Llegó septiembre, la vuelta al cole, al curro, al negocio, a enderezar el año, a…
Algo raro ha contaminado la mentalidad de la gente de mi entorno. La veo retraída, a la expectativa, como si no fueran los protagonistas de sus propias vidas. Hasta mi gestor me aconsejó ser cauto. ¡Pero si es en las grandes crisis cuando se dan los saltos cualitativos!
Si tienes miedo, permíteme que te sugiera inspirarte en las actitudes de dos profesionales que admiro: por un lado, Juan Fran Delgado; y por otro, Carlos Pérez. A ambos les hermana su humildad, su talento, su don natural para liderar equipos con el fin de ayudar a que los demás seamos felices. ¡Ah! Y también les une la gastronomía, el sector de la alimentación. Sí, ese que hizo de tripas corazón y no ha parado desde que empezó la pandemia para que no nos faltará qué comer.
A Juan Fran le tendrían que dar el Príncipe de Asturias de Economía. Me explicó: él es el promotor del Startup Europe Smart Agrifood Summit, la feria referente de innovación en el sector AgriTech (tecnología aplicada a la agricultura) y Food Tech, que se va a celebrar, sí o sí, en Málaga, del 24 al 25 de septiembre, con representantes de 60 países, 300 startups acompañadas de 500 empresas expositoras, 46 entidades públicas, 40 universidades y, la guinda del pastel de todo encuentro startupero: unos 100 inversores de venture capital y business angels, con lo cual hay una agenda cerrada que contempla casi 4.000 reuniones B2B (Business to Business).
¡Va a ser el mayor evento celebrado con total seguridad en Europa! Aunque va a ser semipresencial, porque contará con 20.000 asistentes online, lo más trascendente es que 1.500 profesionales especialistas en la transformación digital del sector vendrán a las conferencias de forma 100% segura.
Ello es posible gracias a que los auditorios del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga están habilitados para 6.000 personas. Es decir, entrará la cuarta parte de su aforo, con espacios reglamentarios entre personas y, entre conferencia y conferencia, se limpiará cada sala dejando un cuarto de hora de intervalo para ello. Además, de utilizar los espacios al aire libre. Y, sobre todo, se llevará a cabo con la extrema prudencia de unos profesionales que llevan cumpliendo estrictas medidas de seguridad desde marzo.
Lo sé porque cada miércoles de confinamiento aprendí de las mesas redondas online que moderó Juan Fran con los agentes del canal, pues de forma abierta pasaron desde empresarios hasta el Ministro de Agricultura.
Por otra parte, Carlos Pérez, a sus 31 años recién cumplidos, representa al pequeño empresario, como gerente de mi restaurante favorito en Madrid, Latxaska Etxea. Él fue sacando del ERTE a sus quince empleados y hoy, pese a la prevención de sus estrictas medidas de seguridad, al detectar dos positivos por la Covid en su equipo, ha bajado la persiana para cumplir la debida cuarentena, limpiar todo y asegurar una vuelta 100% libre de coronavirus. Al igual que hizo Aponiente hace dos semanas y ahora vuelve para regalar felicidad.
Como no hay mal que por bien no venga, a Carlos le van a sentar fenomenal unas vacaciones, ya que se pasó el confinamiento donando Bolitas de Fruta naturales por los hospitales y residencias madrileñas. Pero como seguro que a las cinco de la mañana le seguirá sonando el reloj biológico, en vez de ir a Mercamadrid, se pondrá a pergeñar ese plato al que lleva dando vueltas desde hace tiempo, aunando lo mejor de la tradición de la gastronomía vasca con la innovación. Y todo ello con el único fin de que seamos felices todo el tiempo que pasemos en su templo gastronómico.
Espero que pueda cumplir con el compromiso que adquirí en pleno confinamiento de ir a celebrar la vida allí una vez al mes. Porque es la sociedad civil quien construye y evoluciona un país, ayudándonos entre todos por el mero placer de compartir y apoyar. Así que no temas, vive.
