Juan Carlos I, en el momento de saludar a Mohamed bin Salmán.

La Monarquía está constituyendo un lastre para la imagen y el desarrollo de España. El último escándalo lo tenemos en la presencia de Juan Carlos de Borbón junto con el principal sospechoso de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el Consulado de Arabia Saudí en Estambul. Con la experiencia del anterior Jefe del Estado, ¿cómo se le pudo ocurrir, con la que está cayendo a nivel internacional, saludar al príncipe Bin Salman que, según la CIA, es el principal sospechoso de la muerte del periodista? La Casa Real, por otra parte, se ha desentendido de la fotografía lo que podría dar a entender que tienen al Rey Emérito fuera de control.

Cada nuevo escándalo de Juan Carlos de Borbón, ya sea por fotografiarse con un sospechoso de asesinato, ya sea por la fortuna que, según indican distintos medios internacionales y las confesiones de Corinna zu Sayn-Wittgenstein al comisario Villarejo, ha amasado durante los años en que fue Jefe del Estado y que supuestamente al fisco, por citar algunos, provoca un desprestigio, no de la Corona, sino de España.

Si a este comportamiento unimos la despreocupación por parte del actual rey de las necesidades del pueblo, sólo atendidas durante el discurso de Nochebuena, nos daremos cuenta de que la democracia española sólo puede sobrevivir si el pueblo toma la palabra y decide.

Habrá quien afirme que Felipe de Borbón es cercano a la gente…, siempre que no se le abuchea, porque entonces tuerce el gesto. Sin embargo, ¿nadie se ha parado a realizarle un análisis de la situación del país para entender la causa de los pitos? El rey ya no lo es de todos los españoles porque los y las ciudadanas se sienten traicionados y traicionadas por la más que absoluta apatía durante los duros años de la crisis. ¿Dónde estaban los Borbones cuando se estaba destruyendo las políticas que sustentan el Estado del Bienestar? ¿Dónde está el cumplimiento del juramento por el cual tenía que cumplir y hacer cumplir la Constitución? Durante estos años el ejecutivo de Mariano Rajoy ha gobernado contra el pueblo y Felipe de Borbón sólo ha pasado a primera fila cuando hubo una crisis que podía beneficiar a la Corona para lanzar un discurso más propio de la extrema derecha que de un Jefe de Estado democrático. Sin embargo, cuando esa crisis afectaba a los y las ciudadanas la Casa Real se ha mantenido al margen.

Un Jefe de Estado tiene que estar con su pueblo y no abandonarlo. ¿Dónde está el compromiso en la lucha por la igualdad y en contra de la violencia de género? En ningún sitio porque sólo le dedicará unos segundos el día 24 de diciembre.

Los ciudadanos ven a los Borbones siempre rodeados de los representantes de las élites y de las dictaduras del capital. ¿Acaso habló con la señora Botín para mediar en favor de las mujeres desahuciadas, ahora que la presidenta del Santander se declara feminista? Ese tema, seguramente, no lo tocaron.

La democracia española no puede permitirse, en los momentos de incertidumbre actuales y con el peligro del crecimiento de la extrema derecha, tener una democracia debilitada por una institución que no aporta al pueblo nada más que pompa y circunstancia. Por eso ha llegado la hora de que los Borbones le hagan caso a Adolfo Suárez y «hagan normal lo que a pie de calle es normal», es decir, permitir que lo que este fin de semana van a ser actos no vinculantes se conviertan en realidad.

1 COMENTARIO

  1. don juan carlos a usted se le ha ido la olla totalmente.
    con la que esta cayendo y saluda a su amigo asesino.
    pero yo creo que no hay que tenerselo en cuenta el rey emerito esta gaga del todo

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