Foto: Agustín Millán.

El próximo miércoles se celebra en el Congreso la primera sesión de control al Gobierno en funciones en la que Pedro Sánchez tendrá que responder varias preguntas sobre el bloqueo político que ya dura cuatro meses y medio. Las cuestiones han sido dirigidas al Ejecutivo por parte de Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado. Esta sesión de control se producirá a dos semanas de que finalice el plazo para que Sánchez sea investido y, de no ocurrir, se convoquen nuevas Elecciones Generales.

Hay que recordar que el Gobierno no se somete al control parlamentario desde el pasado mes de febrero y antes de las vacaciones las tres derechas de la Plaza de Colón intentaron que se celebrara una sesión de control alegando que, a pesar de estar en funciones, el Gobierno debe continuar sometido al control parlamentario, tal y como indicaba la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional tras la negativa del Ejecutivo de Mariano Rajoy a someterse a las preguntas de la oposición.

Unidas Podemos

Desde que fracasaran las negociaciones para la conformación de un gobierno de coalición, los equipos negociadores de PSOE y Unidas Podemos sólo han mantenido una reunión que sólo sirvió para que los socialistas presentaran su propuesta de 370 puntos con el que se pretende convencer a los de Iglesias de que acepten la fórmula de gobierno de cooperación. Sin embargo, el enrocamiento de sus posiciones por ambas partes se ha incrementado y es el preludio de unos nuevos comicios en el mes de noviembre.

En esta situación, Pablo Iglesias preguntará a Sánchez sobre el balance que hace el presidente en funciones respecto a su labor durante los meses en que el Gobierno lleva en funciones, momento en que, seguramente, los fracasos por las negociaciones saldrán a la palestra y los españoles volverán a escuchar los reproches de la izquierda y se convencerán de la incapacidad de ambos líderes de alcanzar un acuerdo.

Las derechas

Por su parte, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, preguntará a Sánchez por la valoración de la situación del país, algo en lo que redundará Albert Rivera al cuestionar al presidente sobre si la situación política actual responde a las necesidades del país.

En primer lugar, tanto PP como Ciudadanos tienen capacidad para desbloquear la situación con una abstención técnica que, en realidad, no significa ningún tipo de apoyo a Sánchez, sino que abre la puerta para que puedan realizar el papel que los españoles les dieron tras las Elecciones Generales de abril: la oposición. Es lo mismo que hizo el PSOE en 2016 y que se le exigió desde las derechas como «por responsabilidad de Estado». Ahora, al parecer, ni PP ni Ciudadanos recuerdan esas peticiones. En segundo término, ¿cuáles son las necesidades que, según Rivera, tiene el país? ¿Las de las élites financieras y empresariales o las de la ciudadanía de a pie? Si tanta urgencia tienen los poderes fácticos, que Rivera, por fin, muestra que es su portavoz y ejecute el gesto que desde el IBEX y la CEOE se le está pidiendo: permitir que el gobierno pueda empezar a trabajar y que haga oposición.

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