Si el coronavirus no existe, ¿renunciarías a tu asistencia sanitaria?

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En marzo pasé de publicar en mi blog que no iba a hacer caso de las medidas del gobierno por el coronavirus a sufrirlo en modo leve en casa, con varios síncopes y fatiga extrema como síntomas, pero sin la falta de aire al respirar, afortunadamente. Necesité todo el mes de abril para recuperar la forma, aunque en junio y julio he sufrido secuelas en forma de fatiga y de opresión en el pecho al exhalar.

He visto a un amigo de 40 años pasar 40 días en la UCI en coma inducido hasta el punto de adelgazar 25 kilos, incluso ha tenido que volver a aprender a andar. He sentido cómo fallecían los padres de cinco amigos casi de un día para otro. Aparte de una veintena de conocidos que o lo han pasado o tienen un familiar que ahora lo está sufriendo.

Entiendo que haya españoles que no conozcan a nadie que haya tenido el coronavirus. Así como a las personas a las que les mueve ir en contra de la autoridad para llenar sus vidas. Una autoridad, recordemos, votada en elecciones democráticas tanto para el gobierno de España como para las autonomías.

También puedo entender que haya personas que creen que Android, iPhone o las redes sociales son plataformas libres, no empresas que viven de la publicidad que se tragan los usuarios.

Lo que no comprendo es por qué los negacionistas se quedan a medias en la demostración de su hipótesis contra el uso de medidas tan sencillas como ponerse una mascarilla, guardar una distancia de metro y medio con desconocidos y lavarse las manos. Que me expliquen por qué, si tienen tantos argumentos, se limitan a agotadoras discusiones a través de las redes sociales y a difundir una insignificante concentración en Madrid a la que al final solo fueron 3.000 personas y ni siquiera apareció Miguel Bosé, uno de los mayores defensores de esta corriente que se basa en que el 0,00125% de los médicos españoles (200 de 160.000) afirma que la pandemia es una farsa.

Para comprenderlos, se me ocurre intentar hacerles la prueba del algodón, a ver si es verdad que piensan que el virus no existe: «si creo es que es un engaño o, aún peor, que hay una conspiración, y lucho con todas mis fuerzas «rediles» sociales, estaré dispuesto a hacer una declaración pública para sufrir las consecuencias (en las que no creo) y aguantar, en su caso, las consecuencias. Si no me atrevo a firmarlo, quizás es que no haya conspiración, no haya engaño y sólo es que estoy desesperado y tengo miedo ante una situación que me da pavor y que no quiero creer que pueda sucederme».

Es decir, no deberían tener inconveniente en renunciar por escrito y en pleno uso de sus facultades al coste de su atención sanitaria pública o incluso a no ingresar en un hospital si tienen -según ellos- los síntomas ‘psicológicos’ del coronavirus. Además, podrían echar un cable a los explotadísimos sanitarios de la Comunidad de Madrid, yendo de voluntarios a los hospitales, sin equipo de protección alguno, para acompañar en su soledad a las personas ingresadas en la UCI.

De ese modo harían un gesto a tener en cuenta, ya que las palabras, como ocurrió en mi caso, carecen del menor peso ante los hechos.

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Soy abre puertas, se me da bien conectar necesidades con soluciones. Me rijo por tres frases: la de mi madre “la vergüenza pasa y el provecho queda en casa”; la de mi padre, “la persona más feliz es la que menos necesidades tiene”; y la mía, “para crear valor hay que tener valor”. En plan profesional, soy FEO (Facilito Estrategias Operativas), cofundador de Xaudable, conecto innovación con el mercado, mentor y docente en @eoi y @SEK_lab. Emprendedor con mi startup de comida rápida saludable. Autor libro “abre puertas, cómo vender a empresas”. Miembro de @Covidwarriors. En otras décadas organicé en IFEMA la feria Casa Pasarela y fui gerente de un concesionario oficial en Madrid de motos Honda. Licenciado en Dirección y Administración de empresas por CEU San Pablo, diplomado en diseño industrial por IED (Instituto Europeo Di Design), master de comunicación aplicada en Instituto HUNE.

1 COMENTARIO

  1. Cierto y exacto: Por que correr sin no ves y no crees en el toro? Como digo, nombres y direcciones para sí enferman por el negado coronavirus les remitan a hospitales privados y, se paguen ellos su sanidad. Al menos que no nos carguen los hospitales con sus estupideces que nos cuestan vidas.

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