La ruptura más o menos pactada entre PSOE y Ciudadanos en Andalucía, escenificada oficialmente tras la vuelta de las vacaciones, desemboca este lunes por la tarde en un consejo de gobierno extraordinario del ejecutivo de Susana Díaz. En él, la presidenta andaluza anunciará la disolución de la Cámara autonómica y la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 2 de diciembre probablemente, tres meses y medio antes de los previsto. Apretando el botón electoral, la lideresa socialista andaluza se evita de un plumazo, entre otros malos tragos, el tener que conocer la sentencia de los ERE irregulares sobre dos ex presidentes andaluces y una veintena de ex consejeros y ex altos cargos acusados de graves delitos, ver aprobada la ley de bioclimatización de los colegios públicos avalada por la mayoría parlamentaria a excepción del PSOE y también tener que saber cómo se gastaron un grupo de ex altos cargos públicos miles de euros públicos destinados inicialmente para cursos de formación en varias juergas en prostíbulos.
Susana Díaz ha adelantado las elecciones las dos ocasiones en las que ha tenido oportunidad de hacerlo
El machacón runrún del adelanto electoral se ha confirmado finalmente este lunes, pese a la insistencia que desde hace meses venía propalándose sin rubor a todos los niveles. Tanto es así que la propia Susana Díaz ha realizado en las últimas semanas un maratón de visitas institucionales a una treintena de pueblos de la comunidad, casi todos ellos gobernados por el PSOE, para anunciar promesas de mayor o menor calado para Andalucía. También la Administración autonómica ha realizado un contundente desembolso económico en diversos medios de comunicación con campañas de publicidad institucional muy criticadas desde la oposición parlamentaria.
Con este adelanto, la presidenta andaluza pone a la comunidad andaluza como primera cita relevante para un 2019 que se prevé intenso electoralmente, con las elecciones municipales de mayo y probablemente también las generales.
Este adelanto electoral es el tercero que vive Andalucía, el segundo provocado por la actual presidenta andaluza, que en enero de 2015 ya decidió hacer lo mismo cuando rompió el pacto de coalición con Izquierda Unida por falta de confianza más de un año antes de lo previsto.
De este modo, la lideresa socialista andaluza, que debió volver a la política autonómica tras su frustrado intento de liderar el PSOE, vuelve a hacer uso del adelanto electoral para adecuar la campaña a las condiciones que mejor se adaptan a sus necesidades partidistas. Previsiblemente, realizará una campaña personalista al máximo, como ya quedó claro en los comicios de marzo de 2015 y también durante el proceso de primarias que perdió de forma abultada frente al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La lideresa socialista ha recorrido una treintena de pueblos, casi todos gobernados por el PSOE, y ha impulsado desde la Junta costosas campañas promocionales
En los últimos meses, la actividad parlamentaria andaluza ha venido lastrada continuamente por la amenaza de ruptura del pacto de PSOE con Ciudadanos y por la celebración del juicio de los ERE, que ha sido un motivo más que evidente para que Susana Díaz no esperara a marzo de 2019 para convocar elecciones, teniendo en cuenta que para esas fechas es más que probable que se conozca ya el fallo judicial de este mediático y complejo caso que sienta en el banquillo a dos ex presidentes andaluces, seis ex consejeros y una docena de ex altos cargos.
Otro caso mediático que se evita aclarar con el adelanto electoral es el de la comisión de investigación sobre la juerga del prostíbulo pagada con dinero público por un grupo de funcionarios en 2010. Se da la circunstancia de que la presidencia de la comisión estaba en manos del propio grupo socialista, que previamente había intentando insistentemente vetarla para que no se llegara a celebrar. Ahora, al pulsar el botón rojo del adelanto electoral y disolver la Cámara, la comisión de investigación queda en suspenso.
