Según la filosofía oriental en toda observación el sujeto que observa, el medio con el que se realiza la observación y lo observado son lo mismo, son consciencia. Sujeto, medio y objeto son una misma identidad y una vez que actuamos en cualquiera de las tres partes estamos alterando el conjunto.

El primer y más importante principio del Discurso del Método del filoso racionalista francés René Descartes. “cogito ergo sum”, “pienso por lo tanto soy” o más comúnmente conocido, como: “pienso luego existo “, construye una manera de entender el mundo basado en la razón y en el empirismo, es decir en el pensamiento y en la comprobación de lo pensado, alejado completamente de dogmas impuestos, sobre todo religiosos. Paradójicamente este primer principio coincide con la esencia del hinduismo, donde el sujeto: Descartes, el medio: su pensamiento y el objeto: su propia existencia, dan lugar a una de las teorías sobre el ser humano que más han contribuido a su evolución, que más ha alterado su nivel de consciencia. La sola observación de Descartes sobre sí mismo, supuso una revolución intelectual, un cambio sustancial de la consciencia en su tiempo.

Es así mismo curioso, cómo la física cuántica ha demostrado que la simple observación de la materia, la transforma. Parece que el universo se autocrea simplemente para verse reconocido, es como si necesitase la acción y sus consecuencias para no sentirse solo, para saber que existe.

En el mundo onírico, en el subconsciente, es todavía más evidente lo expuesto, pues el soñante (sujeto), el medio (ondas theta) y el objeto (imágenes y sensaciones proyectadas), son parte del durmiente que es sujeto, medio y objeto a la vez, mientras descansa fuera de su mente creadora no hay nada.

Hace unos días una conocida me relato este conciso sueño que acababa de tener:

Me encuentro con el catedrático del proyecto fin de carrera de hace unos treinta años, va con su mujer, para mi sorpresa se acuerda de mí y me saluda.

Aunque en su sueño aparecen otras personas, estas son el resultado de imágenes y sensaciones proyectadas almacenadas en la memoria, son meros instrumentos que usa el subconsciente para trasmitir un mensaje y así modificar el nivel de consciencia de la soñante, alterar su forma de relacionarse con el mundo.

La mujer se siente ignorada en la vigilia, pero su subconsciente a través de alguien que ha sido importante para ella (catedrático) le trasmite que esa idea no es cierta (sorpresa), que cambie de actitud, pues es apreciada (se acuerda de ella) y reconocida (va con su mujer, la saluda).

Las personas y las cosas pueden existir pero si nadie las reconoce es como si no existieran que viene a ser lo mismo, y de la misma manera si algo no existe y alguien piensa en ello, lo ha creado, ya le ha dado vida, ya le ha dado un significado.

En este caso podríamos dar una vuelta de tuerca al primer principio del Discurso del Método en relación a la soñante. La mujer necesita algo más, necesita sentirse segura, saberse valorada y en este caso el mensaje del subconsciente es contundente: cambia de actitud, pues tu entorno te reconoce y te aprecia “piensan en ti, luego existes”.

Todas las noches la mente nos altera la consciencia, nos hace dar un salto en el espacio- tiempo y observa nuestro mundo de otra manera.

Podemos afirmar por lo tanto, parafraseando al filósofo “sueño luego existo”.

Buenas noches, felices sueños.

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