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Se nota que llega la primavera

Susana Pérez Alonso
Susana Pérez Alonso
Escritora de novelas, poesía y ensayo. Sus obras han sido publicadas en editoriales de prestigio internacional y por reconocidas publicaciones periódicas académicas. Comienza sus trabajos en la humanización del sistema socio sanitario en el año 1982. Funda la Asociación de Usuarios y Pacientes de la Sanidad. Trabajó en la reestructuración del Área de Oncología y Radioterapia del HUC. Participa en numerosos programas de televisión y radio, así como de reuniones científicas internacionales sobre humanización de la sanidad. Graduada Social y Técnica Fiscal IUDE por la Universidad de Oviedo. Procuradora de los Tribunales.
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análisis

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Los prados están perdiendo el color que los tiñe los días de helada. Nuestra huerta padece los rigores del frío y sólo las plantas más fuertes han resistido, otras han muerto. La naturaleza de las huertas es semejante a la humana. Una franja de hierba ha sido sustituida por una capa de musgo y los troncos de los arboles enseñan el camino del norte: también tienen musgo en esa parte de los troncos. Por la noche los cielos están limpios, apenas sin nubes, y vemos las estrellas. Las que no vemos, las imaginamos y repetimos sus nombres: Aldebarán, Polaris, Algol, Rigel… Y tenemos un programa en el teléfono móvil que, dirigido al cielo, saca fotos en los que se superponen planetas y estrellas. Se me olvidó contar que las fresas plantadas la primavera pasada están intactas y floreciendo. Sobre ellas creció la hierba y las cubrió salvándolas del granizo y el frío. Como quien habita en un refugio verde, protegidas. Los sábados cenamos con un amigo, telemáticamente, y disfrutamos de la conversación y la charla. Los domingos, mi hermana Rosa nos trae comida y las cosas que le pedimos durante la semana. Comemos en la terraza y luego, antes de irse, tomamos una infusión, con pastas. Los jardineros han venido hoy y hemos dispuesto como cambiaremos algunas cosas ahora que se acerca la primavera. Yo sigo empeñada en ahorrar en todo y coloco tiras de luz a pilas en las zonas de paso de la casa. Estoy preocupada, dos camelias jóvenes, plantadas el año pasado, no prosperan, la zona está demasiado en sombra. Durante la semana, mientras comemos, comentamos cosas de toda índole. Ayer, por ejemplo, le comenté a mi hija que a mi entender, estábamos cerca o ya metidos de lleno en un periodo de estanflación. Mi hija, universitaria con varios master, se puso un dedo en cada oreja y comenzó a repetir: habla, trucho, que no te escucho… Una y otra vez lo repetía. Después de dos años confinada, abandonada a su suerte por el Estado Español y todos sus organismos, está desfondada, no quiere sufrir más, supongo. Como todos. A lo mejor preferimos hablar de viajes, huertas, flores y árboles…

Rusia ha invadido Ucrania, eso Ustedes ya lo saben. Yo también lo sé y veo asombrada como continúan celebrándose desfiles de moda, competiciones deportivas, y como, estando los combustibles al precio que están, los hoteles se llenan, los Carnavales mueven a miles de personas, eso sí, con la bandera de Ucrania en la solapa, y el Covid parece haber desaparecido. Felices Años 20… En el año 2019 enloquecí (soy muy intensa, dicen) cuando ignorantes sin fronteras decían en las redes sociales que entrabamos en una época fenomenal, que ojalá fuese como aquellos años del siglo pasado. Directamente los insulté llamándolos ignorantes. Terribles años 20 en los que la locura contaminó mentes que habían sobrevivido a la Pandemia del 18, a la Primera Guerra Mundial que enterró a una generación entera de jóvenes, e intuían que se encaminaban a otra matanza. Malditos años 20, aquellos y estos, malditos.

Prefiero hablarles de estrellas y árboles, de Ucrania ya hablan otros. Si hablo recuerdo el rostro salvaje de los chechenos que están entrando en aquel país a sangre y fuego; a mujeres sonrientes fabricando cocteles Molotov; a los desplazados…

Y recuerdo y repito nombres de lugares del mundo de los que, USA y Europa no se acuerdan tanto, me temo: Siria, Libia, Yemen, Sudan o Etiopia. ¿Pasó lo mismo, reaccionamos de igual manera ante la barbarie? Evidentemente no. Así que prefiero no pensar en ello. Y si pienso no quiero decirlo. No sé si a alguno de Ustedes les pasará lo mismo.

Cuando termino de escribir este texto, Estados Unidos no ha cerrado su espacio aéreo a los aviones rusos. ¿Ustedes lo entienden después de escuchar una y otra vez al señor Presidente Biden? Yo no. En los malditos años 20 del siglo XXI pasa algo, como en los anteriores, que no sabemos…

Termino con la frase que me recordó un gran amigo, General del Ejército Español, Marín Bello Crespo me la escribió hace unos días: la primera víctima de las guerras, es la verdad. Dicen que la pronunció un Senador estadounidense durante la Primera Guerra Mundial. Conviene no olvidarlo.

De momento seguiré con mis infusiones y pastas…

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