Las fuerzas militares rusas se retiran de Jersón. Según ha afirmado el general Sergeuei Surovikin, comandate de la Agrupación Conjunta de Tropas, la situación en la ciudad es difícil, los asentamientos aledaños no pueden abastecerse por completo y los bombardeos constantes a la ciudad, han hecho que se haya evacuado a más de 115.000 habitantes y que las tropas militares se hayan trasladado al otro lado del río Dnieper.
«El enemigo ataca indiscriminadamente a la ciudad y se podrían usar métodos de guerra prohibidos», ha señalado Surovikin.
También ha explicado, según ha informado la prensa rusa, que «los planes del enemigo, para crear una zona de inundación bajo la central hidroeléctrica de Kajovka podría conllevar consecuencias peligrosas». Ha señalado que «en estas condiciones, la opción más factible es organizar la defensa a lo largo de la línea de barrera del río Dnieper».
El ministro de Defensa ha aceptado las conclusiones presentadas por el mando militar y se ha procedido a la retirada de las tropas del territorio.
Negociaciones entre Ucrania y Rusia
Esta semana conocíamos, de la mano del Washington Post, que Estados Unidos estaría pidiéndole en privado a Ucrania que se abra a negociar con Rusia un acuerdo de paz.
Una información que ha sido publicada por el diario norteamericano el 5 de noviembre, precisamente tres días antes de las votaciones de medio término, en las que los sondeos ya apuntaban a que buena parte de los votantes no están de acuerdo con la postura de la Administración Biden sobre el conflicto con Rusia.
Según la información que se ha dado a conocer estos días, el Gobierno de Biden estaría pidiendo a Ucrania que se muestre públicamente abierta a negociar con Rusia y que abandonase su negativa a dialogar. Hasta ahora, Zelenskiy ha señalado que se negabata total y absolutamente a establecer diálogo con Rusia, mientras Putin estuviera al frente. Precisamente este punto de su discurso es el que desde la Administración Biden habrían solicitado a Zelenskiy que moderase.
El G7 quiere la paz
El pasado viernes, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, estuvo en Kiev y desde allí afirmó que todos los países del G7 (EEUU, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) «quieren paz». Así lo dejaron también por escrito en una declaración conjunta.
«Desde nuestra perspectiva, la conversación que necesitamos tener dentro de la comunidad internacional y en apoyo a Ucrania es cuáles son los términos para una paz duradera y justa», afirmó Sullivan
Durante estos días también hemos podido observar declaraciones del propio Biden hasta ahora nunca vistas.
«Queda por ver wsi Ucrania está dispuesta a comprometerse con Rusia», dijo ayer miércoles el presidente de los Estados Unidos. Y además, se permitió hacer unas declaraciones que jamás había hecho hasta ahora: reconocer que Washington no satisface todas las solicitudes que le hace Kiev.
En las declaraciones hechas por Biden ayer hay una especialmente subrayable: «Me parece interesante que los rusos hayan esperado hasta después de las elecciones intermedias para tomar esa decisión, que ya sabíamos desde hacía tiempo que iban a tomar, y es una prueba del hecho de que tienen algunos problemas reales». Efectivamente, la decisión de la retirada de Jerson se anuncia inmediatamente después de los comicios norteamericanos, un punto que ha señalado el propio presidente de los EEUU.
«Hay muchas cosas que Ucrania quiere, pero no las hacemos», fue otra de las afirmaciones que Biden hizo ayer, intentando así marcar una distancia que hasta ahora no se había visto. Precisamente esta misma semana la Unión Europea también avisaba de que las ayudas económicas y armamentísticas a Ucrania van a ir desapareciendo.
De hecho, desde la Administración norteamericana, se ha reaccionado apuntando a que la retirada de Rusia de Kherson (Jersón) es «una oportunidad para negociar la paz«.
¿Estamos viendo un cambio en la perspectiva occidental hacia la guerra en Ucrania? Hay datos que nos animan a pensar que se está produciendo un cambio, apostando por la negociación, que podría producirse si Rusia se retira de determinados territorios. Aún está por ver, pero, sin duda, el llamamiento que hizo Emmanuel Macron hace ya un par de semanas, podría ir tomando forma: sin olvidar que Ucrania debe ser quien señale los puntos esenciales (apuntaba Macron), más tarde o más temprano se tendrá que negociar una solución que ponga fin a este conflicto. Y advertía el presidente francés del error que supondría valorar estas palabras como «una traición a Ucrania».
