¿’Socialismo’… o más vulgar clerical-franquismo?

«Yo sabía que el ‘partido socialista’ no era enemigo para la clase constituida… el poder bajo Franco; el ‘partido socialista’ simplemente tenía Hambre de participar en el poder, de ser igual que los franquistas (…) ése era el ‘partido socialista’ que quería acogerse a la Ley de Asociaciones franquista: puro franquismo». Antonio García-Trevijano, inmortal memoria de la falsa ‘transición’.

Las reiteradas declaraciones públicas de la exministra de Cultura sociata Carmen Calvo Poyato, ahora con sueldo de ‘secretaria de igualdaz’ de la P$OE y ministrable o vicepresidenta acto seguido, producen náuseas por la mala baba que derrochan. Furibunda arremete contra indepes y ‘populistas’ – término para demonizar a la izquierda que igual sirve para un roto o un descosido -, como si no fuesen su partido y ella más nacionalistas españoles que el fajín de Queipo de Llano en la Macarena. No hemos olvidado que la autora de la inolvidable frase ‘el dinero público no es de nadie’, ferviente taurófila y estomagante paladina de la aplicación espuria y torticera del Art. 155 en Catalunya  – extraña manía persecutoria en una ‘especialista en derecho constitucional’ -, encantada aceptó la gran cruz de la orden de Carlos III: ‘virtuti et merito’ de los que se destacan en la defensa de la corona del hijo del rey de Franco (¡viva el republicano laicista fundador del partido Pablo Iglesias Posse y olé!). Esperemos que los programas satíricos de la televisión catalana y vasca, Polònia y Vaya Semanita, pongan en el lugar que merece hasta su sedicente ‘feminismo’… en las colonias de Andalucía – junto con los Países hermanos de Extremadura, Murcia y La Mancha – y Canarias tenemos vetados los espacios humorísticos de tal naturaleza por esos impresentables camisas viejas disfrazados de ‘demócratas’.

Su jefe, el en su día invitado a la reunión del Club Bildelberg, el Bambi II Perico Sánchez auspiciador con su abstención del Tratado de libre comercio del CETA pulverizador de los anémicos derechos laborales, ha sacado adelante una ‘moción de censura’ gatopardiana (con los presupuestos atados y bien atados no es de extrañar la subida de la Bolsa con el cambio de mascarón de proa, extraño ‘pánico en los mercados’ ante el aparente ascenso de ‘los rojos’). No se trata sino de una burda cortina de humo. Por eso el interés de la coalición del recambio en Moncloa no apunta con máxima urgencia a la instauración de una estricta Separación de Poderes – en origen, ejercicio y funciones – y a la salvaguardia de una nítida representatividad política sin listas-plancha de camarillas de partidos estatales.

Al exsocio del ‘Noesnoperosí’ Sánchez, Falangito Rivera – exempleado del supernumerario de La Caixa Isidro Fainé -, con el que su camaleónico partido  forma gobierno en Andalucía, le resulta indiferente: sabe que la prensa del gran capital aplicará sordina a todos sus bandazos, propios de cualquier camuflado ultraderechoso oportunista sin conciencia (basta con reparar en el tratamiento informativo casi inexistente a su casoplón de más de un millón de euros en Pozuelo de Alarcón, elitista área de Madrid donde también vive el ‘socialista’ guaperas de Tetuán y Cristiano Ronaldo. A los cañís ‘perrodistas’ de raza – goebbelilla – esto les da mucho menos juego que las cocacolas de Espinar. Atentos a toda la jauría mediática de los españolazos: en vez de resaltar el desahogo colectivo por habernos librado de un partido gobernante corrupto que ha cedido soberanía al Estado extranjero vaticano, se centran en la supuesta inquietud que debería provocarnos el nuevo gobierno).

Esa fulgurante ‘moción de censura’ nacida para perder pues no supone sino un giro de 360º hacia idéntico sitio con políticas económicas inmutables, con la pantomima prosociata del Coletas cada vez con más cara de Tsipras de  comparsa, en realidad persigue lo mismo en el ‘aquí hay tomate’ mediático de la abyecta oligarquía partidocrática (oneroso órgano sufragado por el Estado con los impuestos de todos): darse autobombo por los platós para camuflar en vano el hedor insoportable de que han sido la P$OE y el partido-veleta naranja los que auparon al P.P. (Partido Podrido) a la Moncloa. Empezando por el golpe de mano en Ferraz del susanismo, y en el colmo de la desvergüenza cediéndoles de saldo a su diputadito canario, el cual se presentó con las siglas del puñito y el capullo, para aprobar los Presupuestos de la Miseria. Por no mencionar que la estrellita Rivera a una semana de las últimas Generales ¡pidió el ‘voto útil’ para M. Rajoy!, dejando a sus simpatizantes con cara de memos. Pretender presentarse ahora de ‘oposición’ sólo puede convencer a analfabetos funcionales del social-geriátrico rojigualdo, enchufados a la telepandereta españolista de CagalSur, ‘la nuestra’, y RTVE.

