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Stefan Zweig y la actualidad

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análisis

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Leo el ensayo de Stefan Zweig “El mundo de ayer. Memorias de un europeo” y se me hiela la sangre. Voy a explicar por qué.

Stefan Zweig desde su exilio de Brasil en 1941 escribe este ensayo recordando su vida en Europa, la Viena de su infancia y de su juventud brillante, el París mágico de principios del siglo XX, el soberbio Londres, el austero Berlín, y rememora sus amistades y anécdotas en estas ciudades. Nos habla de la alegría ante la contemplación del arte ajeno, los proyectos literarios que estaba desarrollando, las relaciones de amistad que frecuentaba y cómo estas le influyeron en su vida y en su arte.  

También nos introduce en la época, nos habla de la ingenuidad que profesaba su generación porque sentían una gran seguridad ante el futuro, ellos eran cultos, soñadores y alegres, pero a partir de la segunda década del siglo todo cambió. Los países europeos, ricos, presuntuosos y desbordados de cultura estaban a punto de sufrir una terrible transformación, empezó a oírse lo inimaginable, la posibilidad de una gran guerra en el siglo XX.

Os he traído estas reflexiones aquí por las similitudes que veo con el momento actual. En aquel tiempo, si mirabas el día a día nada parecía anormal, aunque en realidad la amenaza de la guerra y el odio crecía por todos lados. Para Zweig un viaje a la Francia de provincia, en Tours, fue revelador. Allí, junto a una amiga se dispusieron a ir a un cine donde la gente, preferentemente obrera, esperaban para entrar. Una vez dentro, antes del visionado de la película se proyectaron los noticiarios y entonces junto a otras imágenes apareció en pantalla el emperador Guillermo II. La pitada y los gritos de desprecio que profirió la concurrencia fueron descomunales. Zweig tembló en ese momento y lo relata así: “La buena gente de Tours, que no sabía del pánico y del mundo más que lo que leía en los periódicos, había enloquecido por unos instantes. Me asusté. Me asusté hasta los tuétanos, porque me di cuenta de hasta qué punto debía de haber progresado el emponzoñamiento provocado por años y años de propaganda de odio, cuando incluso allí, en una pequeña ciudad de provincias, sus cándidos ciudadanos y soldados habían sido ya instigados de tal manera en contra del emperador y de Alemania, que una simple imagen fugaz en la pantalla era capaz de provocar en ellos semejante estallido.”

Escucho a Zweig lamentar su ingenuidad, entristecer por la manipulación ejercida sobre la gente y entonces sé que hoy, año 2022, siglo XXI, de igual forma que entonces, la gente de a pie estamos siendo guiadas por los medios hacia el odio visceral y que este fenómeno ocurre a la vez en todos los países, pero que en esta ocasión no es un odio contra un país sino entre ciudadanos que viven juntos, compañeros de trabajo, miembros de la misma familia, entre amigos de toda la vida. Los medios aúllan contra los que no han pasado por un proceso que es voluntario y experimental, la vacunación del COVID-19.

¿Por qué lo hacen? ¿Qué quieren conseguir esta vez a diferencia del 1914? ¿De qué tipo de guerra estamos hablando ahora? ¿Por qué es realmente tan importante que todos pasemos por el mismo proceso de vacunación? ¿Por qué hay tanta presión mediática y política? Estas son algunas de las preguntas que estaría bien que pudiéramos responder.

La consecuencia en el 1914 fue una guerra que cortó para siempre una época floreciente, cándida y próspera, en nuestro caso el corte radical con la época anterior comenzó en 2020 pero a dónde nos dirigimos es una pregunta que aún no podemos contestarnos.

Quizás próximamente.

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