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Rey Mago Sánchez, quiero que nos regales una transición de verdad

Domingo Sanz
Domingo Sanz
Nacido 1951, Madrid. Casado. Dos hijos y tres nietos. Cursando el antiguo Preu, asesinato de Enrique Ruano y la canción de Maria del Mar Bonet. Ciencias Políticas. Cárcel y todo eso, 1970-71. Licenciado en 1973 y de la mili en 1975. Director comercial empresa privada industrial hasta de 1975 a 1979. Traslado a Mallorca. de 1980 a 1996 gerente y finanzas en CC.OO. de Baleares. De 1996 hasta 2016, gerente empresa propia de informática educativa: pipoclub.com Actualmente jubilado pero implicado, escribiendo desde verano de 2015.
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análisis

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Hola Pedro, he escuchado “transición” y solo tú sabes si eso significa algo.

El día 22 de julio algunos digitales y el 23 alguna prensa de papel, pero sin aspavientos.

Si te hago la pregunta es para que me digas si debo hacer más caso a la portada de, por ejemplo, el Diario de Mallorca, que tituló “El candidato propone una segunda transición…”, o a la última página en la que, como era martes, tocaba columna de Vallés y decidió titular que “Pedro Sánchez promete la luna”.

Eran los días sin parar de la investidura fallida y lo dejé pasar. Quizás a ti también te parezca, en medio del maremágnum que vivimos, que han transcurrido cien años desde hace quince días.

Pero el viernes 2 de agosto, en uno de los digitales catalanes he leído que “La Moncloa promete a Iglesias una ‘segunda Transición’ si renuncia a la coalición”. Lo relacionaron con la rueda de prensa de la portavoz tras el Consejo de Ministros.

Entonces pensé que reincidir es vicio, y “I like”, me dije. Y más hablando de una palabra tan envuelta de secretos como tan acartonada.

Porque, lo sabes perfectamente, para los defensores de las esencias patrias, en España “transición” es como tu madre: De esas aquí “no hay más que una, y a ti te encontré en la calle”.

Vamos que, por mi “transición”, si es necesario, “mato”.

Mientras espero tu respuesta he elegido sí. Para sobrevivir.

Y porque te considero capaz de flotar en cualquier clase de marejada.

Y también porque no solo leo los titulares. El mismo Vallés de la última página que te decía comenzaba diciendo que “Hace menos de tres años, Pedro Sánchez renunció a su plaza de diputado en el Congreso y se dirigió a la oficina más próxima del INEM”.

Esa osadía no se la recuerdo ni a un tal Adolfo Suárez, el del aeropuerto.

No obstante, queda pendiente que me expliques cómo es posible exhumar al “dictador” con una mano y soportar su ducado con la otra.

Si te parece, me lo cuentas en medio de una mar gruesa de hierbas secas con hielo.

Voy por la segunda oleada y, tonto de mí, no se me ha ocurrido pensar que se trata de otro truco “made in Sánchez”.

Con este lo que quieres es envenenar todos los títulos nobiliarios y acabar con ellos de un plumazo.

A tus órdenes, mi rey, ¿cuándo y dónde? No te demores demasiado.

Antes de exponerte mi lista de peticiones para el paquete de la que comenzaré a llamar “Transición Sánchez” por si la cosa funciona y te terminas sintiendo más rodeado de demócratas en pelotas que de franquistas disfrazados, quiero compartir contigo un análisis breve de la coyuntura.

No dejas de ser uno de los pocos políticos que han conseguido lo que tantos niños alguna vez quisimos, eso tan minoritario de ser presidente del gobierno. Tuviste suerte hasta en lo de la hora de nacer.

Sabemos que algunas transiciones cursan con acuerdos de amplio espectro.

Me gustaría saber si vas por ese camino cuando, para tu investidura, pides la abstención a Cs y PP, a pesar del coste en credibilidad que te está suponiendo repetir, al mismo tiempo, que tu socio principal es UP. Y, además, a sabiendas de que sin los votos de algunos de los que ponían “caras de odio” mientras los apaleaban por ir a votar, no podrás seguir en La Moncloa sin regresar a las urnas.

Después ganarlas contra el rey, y no solo por lo que acaba de decir desde Mallorca. Recuerda esto.

Abro paréntesis en el análisis porque viene a cuento.

En el paquete de la “Transición Sánchez” que has anunciado voy a pedirte que incluyas lo de abrir los secretos de estado. Mientras tanto, ¿podrás contarnos aquel episodio tan extraño en el que de repente fuiste tú, o no, y acto seguido dejaste de serlo, o tampoco?

Sabes perfectamente que me estoy refiriendo a la reprobación de la vicepresidenta Soraya, que anunciaste, pero que se quedó en nada.

