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República Dominicana: Tres modalidades de continuismo a derrotar

Narciso Isa Conde
Narciso Isa Conde
Revolucionario socialista, político, escritor y ensayista dominicano.
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análisis

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Las fuerzas sociales y políticas que han dominado la sociedad dominicana a partir de la invasión militar de EEUU en 1965 cuentan actualmente con tres modalidades de continuismo que en el marco del sistema electoral y de partidos vigentes, las cuales les garantizan la permanencia del orden establecido y la institucionalidad sustentada en la constitución neoliberal, dictatorial-presidencialista y re-colonizadora del 2010.

Esa situación tiene lugar en el marco de otra coyuntura electoral (febrero y mayo del 2020) absolutamente controlada y manipulada por ellas; haciendo gala la actual dictadura constitucional de mecanismos propicios para instrumentar diversas modalidades de fraudes a favor del partido de gobierno.

El caso es tan grave que un reciente informe del PNUD sobre el sistema electoral y los derechos políticos revela de cara al mundo que nuestro país ocupa el lugar número 20 de los 24 países de América Latina y el Caribe investigados por ese organismo de las Naciones Unidas.

Entre las tres modalidades de continuismo dos corresponden al Partido de la Liberación Dominicana-PLD: la reelección por segunda vez de presidente Danilo Medina y su facción política, o la concurrencia de esa corporación de la corrupción estatal con otra candidatura.

La tercera, con serias desventajas a vencer, corresponde al principal partido de la oposición de derecha, el Partido Revolucionario Moderno-PRM, profundamente conservador, neoliberal, subordinado a la estrategia imperial de EEUU y comprometido con la degradación moral del ejercicio político.

Una equivale a la reelección presidencial, otra a la reelección del partido-Estado y la otra a una alternancia dentro de la misma institucionalidad y el mismo modelo, o sea a una reelección del modelo.

CINCO REALIDADES INSOSLAYABLES

Un movimiento político-social como el que se ha desplegado aquí en los dos últimos años alrededor de la lucha por el fin de la corrupción y la impunidad, no puede ignorar realidades tan crudas como las siguientes:

1.-Evidencias contundentes de que corrupción e impunidad cruzan y agravan extraordinariamente las expresiones más agudas e impactantes de la crisis integral que afecta hasta el agobio a una gran parte sociedad dominicana, entre otras:

-Una institucionalidad estructurada como una dictadura constitucional generadora de corrupción impune, autoritarismo y abuso de poder.

-Una crisis ambiental en expansión.

– Degradación extrema del sistema de salud, seguridad social y pensiones.

-Alarmante y progresivo deterioro de la seguridad física y existencial de los dominicanos y dominicanas de todas las edades a consecuencia del reinado de la delincuencia de Estado y su expansión a lo largo y ancho del país.

– Auge de la economía informal y las desigualdades sociales, deterioro el poder de compra de los salarios, de los sueldos fijos e ingresos informales, de la calidad de vida y los derechos del pueblo trabajador y su seguridad laboral.

-Un sistema de transporte y un sistema energético caóticos, dominados por mafias.

-Despliegue dramático de la violencia de género, auge de los feminicidios, impunidad recurrente y negación de derechos vitales como los relacionados con las tres causales en materia de abortos.

-Perspectiva de una un peligroso desfonde de la economía nacional a consecuencia del persistente déficit fiscal, la expansión de la corruptela y la creciente deuda pública externa e interna…

2.-El incremento del descontento y la indignación que estas expresiones críticas provocan y el poder movilizador de las demandas correspondientes, tienden a trascender la vertiente electoral de la coyuntura.

3.-El bloqueo institucional al reclamo del fin del régimen impunidad y a la exigencia de superación de la corrupción en expansión, como consecuencia del blindaje de la asociación estatal-empresarial delictiva; principal protagonista y gran beneficiaria de esa situación estructural, reforzada ahora su vigencia y continuidad por la Constitución del 2010, y por las leyes de partidos y electoral.

4.-La imposibilidad, en consecuencia, de superar ese bloqueo y crear una institucionalidad alternativa por la vía de las instituciones actualmente vigentes, de los viciados mecanismos electorales y el sistema de partidos entronizado y auto-protegido; en el que predomina un oficialismo continuista y una oposición históricamente comprometida con lo esencial de sistema vigente, incapaz por demás de ponerle fin a la corrupción y la impunidad sistémica.

5.-El altísimo grado de desconfianza de la sociedad en los partidos, el Congreso, el gobierno de turno, el sistema judicial, la policía y la gran empresa privada; exhibiendo porcentajes de rechazo que rondan el 86%, el 80% y el 70%.

ALTERNATIVA DIFERENCIADORA

En tales circunstancias un accionar político-social transformador desde el campo popular y las izquierdas revolucionarias, exige independizarnos de esas tres modalidades de continuismo, abrazando con firmeza las siguientes pautas:

-Sin dejar de presionar las instituciones vigentes y de asumir todas la iniciativas que las emplacen, privilegiar la lucha de calle, la vía extra-institucional; manteniendo como eje central la lucha por el fin de la impunidad y la corrupción, completando el programa mínimo correspondiente a esa meta, e impulsando y participando en las luchas sociales y políticos-sociales junto a todos los movimientos y sectores en lucha.

-Mantenernos al margen de las opciones partidistas-electorales que entren a competir en ese escenario tramposo, preservando una independencia política que nos permita transcender la coyuntura electoral del 2020 desde una línea de lucha y unidad contra el sistema de corrupción e impunidad y a favor de los grandes reclamos del pueblo; sin compromiso con ninguna de las variantes continuistas: reelección presidencial, reelección del PLD y reelección del sistema institucional con otros rostros.

-Asumir -a los compas de movilizaciones, paralizaciones y modalidades de desobediencia civil una propuesta política propia, procurando la mayor confluencia de movimientos sociales en torno a ella.

Una propuesta de cambios estructurales, que niegue e impugne desde las calles la corrompida institucionalidad vigente y la Constitución del 2010 en que se sustenta, y defina de una vez por todas una alternativa de recreación o refundación de la institucionalidad por la vía de un Proceso Constituyente.

Esto es, crear poder constituyente desde el pueblo movilizado, procurando la quiebra por vía democrática alternativa y multitudinaria de la dictadura corrupta y corruptora vigente, una transición provisional democrática, una Asamblea Constituyente Participativa y Soberana para elaborar una nueva Constitución y unas elecciones con normativas democráticas invulnerables a los fraudes y trampas.

Y en lo inmediato impulsar una línea de sanciones alternativas simbólicas frente a la ausencia de una justicia capaz de castigar a los personeros de la corrupción, incluido el Presidente actual y pasados presidentes; acciones consistentes en repudios ejemplares de la sociedad indignada en cada caso.

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