Oficina Banco Santander en Sao Paulo (Brasil)

La sala segunda del Tribunal Superior del Trabajo de Sao Paulo condenó el pasado mes de octubre al Banco Santander por daños morales porque el gerente de una sucursal en la ciudad de Varginha insultó gravemente a una trabajadora cuando comunicó que estaba embarazada.

En concreto, según las personas que testificaron en el juicio, cuando la empleada comunicó a su director que se encontraba en estado, aquél le replicó que acababa de firmar un «contrato de estupidez». Con esto, según testigos presenciales, el gerente quería hacerle entender a la trabajadora que el embarazo le iba a dificultar su ascenso profesional y que eso le iba a quitar recursos para mantener a su hijo.

Tras abandonar el banco presidido por Ana Patricia Botín, la trabajadora demandó al Santander. En primera instancia se condenó al banco por causar «vergüenza y dolor» a la trabajadora. Tras un recurso, el Tribunal Laboral de la 3ª Región (Norte) incrementó la cuantía de la indemnización. El caso llegó al Tribunal Superior, donde se sentenció de manera firme.

La jueza, María Helena Mallmann, tras conocer los hechos, incrementó el valor de la condena con respecto a una sentencia de un tribunal de inferior instancia. La jueza afirmó que había que «ajustarla a los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad. Se ha demostrado que el shock psicológico relacionado con el embarazo fue consecuencia de la actitud del banco y del director. La condena anterior fue demasiado modesta para desalentar las acciones ilícitas del banco».

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