Me gustaría desmentir esos rumores que hay en las redes sobre si soy machista. He de decir que lo niego rotundamente. De hecho, tengo una amiga que es mujer y es una persona absolutamente normal.
- Que vivimos en una sociedad machista es evidente y que hay que luchar contra ese machismo implícito que tenemos todos, también. Pero que por parte de grupos feministas y de «los salvaptrias» de la izquierda intelectual no sepan encajar una ironía, me preocupa.
que por parte de grupos feministas y de «los salvapatrias» de la izquierda intelectual no sepan encajar una ironía, me preocupa
- Tengo que reconocer que no sabía nada de «Feminismo». De hecho, la primera vez que escuché la expresión «El Patriarcado«, creía que se refería a un restaurante de Segovia. Pensé: «ahí tienen que poner un cochinillo de puta madre».
- Nunca pensé que era machista hasta que una chica con la que salía me contó que, antes de salir una noche le dijo a su amiga: «hoy me apetece zumbarme a un tío«. Yo no le dije nada, pero por dentro estaba pensando : ¿pero qué formas de hablar son esas para una señorita?
- Vamos, que ese día ella salió como he salido yo toda la puta vida y aún así la juzgué. Ahí me di cuenta que era un machista.
- En mi defensa tengo que decir que también era por celos. A mí me da igual que una tia se folle a quién le dé la gana. Pero ¡coño! ¡No me cuentes todos los detalles! Es que la chica era muy explicativa: Qué si a éste me lo follé en el pueblo, que si al otro en el coche, que si a uno de «adopta a un tio»… ¡Qué necesidad de hacer daño! ¡Que yo también he hecho mis cositas y no te cuento nada!! Además estábamos empezando, era la etapa de hacerle sentir al otro una persona especial.
- También tengo que decir que en «50 sombras de Grey», cuando Anastasia pregunta a Grey a cuántas había llevado al cuarto de las hostias, y él respondió que a 15, a ella no le hizo ni puta gracia.
- Si, me sentí un poco Anastasia, una mezcla de celos y morbo. Adicto al dolor, era yo el que le preguntaba: ¿Y a ese cómo te lo follaste, de forma espontánea o fue también premeditado?
- Así que contrariado, sin saber si soy celoso, morboso o machista, decidí hacerme feminista. Me costó. Hice lo de aquel dicho de «haz cómo que lo eres hasta que lo seas«. Y me convertí en un feminista radical. Igualdad absoluta.
- Hasta me metí en un grupo de feministas. El problema es que no hacían ni puto caso a mis propuestas. Ducharme sólo con hombres atenta contra mí libertad sexual, yo no elegí esto. ¿Para cuándo un gimnasio con unos vestuarios mixtos?
- Nosotros también sufrimos «El patriarcado» y «el machismo». ¿O qué me dices del típico gilipollas que en el vestuario se esta afeitando en pelotas? Que te dan ganas de decirle: «Tronco, que no estas en tu keli».
- Y esto se lo cuento a una amiga y me dice: «¡Si, hombre!, le voy a enseñar yo mis tetas a todos los tios del gimnasio». ¡Qué jodía, aquí queremos igualdad para lo que nos interesa!
- Y cuento todo esto sobre «el feminismo» porque estamos en un momento en el que, para los monologuistas intelectuales españoles, está mejor visto hacer humor negro (chistes sobre gente con cáncer o tetrapléjicos), que chistes machistas u homófobos.
- Lo mejor es el argumento que te dan, «¿tú sabes cómo lo ha pasado una mujer?». ¿Sabrán ellos cómo lo pasa un enfermo con cáncer y sus familiares?
- Así que por eso nunca he pertenecido a ningún grupo. Para decir gilipolleces, al menos que sean mías. Que tengo muchas.
- Las sensaciones de cuando estoy siendo celoso y morboso las conozco pero me cuesta saber cuando estoy siendo machista. Si las reconozco, las cambio.