El sur de Europa, esos 5 países que son ahogados constantemente por los del centro y el norte, aporta a la Unión Europea el 42,86% de la Unión Europea. En concreto España, Italia, Francia, Grecia y Portugal acumulan casi 6 billones de euros de producto interior bruto, mientras que los otros 22 países suman 8 billones, de los que sólo Alemania aporta 3,43, es decir, un 43%. El SurExit, término con el que se define la salida de la UE de los países del sur, supondría un golpe definitivo a la Unión y una oportunidad de desarrollo económico y empresarial. Los datos así lo demuestran.
Como decimos, a nivel de PIB, los países del sur tienen la capacidad suficiente para ser absolutamente independientes del resto de naciones europeas:
El SurExit supondría a los países, además, disponer de casi 50.000 millones de euros anuales que, en la actualidad, están aportando a la Unión Europea y que, tal y como se vio en el Consejo celebrado la semana pasada, no han sido tenidos en cuenta por los países del norte y del centro para la aprobación de una respuesta conjunta frente a la pandemia del COVID-19, como no fueron tenidos en cuenta en el año 2012 durante la crisis de deuda soberana que provocó que esas naciones más ricas se aprovechara e impusiera unas políticas absolutamente insolidarias y austericidas de las que las ciudadanías aún siguen sufriendo las consecuencias.
En concreto, según los datos que aporta la propia Unión Europea, España está aportando cada año 10.314 millones de euros; Francia, 20.573; Grecia, 1.488; Italia, 15.215; y Portugal, 1.699.
Por otro lado, la propia UE indica una serie de datos que certifican que estos cinco países podrían conformar perfectamente una verdadera unión con fortaleza suficiente para poder, incluso, ser competidora de la UE en los diferentes mercados internacionales.
Los sectores más importantes de la economía italiana fueron el comercio mayorista y minorista, el transporte, la hostelería y la restauración (21,4%), la industria (19,4%) y la administración pública, la defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales (16,6%). Su comercio extracomunitario tiene destinos como Estados Unidos (9%) y Suiza (5 %).
Respecto a España, según la UE, los sectores más importantes de la economía española fueron el comercio mayorista y minorista, el transporte, la hostelería y la restauración (23,9%), la administración pública, la defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales (18,0%), y la industria (17,7%). El comercio extracomunitario tiene destinos como Estados Unidos (4%) y Marruecos (3%).
Francia, por su parte, tiene como sectores más importantes de la administración pública, la defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales (22,4%), el comercio mayorista y minorista, el transporte, la hostelería y la restauración (17,8%), las actividades profesionales, científicas y técnicas, y las actividades administrativas y de servicios auxiliares (14,0%). El comercio extracomunitario tiene destinos como Estados Unidos (8%) y China (4%).
En referencia a Grecia, los sectores económicos más importantes son el comercio mayorista y minorista, el transporte, la hostelería y la restauración (25,1 %), la administración pública, la defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales (20,3 %) y el sector inmobiliario (16,3 %). El comercio extracomunitario tiene destinos como Turquía (6 %) y Líbano (4 %).
Finalmente, Portugal tiene como sectores económicos más importantes el comercio mayorista y minorista, el transporte, la hostelería y la restauración (24,9%) y la administración pública, la defensa, la educación, la sanidad y los servicios sociales (19,1%) y la industria (18,5%). El comercio extracomunitario tiene destinos como Estados Unidos (5%) y Angola (3%).
Es evidente que todos los países que pudieran protagonizar un SurExit tienen como principales clientes a los países de la UE y que las exportaciones superan el 50%. Sin embargo, economías como la alemana se resentirían mucho de la salida de estas 5 naciones.
Sin embargo, para el sur de Europa la creación de una unión meridional es la oportunidad de dejar de depender de las injerencias insolidarias y austericidas de países como Holanda que está perjudicando gravemente al resto de países por su dumping fiscal para atraer a las multinacionales americanas a que instalen ahí sus domicilios fiscales y casi no pagar impuestos en las naciones en las que operan.
