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Tiempo de Locos

David César
David Césarhttp://www.davidcesar.com
Cómico, guionista y productor. Como cómico lleva años integrado en el circuito nacional de Comedia con su espectáculo “Dicen que soy jebi…” Actualmente colabora como guionista para el canal Flooxer de Atresmedia en el programa de humor “Lo del Floox Show”. Colabora como productor con la asociación cultural La Jarota Producciones. www.lajarota.es
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análisis

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¿Soy yo o el Tiempo está loco? Sí, la sequía, la amenaza de los aviones que llenan el cielo de nubes artificiales que dicen que acaban con la lluvia, los incendios, los terremotos mejicanos. Pantanos que arrastran ya agua con sabor a arena, termómetros que se encogen de hombros en pleno noviembre. Gente decidida a sacar el gorro de lana aunque se le cuezan las ideas. Sí, decididamente el tiempo está loco. Este tiempo que ya no nos sirve ni para hablar de ello en el ascensor, porque nos hemos quedado sin argumentos.

-A ver si llueve ya.
+Sí. La verdad es que hace falta.
-Tanto verano no va a ser bueno.
+A mí el calor me gusta.
-Pero el agua lo cura todo.
+Pues sí. Hay que agradecer cuando llueve.
-Y una polla.
+¿Cómo?
-Nada, le digo al perro, que quiere bajar de nuevo. Este es mi piso. Hasta luego.
+Ellos sí que saben.

Pero quizá el Tiempo, el clima, eso que llamamos lo meteorológico intente sólo dar respuesta al otro Tiempo. Al que marca el humano en su cabeza, en su agenda, en sus notas de voz por el whatsapp. La locura máxima de un tiempo que ha dejado de medirse en segundos, minutos y horas. En días y noches. Para ahora medirse en “¡vengas!”, “dobles checks” o “días clave”. Sí, el tiempo se ha convertido en una amenaza. Cada vez que alguien dice la palabra “tiempo” es para correr, para que se te encoja el alma o te asome la tortuga.

Porque resulta que la campaña electoral para las elecciones catalanas no ha empezado todavía ¿te lo puedes creer? ¿y entonces esto de ahora qué es? ¿el casting de La Voz? Algunos deberían ir al casting de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? A ver si hay suerte y les encontramos una pareja que les haga felices, les quite la mala leche y les ayude a bajar el tono hacia la sensatez.

Y la noche de Halloween dura un finde y el Black Friday una semana, y el Cyber Monday va del 25 al 27 de noviembre. Y las navidades empiezan en el puente de diciembre, con la Constitución y La Inmaculada amparando el consumo errático de las masas, esas que son todos menos yo. ¿Perdón? ¿Me he perdido algo? Quizá haya que encerrarse en el “Friday I’m in love” de los Cure y olvidarse de que hay algo ahí afuera. Ya sé que el mensaje es “gasta tu puto dinero”, pero al menos dime cuándo. A este paso los Jueves Locos no vamos a saber qué hacer. Tampoco ayuda que hablemos de que los domingos son los nuevos martes, de los Juernes o de cambiar la hora cada 6 meses.

-¿Las siete son las seis o las seis son las siete?

+Las siete son las seis.

-¿Entonces madrugo una hora más o me levanto más descansado?

+No sé. A eso se hace el cuerpo rápido.
-Tú que eres joven.
+Está usted estupendo.

-Y una polla.
+Ya llegamos al bajo. Hasta luego. -¡Con Dios!

¿Qué está pasando con el tiempo, entonces? Si los días los oferto como semanas y las noches como findes, ¿no debería dejar de cumplir años y empezar a cumplir likes, por ejemplo? ¿Qué es envejecer ahora? ¿Qué pasa con el tiempo si la muerte está en el atentado, en el submarino o en la polución de la ciudad?

Quizá estemos en ese momento de la humanidad en que el sumidero ya nos arrastra en forma de remolino y por eso todo se mezcla y acelera. Y parece que en mitad de ese caos fastuoso sólo se nos ocurriera mirar a través del móvil a ver qué hay en la poca vida que nos queda.

De hecho, todo lo relacionado con el tiempo suena mal, agorero, distópico: el temporal a mal clima, el temporero a mal trabajo, la última temporada de Stranger Things a haters malos. El trimestre a pagar el IVA, la década al pasado que se fue, la víspera a la tragedia. Y solamente parece haber esperanza en el “todavía” y en el “casi nunca me pasa”.

Parece que vivimos un tiempo de locos donde todo va a transcurrir en lapsos, periquetes, fracciones, relámpagos, soplos, transitoriedades. Un tiempo lleno de cambios bruscos, repentinos, inmediatos o súbitos. Por favor, que llueva ya.

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