del carácter del presidente del Gobierno. Lo era antes y lo es ahora. (Cabe añadir que han convergido en este momento de la historia una generación de políticos cuyo ego les serviría para suicidarse si se subiesen a él y se lanzasen. Ni uno falla)

Cierto que el establishment económico les presionó por todos lados y toda la ejecutiva de Ciudadanos (luego alguno salió diciendo que él pensaba otra cosa) estaba en el plan de negarse a apoyar un gobierno de mayoría. Tal vez se pensaron que todo seguiría igual, que la gente les seguiría apoyando por mostrarse impertérritos ante Sánchez, que lograrían gobernar España… y no. Por mucha retirada del apoyo del establishment los españoles, en general, no son tan idiotas como piensan en la clase política. Si no eres útil, eres inútil y vas al baúl de los recuerdos. Ciudadanos tenía sentido, en aquellos momentos, como bisagra y alternativa. Podía haber crecido por un lado u otro. Si pactaba con unos en un lugar para acabar con años de corrupción y con los otros por el mismo motivo. Pero les pudo el ansia viva.

¡Qué mal está España!

Curioso es, por tanto, que hoy Girauta precisamente diga que si hay traición a España, que si la ley trans es un atentado contra la igualdad, que hay un asalto a la judicatura o que habría que haber hecho del Valle de los Caídos un memorial de todos los caídos en todas la guerras. Todo eso está muy bien pero no lo diría hoy si hubiese pactado con Sánchez en 2019. En tres años se le ha nublado la memoria al señor Girauta. Primero, Sánchez carece de escrúpulos sí, pero si estuviese en un Gobierno de mayoría que le permitiese estar a sus cosas internacionales ni sedición, ni indultos a los secesionistas, ni nada de entregarse a ERC y Junqueras. ¿Habría cambiado lo que pasa en Cataluña? No, sería igual y persistiría la amenaza del independentismo (ya engañaron a Sáenz de Santamaría), pero no tendrían mecanismos de presión y sí de prisión.

La renovación de los órganos judiciales ya se hubiese realizado. Un reparto entre los tres partidos y a otra cosa. Respecto a la ley trans, desde luego nunca hubiese salido adelante ¿o sí? Girauta parece olvidar que las veces que acudieron a la manifestación del 8-M les señalaron, no por ser liberales, sino por defender los vientres de alquiler. Es paradójico que se queje ahora Girauta en un libro cuando la mujer, como ser merecedor de dignidad, nunca le ha preocupado. Eso de pensar que alquilar cuerpos o vender órganos es algo del mercado no encaja con el feminismo, ni con la dignidad. Pero a toro pasado y como quienes le leen ya van encendidos parece que él siempre ha estado en otro sitio.

Mi libro

Hace breves fechas sacó un libro (Sentimentales, ofendidos, mediocres y agresivos, Sekotia) en el cual se queja que la política actual está plagada de sentimentalismo porque Laclau y el populismo. Él que era el portavoz del populismo del sistema de Ciudadanos (en español, cuñadismo) bastante tendría que callar, pero tiene razón en que el uso de lo racional es casi inexistente. De hecho su rechazo a pactar con Sánchez un gobierno con mayoría absoluta fue producto de un análisis racional que dejaría a Descartes temblando y desnudo… ¿o no? Pues no. Fue acto de pura irracionalidad porque asegurándole una mayoría absoluta, Sánchez hubiese tragado con cualquier cosa con tal de que él fuese la prima donna. De hecho, el programa de Ciudadanos lo firmaría el actual presidente del Gobierno, que de socialista tiene entre poco y nada. ¡Qué cosa más irracional rechazar tener estabilidad política durante cuatro años y no el pandemónium actual!

Pretende ahora contar a los jóvenes todo lo malo que hay en España, lo cual no es negativo en sí, salvo porque oculta que él y sus colegas (incluyendo a Marcos de Quinto, que hay que recordar todo) permitieron lo que hoy hay. Queriendo ser el Califa en lugar del Califa han mandado a España a un sinsentido político. Si Sánchez traga con el independentismo catalán es por culpa de Ciudadanos; si Sánchez traga con los herederos de ETA es por culpa de Ciudadanos; si Sánchez se lanza al wokismo es por culpa de Ciudadanos. Porque Sánchez es un ser carente de principios y los de Girauta le habrían valido perfectamente. Claro que en realidad, tanto Sánchez como Girauta, están en el lado oscuro de la fuerza. Es lamentable que todos estos que pudieron impedir lo que hoy indigna a media España se rasguen las vestiduras.

Post Scriptum. Quien dice Girauta dice cualquiera de los cansinos ex-Ciudadanos que vienen dando lecciones de democracia y libertad. De su democracia y su libertad, claro. Girauta es sólo el símbolo de una forma de hacer política.

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