Señores y señoras del Partido Popular, díganlo claro, sin tapujos, no tengan miedo a rompernos el corazón a los españoles y españolas, no se amilanen, basta de excusas: ¿Qué tienen Suiza y Panamá que no tenga España? Se lo digo porque mirándoles a los ojos entiendo que tienen algo nuevo que contarnos. Empiecen ya, no tengan miedo. Quizá para mañana sea tarde… ¿Quiénes son esos países? ¿En qué lugar se enamoraron de ustedes? ¿A qué dedican el tiempo libre? Pregúntenle por qué han robado un trozo de Hacienda…

¿Acaso se nos rompió el amor de tanto usarlo? Lo digo porque me extrañaría teniendo en cuenta el poco uso que ustedes le dan a los borradores de hacienda. Tienen los tacos nuevecitos en su casa, que parece que quieren reciclarlos para que el año que viene los coja otra persona, como los libros de texto que se heredaban del vecino.

La ciudadanía española no quisimos hacer caso a los amigos que nos decían que tanto ir a Panamá y a Suiza no podía ser bueno. Que allí hay mucho por aquí te quiero ver, eso, ¿quién no lo sabe? Pero jamás pudimos imaginar que os dejaríais seducir por algo tan superficial como el no pagar impuestos. Todo el mundo ha tenido la tentación alguna vez, yo mismo sueño algunas veces con echar una facturilla al aire, pero jamás hubiese pensado que la representación pública pudiera hacer algo como esto. No sé, yo confiaba en ellos. Será que siempre hay una parte que se hace más a la rutina que otra, supongo que eso pasa en todas las parejas.

Y me duele todo esto porque de un tiempo a esta parte se ha ido viendo cómo la pasión iba abandonando esta relación. Con Aznar era distinto, era todo más nuevo, todo más novedoso. Llegó con su bigote, sus formas pucelanas y sus aires liberales… Ay, cuando me hablaba catalán en la intimidad yo me derretía. Unidos contra el felipismo tuvimos noches de amor memorables. Luego nos indignamos juntos porque José Luis Rodríguez Zapatero era un rojeras de mucho cuidado que puso España patas arriba, eso nos unió, pero se nos veía más apagados.

Y luego ya, señores y señoras del Partido Popular, con Rajoy se terminó de ir toda la excitación. Se nos fue la emoción y ustedes, buscando una aventura que les sacara del tedio, buscaron un affair… En realidad lo entiendo, pagar impuestos para poner hospitales y colegios, el día a día de cualquier pareja, a veces hace de las relaciones algo monótono.

Y no se crean que siento odio por Suiza y Panamá. Estos países no sabían nada. Claro, cuando me presenté allí en Ciudad de Panamá y le dije que ustedes eran nuestros representantes y no los suyos, que teníamos un compromiso, se escandalizaron. Panamá me dijo cuando supe toda la verdad, señora, ya era tarde para echar atrás. Yo era parte de su sueldo y Moix mi sombra. Cuando supe que existía usted, señora, ya mi mundo era sólo él, señora. Ya llevaba dentro de mi ser su aroma. Y luego aclaró: Moix me dijo que era libre, como el mismo aire, que era libre. Ahora es tarde, señora, ahora nadie puede apartarlo de mi.

Y es lógico, si Moix no fuese un hombre tan seductor no habría llegado a fiscal anticorrupción. Cómo impedir que otros países se fijaran en él.

Pero hagamos las paces, creo que lo nuestro aún no está roto. Recuperemos la pasión, vayamos a un hotel de fin de semana, hagamos un viaje en coche como si estuviéramos de nuevo en campaña y vayamos a un terapeuta argentino, estoy seguro de que con lo que se han ahorrado durante tanto tiempo sin pagar a hacienda podemos darnos estos lujos.

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