El premio Princesa de Asturias 2021 en el apartado de deportes ha caído en manos de la nadadora paralímpica Teresa Perales. Una mujer para la que no existen barreras de ningún tipo: ni barreras de edad, ya que con 45 años está preparada para arrasar en los próximos juegos de Tokio que se celebrarán este verano; ni barreras físicas, ya que con 19 años le diagnosticaron una neuropatía que le dejó paralizadas las dos piernas y esto solo hizo que motivarla para reaprender a nadar y convertirse en una deportista de élite; ni Barreras Psicológicas, ya que la compasión de los demás podía haberla sumergido en el “pobrecita de mi”, pero sucedió todo lo contrario.
UN PALMARÉS BRILLANTE
El palmarés de Perales es apabullante: 26 medallas en Juegos Paralímpicos, otras 22 en los Mundiales y 43 en los Campeonatos de Europa. El Jurado del Princesa de Asturias se ha rendido ante tal historial de éxitos y ha destacado el relieve de la deportista como el de una figura que además de tener una “brillante” carrera encarna unos valores ejemplares fruto de su “profundo, activo y valiente compromiso social”.
COMPROMISO SOCIAL
Además de su trayectoria deportiva, Perales ha desempeñado numerosos cargos públicos desde los que ha mostrado su compromiso cívico y social. Ha sido diputada del Partido Aragonés en las Cortes de Aragón, directora general de Atención a la Dependencia del Gobierno de Aragón, asesora del Departamento de Servicios Sociales y Familia y asesora del Área de Fomento y Deporte del Ayuntamiento de Zaragoza. El historial sigue, pero es demasiado largo. Además de los cargos desempeñados en la administración, aún le ha quedado tiempo de publicar dos libros: Mi vida sobre ruedas (2007), y La fuerza de un sueño (2014). Y por si fuera poco, también se ha dedicado a criar a su hijo de 11 años, Nano.
MUCHO POR GANAR
En la emotiva acta del premio concedido a la nadadora se la describe como “un icono del movimiento paralímpico internacional”. Y se ha aprovechado el galardón para reivindicar a un colectivo que lucha cada día por superarse y por alcanzar unas cotas de integración mal altas, por ello han destacado su figura: “porque reúne de manera ejemplar los más admirables valores deportivos. Con este premio se reconoce el esfuerzo y la capacidad de superación de todo un colectivo en el mundo”, concluía el acta. Queda el espíritu de una mujer a la que le queda mucho por nadar, mucho por vivir y mucho por ganar.
