Sánchez pierde un millón de votos

Una encuesta en 'La Razón' refleja la caída del Gobierno de coalición, que paga el desgaste de la pandemia, y recoge el auge de Vox

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Pedro Sánchez y Calviño con el comisario Gentiloni.
Pedro Sánchez y Calviño con el comisario Gentiloni.

PP y Vox obtendrían mayoría absoluta de celebrarse hoy elecciones generales en España, según una encuesta de La Razón. Teniendo en cuenta que el sondeo viene de donde viene, habrá que tomar los datos con todas las reservas, pero no es la primera encuesta macroscópica que avanza la posibilidad real de un vuelco electoral en nuestro país, de modo que indudablemente Pedro Sánchez tiene motivos suficientes para estar preocupado. Según el estudio del periódico conservador, las derechas rozan la ansiada horquilla de entre 175 y 178 escaños que daría la Moncloa a Pablo Casado (con la inestimable colaboración del único diputado de Ciudadanos que quedaría vivo tras la debacle naranja). Este dato conduce a una primera conclusión sociológica: el Gobierno de coalición está pagando un elevado precio por la pandemia y la posterior crisis económica (las previsiones le otorgan un 25,3 por ciento del voto, es decir, entre 97 y 99 escaños, lejos de los actuales 120). Desde el mes de octubre (cuando retrocedió hasta los 101 escaños) el PSOE está en caída libre y a fecha de hoy podría perder hasta un millón de votos.

El Ejecutivo socialista/podemita lleva semanas flaqueando en las encuestas y ni siquiera una buena noticia como es la llegada de los fondos europeos está sirviendo para que remonte en las intenciones de voto de los españoles. Lo normal es que el maná de las ayudas y subvenciones que empiezan a llegar de Bruselas actuara como revulsivo en las pulsiones del electorado, pero eso no está sucediendo. Los rumores sobre una reforma laboral edulcorada, los probables recortes en las pensiones anunciados por el ministro Escrivá y el malestar en las calles con movilizaciones como la que ha tenido lugar en el sector del metal de Cádiz pasan factura al Consejo de Ministros sanchista. A diario se producen protestas callejeras de los trabajadores de la agricultura, transportes, hostelería y hasta los empleados de la Sanidad pública están en pie de guerra, un conflicto evitable que se está yendo de las manos por la torpeza del Gobierno. En medio de esta pandemia, un Ejecutivo auténticamente progresista debería haber puesto en marcha con urgencia un gran plan nacional para blindar nuestra maltrecha Seguridad Social, mejorar las condiciones laborales del personal sanitario y apuntalar un pilar fundamental del Estado de bienestar. Fue el propio Sánchez quien dijo aquello de que “de esta saldremos más fuertes”, pero en apenas un año aquel eslogan ha quedado tan viejo como un papiro egipcio. Hoy las mareas blancas vuelven a las calles, los médicos reclaman una mejor Atención Primaria para hacer frente a las nuevas plagas de virus que irán llegando en el futuro inmediato y las enfermeras tienen que echarse a la calle, a la desesperada, para exigir mejoras salariales que nunca llegan. Ese conflicto, como otros muchos, tendría que estar solucionado ya, pero Sánchez se lava las manos. Y por ahí viene la derrota del progresismo europeo. Todas esas promesas incumplidas y tibiezas frente al liberalismo y a los poderes fácticos pasan factura a una izquierda devaluada que, en Francia, a las puertas de unas elecciones generales, ya ha quedado relegada a la intrascendencia política por detrás del liberal Macron, de la derecha clásica y de los dos grandes partidos neonazis.

Sánchez mal, Casado peor

Los sondeos dejan mal parado al presidente del Gobierno y a su gabinete, pero los resultados no dejan de ser inquietantes también para Pablo Casado, cuyo proyecto ha embarrancado claramente. Génova pierde 152.579 votos y dos diputados y se han disparado todas las alarmas. Si Sánchez ve frenado el crecimiento del PSOE por el descontento de los españoles ante la gestión de la pandemia, peor aún es la gestión del jefe de la oposición, que no sabe cómo rentabilizar el brutal desgaste del Gobierno. Obviamente, los números confirman que Casado se ha pegado un tiro en el pie al declararle la guerra total a Isabel Díaz Ayuso en la carrera por la hegemonía del PP madrileño. La presidenta castiza está consiguiendo hacerle luz de gas al jefe y ya ejerce como gran lideresa no ya del PP, sino de las derechas españolas. Fuentes populares expresan su preocupación por el hecho de que el partido no haya sido capaz de aprovechar la debilidad de las izquierdas para darle un vuelco al mapa electoral de España y atribuyen esa ineficacia a una hipotética falta de liderazgo de Casado, que se ha visto ampliamente superado por la figura emergente de Ayuso. Hasta Aznar bendice públicamente a la delfina. “La presidenta de la Comunidad de Madrid es la política más popular de toda España, punto”, ha dicho el expresidente popular desautorizando a la actual dirigencia de Génova 13. Todo un dardazo al casadismo.

En ese contexto de crisis del bipartidismo, Vox saca rédito (puede mejorar los 52 escaños obtenidos en las pasadas elecciones y dispararse hasta los 62) mientras que el bloque progresista parece centrar sus últimas esperanzas en el proyecto de Yolanda Díaz, que estos días impulsa su Frente Amplio de izquierdas. Según el citado sondeo, Podemos aguanta mientras la extrema derecha capitaliza el descontento social. Resulta curioso comprobar cómo los españoles indultan al socio morado del Gobierno mientras penaliza al PSOE. El discurso de que los socialistas frenan todas las reformas que pretende impulsar Podemos parece haber calado en el electorado de izquierdas, que perdona a Díaz y condena a Sánchez. Lógicamente, la encuesta se ha realizado antes de que la ministra de Trabajo visitara el Vaticano para reunirse con el papa Francisco, un encuentro que a cierto votante de Unidas Podemos no le ha gustado nada. Es evidente que con esa operación de imagen, con ese intento de quitarse de encima el cartel de comunista atea que tanta desconfianza provoca en el votante moderado, Yolanda Díaz trata de ensanchar espacio por el centro para que su Frente Amplio en ciernes no quede en el habitual porcentaje residual de Izquierda Unida. En cualquier caso, la encuesta es un serio toque de atención para un Gobierno, el de coalición, que debería reflexionar sobre su volantazo a la derecha en vísperas de la negociación con la patronal de cara a la reforma laboral. Ese frenazo, esa renuncia a derogar el abusivo marco legal que Rajoy impuso a los trabajadores, ha sido detectado por el pueblo como una nueva traición del PSOE.

6 COMENTARIOS

  1. Voy a contar una cosa, pero tampoco andar por ahí contándola; Pablo casado jamás va a ser presidente precisamente por las razones en forma de problemas que él solito se busca por subnormal. Es muy burro, tiene a su partido dividido, sus socios europeos le desprecian por arrimar su culo hasta la extrema derecha y ven mucho mejor a Sánchez.
    Chisss!…. De ésto ni mu.

  2. Yo preguntaba a la médium que se relaciona con los seres de luz y me dijo que iba a ganar la liga un equipo de Madrid y que la lotería va a tocar en Rio de Janeiro. Se muere la reina de Inglaterra sin covid y Boris Johnson pierde la final de dobles a piedra papel tijera.
    No hay fallo.

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