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Reseña de “Morada Esmeralda” de Carmen Muñoz

José Luis Ortiz
José Luis Ortiz
Escritor, poeta, guionista y columnista de diferentes publicaciones en España y en publicaciones internacionales.
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análisis

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Cuando tuve la fortuna de que esta novela cayera en mis manos, no pude más que compararla con Cien años de soledad de Gabriel García Márquez o Los –Buddenbrook de Thomas Mann. Dos destacados autores que son historia de la literatura. Con su novela perfectamente se podía codear y ese honor le corresponde a Carmen Muñoz, autora aragonesa y como aragonés para mí todo un orgullo. Todas ellas tienen en común una similitud, sagas familiares, que van desde la prosperidad y por diferentes circunstancias, tienden a desaparecer.

Esta novela nos conduce a través de sus personajes para dejar reflexiones profundas relacionadas con el espíritu, la belleza y en definitiva con la vida en su esencia. Es el verdadero arte de esta gran escritora con la que todos sus personajes, todos ellos de un gran peso y que por si sólos serían objeto de una novela. De ahí que lo importante sea la intrahistoria de los personajes, ya que sirve para hacer referencias a diferentes reflexiones vitales.

La historia comienza a finales del siglo XIX, en tercera persona, y se conecta con la actualidad de mediados del siglo XX, 1962, en primera persona, con la figura de la niña Isanza La genialidad de la obra reside en ese juego de relatar la historia, esas descripciones que convierten las palabras en imágenes y la brillantez de su palabra que nos “obliga” a disfrutar de la novela saboreando las emociones con verdadero deleite.

En su maestría descriptiva, tanto de los acontecimientos como en los diálogos que suceden, consigue que formemos parte de la historia e incluso nos sentemos a comer en la misma mesa. Todo está descrito a la perfección, ambiente, vestuario, gestos y acciones …., sin obviar el más mínimo detalle. Una niña abandonada a los pies de un hospicio es el pilar fundacional de este relato. Su magia nos traslada a Colombia, a la Capital Mundial del Café, en la hacienda Morada Esmeralda. Entrañables personajes nos atrapan en la realidad de la vida, amor, esperanzas, sueños y dolor. Personajes entrañables como Mamajuana, la negra matriarca o Quintiliano, ese personaje que aunque solo sabe decir “tutuyi”, desde que se cayó de una palma de aceite, comunica sus emociones con total claridad. Benito, ese negro bueno, Luz Divina y su prima Isanza, Virtudes, madre de Gonzalo de Bengoechea, Sócrates, Platón y su esposa Isabel.

Don Ascanio y Aarón y sus partidas de cartas en las que se jugaban absolutamente todo. Todos ellos dan sabor y enriquecen esta maravillosa obra. La escritora consigue convertir la catedral de Manizales en un personaje con vida propia y que interactúa con el resto de los personajes y con el lector y que un terremoto destruye. La naturaleza en esta obra se convierte en la fuerza que es capaz de condicionar vidas y existencia, algo que estamos viviendo en estos tiempos, por nuestros abusos descontrolados.

Son las inundaciones las que traen desolación en haciendas, condenando vidas y haciendas. “Nos enteramos por la radio, que no dejaba de pregonar la noticia, aquel treinta de julio,de mil novecientos sesenta y dos: la violenta sacudida no había causado daños personales, pero había hecho caer una de las torres de la catedral. Otra vez la soberbia de los hombres era castigada. El templo había sido construido en hormigón armado, como si ese duro material pudiera detener la destrucción de la naturaleza enfurecida. Llevaban en pie poco más de veinte años, y ya una de ellas yacía hecha pedazos en el suelo.” Este relato rezuma vida, luz y pasión en su verdadera esencia y desde el sentimiento y desde la frescura de su narración es potente y aporta vida desde su lectura.

En definitiva, una obra para la vida, desde la vida. Esta obra tiene algo de mágico y es que es una obra atemporal y que es plenamente vigente en este momento y que mantendrá esa vitalidad y seguirá embriagando corazones más allá de los años. Que mejor que emplear las palabras de la autora para definir esta maravillosa obra:, un verdadero ángel para los que amamos la lectura, la emoción y la sensibilidad. “Luego, como suele decirse, pasó un ángel, y nos quedamos callados. El calor amainaba, y un vientecillo empujaba hacia nosotros unas nubes “

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