En referencia al último artículo publicado en estas páginas en el día de ayer, hoy, después de mucha reflexión, pensamiento y análisis, quiero dejar evidenciado que el hecho de mantener al juez Fernando Andreu al frente del Caso Banco Popular-Santander es más fruto de una estrategia que tiene como finalidad el perjudicarle con desmérito por cómo ha llevado la instrucción y con el único fin de que no fuera elegido presidente del CGPJ por el mero hecho de formar parte de un «grupo históricamente opositor» al propio Carlos Lesmes.

En este momento he llegado a convencerme de que la figura de Andreu, con todos los errores que pudo cometer, y que mantengo en la publicación Emmanuel Kant destruye el Poder Judicial de Lesmes, donde queda de manifiesto lo expresado en referencia al hecho de que la permanencia de Andreu en la causa del Popular era culpa de Lesmes. La reflexión, el pensamiento y el análisis, en medio de los acontecimientos del día de ayer en el Poder Judicial, me hicieron plantearme que el magistrado de la Audiencia Nacional ha estado siendo utilizado por aquellos que desde el poder han pretendido mantener el ejercicio de una justicia que es injusta per se.

El nombramiento de Manuel Marchena como presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo no es casual. Hay más hilos que los políticos y se han movido en la trastienda desde hace mucho tiempo. Tal vez el hombre no fuera Marchena, pero el objetivo era frenar a quienes podían tener una mayor capacidad a la hora de afrontar los cambios que necesita la Justicia en España.

No es comprensible que se haya nombrado al juez Marchena, un hombre muy conservador, por más que el acuerdo se haya cerrado con una mayoría progresista sobre el que sobrevuela el escándalo del nombramiento de su hija, tal y como ya advirtió el juez Fernando Presencia en estas páginas en el mes de agosto. Hay algo más.

Dentro de la judicatura española hay un grupo de profesionales que, más que bien, pueden desarrollar con más eficacia el cargo de presidente del CGPJ. Uno de los que sonó en su momento para crecer dentro del escalafón fue el juez Fernando Andreu. Puede que muchos no lo vieran por los errores que cometió en el pasado con el archivo del caso de la evasión fiscal de la familia Botín o en el Caso Emperador, o los que está cometiendo en el presente con la instrucción que está haciendo en la causa del Banco Popular, además del archivo de la de las preferentes. Sin embargo, Andreu es un hombre que tiene prestigio y que ya fue propuesto para ser el Secretario de Estado de Justicia por parte de su amiga la ministra Dolores (Lola) Delgado. Sin embargo, se le mantuvo en la instrucción del Banco Popular. ¿Por qué Marchena y no Andreu?

Los movimientos desde el propio Consejo se han orientado a la desestabilización de un grupo de prestigiosos juristas que estarían en la parrilla de salida por parte de quienes no quieren que se produzca la reforma (o la ruptura) de la administración de Justicia. De ahí que se mantuviera en sus puestos a este grupo. ¿A quién le interesa que la Justicia no resurja a través de la revolución que tiene pendiente? Evidentemente, a todas aquellas dictaduras públicas y privadas que se sienten impunes con el modelo actual.

De ahí que un juez como Fernando Andreu les fuera más útil instruyendo un caso que le puede generar, finalmente, más perjuicio que beneficio, tanto por la complejidad como por las decisiones negativas que se vería obligado a tomar. Ahí es donde viene la desestabilización del sector de profesionales de la Justicia que son contrarios tanto a Marchena como a Lesmes, quienes, junto con la jefa de gabinete de éste y esposa de Juan Manuel Cendoya, vicepresidente de Santander España, han logrado colocar a su candidato en la presidencia del CGPJ por encima de quienes podrían ser los más adecuados, entre los que se contaba Fernando Andreu.

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