La reunión mantenida esta mañana entre Pedro Sánchez, y el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, ha sido frutífera para la Ciudad Autónoma. El presidente del Gobierno se ha comprometido a reanudar las devoluciones de los menores a Marruecos.
En el encuentro en el Palacio de la Moncloa, se ha intentado buscar soluciones a la situación de los menores marroquíes no acompañados que permanecen en la ciudad autónoma y cuya repatriación ha sido paralizada cautelarmente por la Justicia,
Vivas ha explicado en rueda de prensa que ha coincidido con el Sánchez en calificar de “insostenible la situación” y ha celebrado su apoyo: “Tenemos con nosotros al Gobierno de la nación”.
Soluciones inmediatas
Para el presidente de Ceuta, la situación de los menores “requiere de soluciones inmediatas”, algo en lo que también han coincidido ambos presidentes. Vivas tiene “el compromiso de Pedro Sánchez de fortalecer recursos y medios para retornar a los menores a Marruecos por su interés”.
En todo caso, estas devoluciones se harán “con el amparo legal necesario. No vamos a hacer ningún retorno como se han hecho hasta ahora”.
Cuestión de Estado
Vivas ha negado que haya contradicciones entre sus palabras y las del líder del PP, Pablo Casado: “El señor Casado siempre me ha dicho que los intereses de Ceuta, por encima de cualquier otro, y ahora los intereses de Ceuta son ahora los de España: esta es una cuestión de Estado”.
Defiende la gestión de Marlaska
El presidente de Ceuta ha defendido la gestión del ministro del Interior, Grande-Marlaska, que el martes insistió en que su departamento no es el competente ni para la tutela ni tampoco para resolver o decidir sobre ningún retorno asistido. Vivas ha asegurado que las decisiones se ha tomado «de manera conjunta y coordinada.
Proceso paralizado
Tras reconducir la crisis diplomática con Marruecos el pasado 13 de agosto, comenzó un proceso de repatriación de parte de estos menores. Este asunto está envuelto en varios procedimientos judiciales y de momento está paralizado hasta que haya una resolución definitiva en los tribunales.
Las organizaciones recurrieron las devoluciones
La Abogacía del Estado, que representa a la Delegación del Gobierno, había alegado que ante “la situación excepcional por la llegada 1.097 menores, se aplicó el acuerdo hispano-marroquí bajo el paraguas de la ley de Extranjería, que en su artículo 35 dice que el Gobierno promoverá el establecimiento de acuerdos de colaboración con los países de origen que contemplen, integradamente, la prevención de la inmigración irregular, la protección y el retorno de los menores no acompañados”.
Las organizaciones que recurrieron las devoluciones han insistido que “el auto reconoce que ni el marco normativo de protección a la infancia ni los derechos de los niños y niñas admiten excepciones”.
Vamos a ver: Hay una increible serie de jóvenes que de manera irregular se han colado en el pais. Hay un determinado número de ellos que quieren volver a sus casas y precisan ayuda desde aquí, y que desde Marruecos alguien con legal tutoría o responsabilidad les recoja, pués esto es lo que exige Save the Children y la ONU en particular. Hay otra serie de niños que se han fugado de los centros de acogida y otros que bajo ningún concepto deberán ser devueltos a los lugares de donde han venido, y es aquí donde los juzgados están estudiando la situación particular de cada uno de ellos. El ministro que tenemos para estos asuntos no parece ni enterado ni espabilado para tales y antes habría negociado con los vecinos un regreso que poco diferia de aquellas devoluciones en caliente, a no ser por haber pasado cierto tiempo, e intervienen los jueces. Ahora llega Pedro y parece que vuelva a negociar con la ciudad autónoma un regreso de ¿unos, otros, algunos, todos…? Sin que se haya resuelto la cuestión judicial. No vale que conteste Casado, que aún no tiene clara su postura pero forzosamente ha de ser contraria a la de Pedro, cosa que será de aplaudir para ciudadanos con permiso de Vox, que ya los hubiese devuelto con catapulta hace tiempo. Y se crea conflicto político y judicial por un asunto social con leyes claras de validez internacional.
Vale, me queda claro.
Y luego dicen que los gallegos le damos vueltas a las cosas.