Salvador Illa, ministro de Sanidad, aseguró en su comparecencia en el Palacio de La Moncloa que «hoy mismo y durante el día de mañana llega a las CCAA la primera partida de un millón de test rápidos». Esta medida incrementará la capacidad de diagnóstico para confirmar o descartar la presencia del COVID-19 en la población.
El objetivo del Gobierno es hacer el número máximo de test posible a las personas con síntomas. «Se están realizando de 15.000 a 20.000 test diarios, pero es necesario aumentar esta capacidad de diagnóstico diario», afirmó Salvador Illa.
El Instituto de Salud Carlos III ha evaluado ya más de 70 modelos de test rápidos para elegir el que cuenta con mayor sensibilidad y ha comprobado que los test que ahora se distribuirán tienen una sensibilidad de más del 80% a partir de que la persona lleve siete o más días infectada. Cuando los pacientes acaban de iniciar síntomas la sensibilidad es del 64%.
La pieza clave de la estrategia de diagnóstico seguirán siendo los test de PCR. Por tanto, el test rápido va a ser un complemento para llegar a un mayor número de población diagnosticada y se dirigirá especialmente a los hospitales y a colectivos vulnerables como son las residencias de mayores.
Los informes técnicos sostienen que los test rápidos son un complemento adecuado para los test PCR en entornos con una prevalencia de la enfermedad alta: hospitales o residencias de mayores. Esta estrategia permitirá hacer pruebas para detectar qué personas son positivas. Los que den positivo serán casos confirmados y si dan negativo deberán realizar una PCR.
El Gobierno ha basado su estrategia de diagnóstico en tres pilares
- Realizar el máximo número de test posibles a todas las personas que presenten síntomas, es decir, incrementar la capacidad diagnóstica.
- La pieza clave de la estrategia de diagnóstico seguirán siendo los test de PCR.
- Lo que hacemos ahora es complementar los test PCR con los test rápidos para llegar a un mayor número de población diagnosticada.
