Se materializa, poco a poco, el diálogo entre el gobierno de España y el govern de Cataluña. Pedro Sánchez ha anunciado ante las cámaras que la primera semana de febrero se trasladará a Barcelona para tener un encuentro con el president de la Generalitat, Quim Torra. Hasta el New York Times se ha hecho eco de la noticia.

La intención de Pedro Sánchez, según reitera, es trasladar al plano político la resolución del conflicto con Cataluña. Una de las herramientas fundamentales será el diálogo entre gobiernos, y ha afirmado acudir a la cita que propone con «la mejor de las voluntades».

Anunció nada más tomar posesión como presidente de Gobierno de España que acudiría personalmente a reunirse con todos los presidentes de las regiones del país. Y el primero será, como resulta necesario y urgente, Quim Torra.

Durante el día de hoy los gabinetes de los dos presidentes estarán en contacto para fijar la fecha de la reunión, que será seguro antes de que se constituya la mesa de diálogo entre gobiernos, una de las condiciones exigidas tanto por el Govern como por ERC en sus negociaciones para la investidura del gobierno central.

Entre los asuntos que se pondrán sobre la mesa, desde la perspectiva de Sánchez, serán el reto demográfico, la financiación autonómica, las infraestructuras y la inversión en políticas sociales (competencia atribuida a las regiones).

Insistió en la entrevista que le realizaron en Televisión Española que no pueden esconderse detrás del Tribunal Supremo, haciendo referencia a la necesaria desjuidicialización del procés. Reconoció que se ha dado una dejación por parte de la política, un fracaso, y que precisamente «desjudicializar» significa abrir espacios de diálogo y alcanzar consensos.

Durante la entrevista que dió también hizo referencia a la necesidad de modernizar el Código Penal, pues considera que no responde a las necesidades de la sociedad actual. Sobrevuela así la posibilidad de rebajar las penas por los delitos de sedición, por ejemplo. Sin embargo, no quiso pronunciarse sobre aquella medida que propuso durante la campaña, que hacía referencia volver a incluir como delito la convocatoria de un referéndum, algo sorprendente teniendo en cuenta que precisamente fue durante la legislatura de Zapatero cuando este tipo de acciones salieron del catálogo de delitos del Código Penal.

El diálogo es fundamental, no sólo para solucionar el conflicto con Cataluña, sino también para que el ejecutivo pueda tener luz verde en sus presupuestos. Espera poderlos tener listos de cara al inicio del verano.

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