El alcalde de Seseña y también diputado regional por el PP en las Cortes de Castilla-La Mancha, Carlos Velázquez, ha manifestado que existe una “sospechosa” conexión entre el incendio ocurrido hace unos meses en el cementerio de neumáticos de su pueblo y el ocurrido esta semana pasada en la planta de reciclaje de Chiloeches, en Guadalajara. Carlos Velázquez, quien dice “hablar a título personal”, señala que “llama mucho la atención” que en las instalaciones del gestor de residuos de Chiloeches, donde se están llevando las ruedas que se salvaron del incendio de Seseña, hubo un «intento de incendio” hace poco, y ha recordado que el fuego que se inició en la madrugada del pasado viernes en una nave de disolventes está «cerca».

Carlos Velázquez destaca que todos estos datos “los conocen los cuerpos de seguridad” que están investigando ambos sucesos que tienen un denominador común. Ambas plantas no tenían permiso para ejercer la actividad que estaban llevando a cabo y en ambos casos parece ser que la mano del hombre tuvo mucho que ver en los incendios.

En el polígono industrial de Chiloeches se han instalado numerosas plantas de recogida y reciclaje de residuos tóxicos. Es considerado “altamente peligroso” por lo que las inspecciones del Seprona de la Guardia Civil se efectúan casi a diario.

Otra coincidencia es que tanto los propietarios del cementerio de neumáticos de Seseña como los de la planta de reciclaje de Chiloeches carecían de autorización administrativa para ejercer sus actividades. La planta de Chiloeches incendiada este viernes pasado, contenía 20.000 toneladas de disolventes y otros residuos altamente peligrosos. El Ayuntamiento clausuró la planta, propiedad de KUK Medioambiental, S.L., por “actividad clandestina y por no disponer de licencia de apertura”. Aún así, las investigaciones llevadas a cabo demuestran que se estaban llevando a cabo vertidos clandestinos, justo en la parte trasera de la planta, la que ha resultado menos dañada.

Fuentes policiales señalan “la extraña coincidencia” que se está produciendo en numerosos polígonos industriales en los que se están declarando incendios en plantas dedicadas a almacenar residuos peligrosos. La patronal de empresas de gestión de residuos tóxicos, Asegre, ha anunciado que contrató a la agencia de detectives Monopol para vigilar las actividades de KUK Medioambiental en Chiloeches. Se han obtenido pruebas gráficas que demuestran que los residuos peligrosos se mezclaban, en la parte trasera de la planta, con lodos de celulosa. Posteriormente, esos desechos se cargaban en camiones camuflados con residuos de construcción. «Estos camiones bañera cargados tendrían varios destinos en vertederos de Guadalajara y Madrid; algunos de ellos, de residuos de construcción y demolición», apunta la investigación de la agencia.

Los abogados de KUK Medioambiental no desmienten tales actuaciones aunque las imputan a una tercera empresa que, según su versión, tendría arrendadas las instalaciones. Esos mismos abogados, en cambio, niegan haber recibido orden alguna de suspensión de actividad ni por parte del Ayuntamiento y ni por parte de la Junta de Castilla-La Mancha.

Lo cierto es que en torno a este asunto hay mucho más que sospechas. Y es en Asegre, por ser los primeros interesados en acabar con las irregularidades en el sector, donde se están levantando de las sillas para investigar lo que está pasando

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