¿Se ganan unas primarias por mayoría absoluta para después hacer eso?

¿Me cuentas los intríngulis de aquello, por favor? Ya sabes que “intríngulis” es igual a “la verdad”.

Volvamos a lo nuestro.

Te decía lo del amplio espectro para las transiciones. Aunque, no nos engañemos, es siempre mucho más sano que los que han estado asesinando desde el Estado y hasta 24 horas antes terminen, al menos, inhabilitados para seguir metiendo mano en cualquiera de los aparatos, también llamados organismos públicos, pagados a la fuerza por los contribuyentes.

Pero aquí no. España siguió siendo diferente tras la muerte de Franco.

Y en nuestra diferencia seguimos tan liados que ya, ni nos encontramos.

¿O todo lo de la investidura está siendo un teatro?

Porque, seamos realistas. De tanto como Casado y Rivera te insultan no es posible imaginar que se presten a firmar la “Transición Sánchez”, que sería la versión 2020 de la que se terminará conociendo como la “Transición Suárez”.

Pero, ahora que no nos escuchan, fíjate en los problemas que ambos tienen en sus propios partidos. Todo por tu culpa, de tanto insistirles en público para que se abstengan sabiendo que se han pillado la lengua.

Estoy seguro que en el PP y en Cs hay muchos importantes que confían más en ti que en Casado y en Rivera. Y que son más que los importantes del PSOE que no se fían de ti ni un pelo, pero no tienen en quien confiar.

Es lo que tienen las encuestas imposibles, que vale tanto mi opinión como la de cualquiera.

Y, además, lo de Catalunya. Si hacemos caso a Borrell, que en algo tendrá el hombre que acertar con sus predicciones y apuestas, la cosa va para veinte años, termine como termine.

Por otra parte, Cuevillas, ya sabes a quien me refiero, un lapidario de esos que las bocas, espontáneas, callan cuando él habla, abogado verdadero y hoy destinado en el difícil frente del Congreso, un político atípico que solo dice lo que piensa o declara que no contesta sin molestar a la audiencia, ha dicho hoy mismo que 10 años son los que restan para la independencia de Catalunya.

Por cierto, léete la entrevista que le hacen en “El Nacional” y dime luego porque pienso que te alaba.

Sean diez o veinte los años, esto significa tiempo para ambas partes. ¿Y qué hacemos mientras tanto?

Estarás de acuerdo conmigo en que, si no hubiera sido por los catalanes republicanos, independentistas y demonios todos, y por el sacrificio personal que algunos de sus líderes están asumiendo, aquí nadie se habría enterado de que el PP estaba lleno de franquistas hasta los tuétanos.

Y también que, solo gracias a la división de la derecha que este conflicto ha conseguido acelerar, tú estás hoy en La Moncloa.

Atención, no estoy diciendo que les debas nada, incluso aunque te votaran gratis la moción de censura. Solo se trata de hechos que, a la postre, te proporcionan mayor margen de maniobra. Convocar elecciones desde La Moncloa no es poca cosa.

Además, hagas lo que hagas, ya no tienes arreglo. Salvo que te largues a tu casa, para el bloque de la derecha española siempre serás alguien que ha traicionado a las víctimas porque te has aliado con sus asesinos y que, además, ha pactado con los que están rompiendo España.

Más un largo etcétera de “crímenes”.

Y si dieras un solo paso atrás, dirán que fue gracias a que te acorralaron.

¿Por qué será que me recuerdas tanto al Suárez a quien los franquistas insultaban, tu Felipe González acosaba sin descanso y contra quien el rey no paraba de intrigar?

De nuevo lo de los secretos oficiales para enumerar las confabulaciones que estaban funcionando al mismo tiempo.

En cualquier caso, y para terminar con lo de Catalunya, que es lo más tajante de todo lo que sufres, aunque yo creo que Europa se va a lavar de nuevo las manos para que España se siga consumiendo sola en su propia hoguera, no dejes de leer “14 de octubre: apunten esta fecha” del catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo.

Por que no están escritos los eventos que deciden esos puntos de inflexión que tanto nos enseñan desde los gráficos. Qué te voy a decir a ti, primer triunfador en cuatro décadas de una moción de censura.

Por tanto, estoy convencido de que hay un hueco reservado en la historia para la “Transición Sánchez”.

Ahora no me queda más remedio que dejarte. Me tienes agotado. Y, de lo contrario, terminaremos aburriendo hasta los muertos.

Te tomes o no las vacaciones, que esta lectura sea como una ola de verano.

O varias. Para la próxima, que viene encrespada, lo que quepa de esta maraña de inquietudes y deseos:

  1. La lista de protagonistas de la “Transición Sánchez”.
  2. La lista de regalos que tienes que incluir en esa noche de reyes.

Continuaremos…

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