Yohann Castro es un ciudadano francés que une en su persona la responsabilidad política, a través de su partido AGIR, y el éxito profesional, con su puesto de alto ejecutivo en la multinacional Atos, dos aspectos muy importantes en la situación actual en que la pandemia del Covid19 ha dejado al mundo, sobre todo cuando el mundo económico se ha dado cuenta de que no puede vivir al margen de la política. Casado y padre de 3 hijos, es un reflejo de lo que es Francia, puesto que sus orígenes están en España y en los Pied Noirs.

A nivel político, Yohann Castro es el responsable en España de AGIR, un partido de centro derecha que se encuentra representado, tanto en la Asamblea de Francia, como en el Gobierno de Emmanuel Macron en la figura de Frank Riester, actual ministro delegado de Comercio Exterior. Sus funciones son la de ayudar, en nombre del partido, a cualquier ciudadano francés que necesite ayuda. En los próximos meses, según ha podido saber Diario16, tiene programadas reuniones con altos cargos de la Administración española, además de organizar, tal y como nos ha reconocido en la entrevista, una visita de Riester a España.

El nivel político y profesional de Castro le ha llevado a ser tenido en cuenta por importantes universidades españolas para, en los próximos meses, impartir una serie de conferencias, además de su participación en foros específicamente dedicados a materias que están entre las principales prioridades del actual Gobierno español.

Este fin de semana participará en el Congreso de AGIR que se celebrará en la ciudad de Mulhouse.  

La situación política, empresarial y económica del Covid19 ha sido diferente en Francia y en España. ¿Cómo ha sido la respuesta de ambos países desde el punto de vista político?

La guerra contra el Covid19, ha sido más dura en España por las medidas de confinamiento. En Francia se podía hacer deporte, por ejemplo, mientras en España se estaba confinado. Sin embargo, si miramos los datos de fallecidos no hay muchas diferencias con dos gestiones diferentes. Pero eso va mucho en la mentalidad de cada país. Aquí la gente respeta más las medidas de prevención que en Francia. Nosotros somos muy rebeldes, será porque llevamos la Revolución en la sangre. Abrir las fronteras en verano era fundamental para la economía porque somos dos países que reciben millones de turistas y necesitamos para la economía. A mí me daba miedo el cierre de fronteras. En Francia deciden las Prefecturas y pueden, para su zona, imponer la obligatoriedad de la mascarilla, cuando en España es obligatoria en todo el país. Por ejemplo, en Burdeos ya se está hablando la prohibición de fiestas familiares. Eso sí, no creo que haya una gran diferencia de estrategias, sino que hay que ser, ahora que ya no estamos de vacaciones, más prudentes a nivel personal y profesional. Por ejemplo, no creo que cerrar nuevamente la hostelería y los restaurantes sea una solución.

Tanto en España y como en Francia uno de los puntales económicos es el turismo, ¿cómo está sufriendo esta industria en ambos países?

El turismo ha sufrido. En Francia ha sufrido menos porque los franceses han viajado este verano en el interior. Este año, por ejemplo, no se veían muchos coches franceses en España, cuando otros años se veía mucha afluencia por las carreteras.

En su función como responsable de AGIR en España, ¿qué tipo de colaboración o aporte, por esa visión distinta de la política, le puede dar su partido a las formaciones españolas?

La primera cosa es tener una relación amistosa entre Francia y España, pero con un político viviendo aquí. Esto tiene un plus porque si necesito ayudar a un francés por un problema concreto, lo tengo que hablar con responsables españoles. Estamos en un país que tiene amabilidad de recibirnos, tenemos la obligación de trabajar mano a mano con ellos. Trabajo mucho para que el eje franco-español tenga su peso en Europa. Hablamos mucho de los ejes franco-alemán, franco-británico, pero poco de la franco-española. Un ejemplo, Francia tiene presencia militar en el Sahel, pero los materiales que se utilizan son españoles. Nadie habla de esto, sino de la presencia de Francia y Alemania y nunca de los españoles que trabajan con nosotros.

Somos unos socios comerciales importantes. Tenemos importantes empresas como Carrefour, por ejemplo que están implantadas, y eso genera relaciones comerciales muy importantes.

Hace un par de años, Diario16 entrevistó a Stefano Sannino, entonces embajador de Italia en España, y señaló que parecía que existía un muro de cristal y que las relaciones políticas entre ambos países no son tan fuertes como el eje franco-alemán. ¿Con Francia ocurre lo mismo?

Parece que Francia y Alemania son la base de Europa. Da la sensación de que hay una visión de distinto nivel político. Cuando un ministro alemán visita Francia se le da mucha visibilidad. Sin embargo, cuando se trata de un miembro del gobierno español, pasa muy desapercibido. En este punto, mi trabajo también es ese, intentar desarrollar un contacto mucho más íntimo entre políticos franceses y españoles.

En relación con el indivisualismo de los países del sur de Europa, ¿no sería más beneficioso que países como Francia, Italia y España, la segunda, tercera y cuarta economía de Europa, formaran un frente común para que la UE se diera cuenta de que el sur es fundamental para la Unión?

Estoy totalmente de acuerdo.

Insisto, la segunda, la tercera y la cuarta economía de la Unión Europea…

Tú lo has dicho, en esa frase lo has dicho todo. Es verdad que históricamente, y vuelvo a la respuesta anterior, parece que los países al sur de Francia tienen menos peso, lo cual es una tontería. Si los países del sur tuviéramos un frente común en la UE seríamos un poder emergente.

Las relaciones comerciales entre Francia y España son muy fluidas. ¿Qué importancia tiene el papel de Franck Riester, ministro de Comercio Exterior y perteneciente a AGIR, en el refuerzo de esos lazos comerciales?

Frank Riester es el responsable de un Ministerio Delegado, con una administración propia y en su portfolio está el comercio exterior, es decir, ayudar a las empresas francesas fuera de Francia y darles mucha más fuerza, además de tener intercambios comerciales con otros países.

Hay un plan de impulso sobre los 100 millones de euros dedicado para transición ecológica y 40 para ayudar a la industria, a empresas tener la oportunidades tanto en Francia como en el extranjero. La exportación supone a Francia un 30% del PIB.

¿Qué papel político puede jugar usted de enlace entre el Ministerio de Comercio Exterior y las autoridades españolas para favorecer esos lazos comerciales?

Mi función, en realidad, es ayudar en nombre de AGIR a cualquier ciudadano francés en España. Ahora mismo, estamos intentando organizar una visita de Riester a España, y ahí sí que organizaré reuniones con personas del Gobierno y sectores industriales. Siempre esos encuentros se organizan en función de los intereses o prioridades institucionales que se encuentran dentro de las responsabilidades del ministro.

La industria del automóvil francés es muy importante en España y vuestro ministro tiene un conocimiento muy importante del sector. ¿Eso puede ayudar para que esas fábricas mantengan su producción en España?

Claro que puede ayudar porque cuando tienes a alguien que conoce un sector concreto con una responsabilidad política, puede influir y puede ayudar. Es un plus.

Por otro lado, Francia en 2019 era el país más atractivo de Europa y queremos seguir trabajando mucho con España, nuestro vecino natural, lo cual es fundamental.

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