¿Puede sorprender a alguien por tanto que a partir de Suresnes el neofalangista partido de extrema derecha P$OE tenga ediles, de una punta a la otra del Estado, participando en procesiones, otorgando bastones de alcalde a Vírgenes y concediendo subvenciones al clero con cualquier excusa (ved informes de Europa Laica)? ¿De verdad extraña a alguien que cuando el carácter antidemocrático de los abusos del poder se manifiesta, la represión contra la sociedad civil se cronifique…? ¿O que las iglesias estén vacías cuando los pastores están más preocupados por el ‘estado de los negocios’ al arrimo de los gerifaltes…? Los que se asombran, a estas harturas del curso, nos asombran.

Tengamos muy presente que el fascismo nació como una degenerada escisión del partido socialista italiano. Bautizado con ese nombre de pila por el revolucionario mexicano Juárez, Benito Mussolini se afilió al partido socialista de su país con sólo diecisiete años. Exiliado y encarcelado por sus ideas socialistas de juventud, el después dictador apodado ‘Duce’ (conductor) llegaría a ser dirigente de sus filas, alcanzando a ser director del legendario medio de la lucha obrera Avanti!. Dada su involución probelicista y sobre todo antimasónica, en connivencia con el Vaticano, el más tarde autócrata denominado por el papa ‘hijo de la Divina Providencia’ terminaría por ser expulsado del partido.

En 1924, recién fallecido Lenin, el New York Times publicaría un pequeño artículo de escaso eco. Anunciaba la creación de un nuevo partido en Alemania. El llamado ‘partido nacional-socialista de los trabajadores’ abunda en la idea de que el padre de la Unión Soviética y Hitler son equiparables. Lo firmaba un desconocido por entonces, un tal Dr. Goebbels, ensalzando el legado de Lenin que sólo podría ser superado por Hitler, y señalaba que sus diferencias ideológicas eran ‘muy leves’.  En la misma Francia, aun ocupada por la Wehrmacht, parte de los ‘socialistas’ al menos hasta junio de 1940,  eran partidarios de la pesadilla nazi: el ‘socialismo en un sólo país’ estalinista y el belicoso nazional-socialismo alemán, abandonando ambos toda veleidad internacionalista, terminaron por compincharse para repartirse Europa (ved Pacto Molotov-Ribbentrop) dando paso a la II Guerra Mundial.

Nacionalismo imperialista exacerbado, imagen obrerista de pacotilla para captar incautos, complicidad con el Vaticano para el ‘nuevo orden’ totalitario, odio mal solapado a la democracia formal y a la libertad de expresión, políticas económicas avasalladoras para la clase trabajadora… Basta con recordar aquel marketing a la americana de Pedro Sánchez ante una rojigualda gigantesca acaramelado con su señora la experta en contratos-basura en plan ‘primera dama’, su patética propaganda con el eslogan ‘somos la izquierda’, y el clericalismo sin tapujos de la no menos españolista Susana Díaz, unido a su desprecio al inalienable Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos atropellando su propia ‘constitución’ en la ilegal aplicación del Art. 151, para que el calificativo de FASCISTAS – usurpadores de las siglas del histórico y anticlerical PSOE (tornado bodrio neoliberal) – resulte preciso y elocuente.

Por ello esperamos no sólo de los ‘socialistas’ nacionales que, en prueba de coherencia, igual que han planteado una ‘moción de censura’ cuando los tribunales han dictaminado que el partido de M. Rajoy se benefició de la corrupción, si los jueces dirimen similar chupeteo indigno con respecto al partido de los EREs… el resto de las agrupaciones de la Castuza de partidos estatales planteen otra moción de censura a la incansable defensora de la ‘honestidad de Chaves y Griñán’, Susana Díaz, en caso de no presentar su inmediata dimisión en el Parlamento de Andalucía.

La anatemizadora del ‘amor romántico’ ahora más ensoberbecida que nunca, Carmen Calvo, la del modelito de princesa jolivudiense en los premios cinematográficos Goya, desconoce que según la gran investigadora feminista de origen andalusí Fatima Mernissi el concepto moderno de erotismo surgió en Al-Andalus en el S. XI, extendiéndose a todo el mundo. Sin embargo la españolísima egabrense devota de la Virgen de la Sierra no percibe machismo alguno en la ignominiosa servidumbre de las ‘auxiliares’ del Opus, o en las mujeres enterradas en vida en conventos de clausura, en los millares de niños gitanos que separan de sus madres por motivos económicos, jamás condenó el robo de ¡treinta mil bebés! (sesenta veces más que en la dictadura argentina, tres mil veces más que con Pinochet en Chile) por los tentáculos del clerical-franquismo…

Aunque ciertas bases al arrimo de la mamandurria puedan exclamar secundando al ministro de propaganda de Hitler: ‘¡Nosotros estamos contra el marxismo, pero para el verdadero socialismo!’, lo sentimos mucho, engañabobos rojipardos: colorín-colorado, el cuento ‘socialista’ se ha acabado.