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Repercusiones del cambio climático en África

José Amestoy Alonso
José Amestoy Alonso
Escritor y profesor licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación son Climatología, Medio Ambiente y Tercer Mundo.
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análisis

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Poco o nada se habla en España sobre el Cambio Climático en África, siendo el continente que pasa más hambre y que las repercusiones del cambio climático afectan y van a afectar a un elevado número de millones de habitantes africanos.

Nosotros vamos en una aproximación a redactar unas líneas acerca de las consecuencias que afectan a dicho continente y las posibles soluciones desde el mundo africano, organismos europeos y del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU( IPCC, en sus siglas en inglés).

Según Naciones Unidas, «las olas de calor atribuibles al cambio climático que se vivieron en gran parte de Europa entre junio y julio de 2019» y las que se han sucedido desde esa fecha a las olas de calor cada vez más intensas como las que están sucediendo en junio  y julio de 2022 han sido y son «un recordatorio oportuno de la inveterada necesidad de emprender medidas mundiales concertadas para luchar contra el cambio climático, que afecta a todas las regiones del mundo».

«Los fenómenos meteorológicos extremos, tales como sequías, inundaciones y olas de calor más frecuentes e intensas y otros efectos del cambio climático, incluidas la desertificación acelerada, la erosión costera, la extinción de especies y la pérdida de hábitats, están causando estragos en las economías africanas.

Los efectos adversos de tales acontecimientos se están haciendo notar en todo el continente, como demostraron recientemente los ciclones tropicales Idai y Kenneth, que causaron una gran devastación en Malawi, Mozambique y Zimbabwe, al ocasionar más de 1.000 muertes y dejar a cientos de miles de personas con necesidades de asistencia humanitaria, además de producir grandes pérdidas de infraestructura.

Sin embargo, el continente africano es el que menos ha contribuido al calentamiento global, representando menos del 4% de las emisiones mundiales. Por ejemplo, con 0,8 toneladas de CO2 al año, las emisiones per cápita de África se sitúan muy por debajo de la media mundial de 5 toneladas de CO2 al año y muy lejos de alcanzar a otras regiones como Europa y Asia».

«Las medidas mundiales para abordar el cambio climático siguen siendo limitadas. Las actuales contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) para las medidas climáticas establecidas en el Acuerdo de París todavía distan de alcanzar el nivel necesario para frenar el aumento de la temperatura y así conseguir un desarrollo más seguro.

A no ser que se emprendan iniciativas ambiciosas, la actual crisis climática plantea una amenaza existencial inminente. Si no se llevan a cabo estas medidas, parece imposible que África pueda cumplir alguno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o que logre los resultados transformadores previstos en la Agenda 2063 del continente y reflejados en los planes de desarrollo nacionales».

África necesita que se cumplan los acuerdos de la Conferencia de París y sucesivas conferencias, para que pueda conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Sin dicha ayuda, siendo el Continente que menos contamina, los habitantes africanos en mayor o menor medida se están viendo afectados y se verán mucho más si no existe ayuda mundial por las consecuencias del Cambio Climático, que originan hambrunas, migraciones en masa, y desaparición de zonas costeras, incremento de la desertificación y otros eventos negativos para la supervivencia, como veremos más adelante.

Desde el propio continente determinados organismos están luchando para conseguir mitigar los efectos negativos que origina el Cambio Climático.

En este sentido, siguiendo a las Naciones Unidas en 2006, la Comisión Económica para África (CEPA) comenzó el proceso para crear el Centro Africano de Política Climática.

De ese modo «el mandato otorgado en 1988 al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) por la Asamblea General de las Naciones Unidas» para «proporcionar evaluaciones científicas coordinadas internacionalmente de la magnitud de los cambios climáticos, el momento en que se prevé que ocurrirán y sus posibles consecuencias ambientales y socioeconómicas, así como estrategias  de respuesta realistas».

El Centro  Africano de Política Climática «logró hacerse eco en varios foros de alto nivel, entre ellos la octava sesión de la Cumbre de la Unión Africana (UA) en enero de 2007, y culminó al año siguiente con su creación en la Primera Reunión Anual Conjunta de Ministros de Economía y Finanzas de la UA y de Ministros Africanos de Finanzas, Planificación y Desarrollo Económico de la CEPA», según la ONU.

Al Centro se le otorgó un doble mandato: «el de proporcionar orientación política a los países miembros y el de servir como secretaría del Programa ClimDev-África».

Los objetivos del mismo se centran en la «contribución a la reducción de la pobreza a través de una adaptación apropiada al cambio climático en África y de la mitigación de sus efectos, así como la mejora de la capacidad de los países africanos para participar de forma efectiva en negociaciones multilaterales sobre el clima».

A su vez se creó el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), de vital importancia.

Los riesgos del futuro climático en África, según EOM(EL ORDEN MUNDIAL), se centran en

que tiene extensas regiones que experimentan nuevas sequías y otras con un alto riesgo de desertificación. También hay áreas cada vez más expuestas a ciclones tropicales.

En África, el incremento de las temperaturas globales y el descenso de las precipitaciones —unido al aumento de los fenómenos meteorológicos extremos— aceleran la expansión de los desiertos y los cambios graves en los sistemas ecológicos y biológicos más sensibles; y además es uno de los continentes más vulnerables debido a su alta exposición, vulnerabilidad y baja capacidad de adaptación.

La evidencia de calentamiento en las regiones terrestres de África ha aumentado en consonancia con el cambio climático antropogénico.

Según EOM «el aumento de las temperaturas debido a la emisión de gases de efecto invernadero hace que también se incrementa la evaporación, lo que se traducirá en más precipitaciones en buena parte de las actuales sabanas, especialmente en las más próximas a las selvas africanas, con el consiguiente riesgo de lixiviado de los suelos y pérdida de la fertilidad.

Por otra parte, si el aumento de las temperaturas es superior al de las precipitaciones en lugares más secos, es decir, si se produce evapotranspiración negativa, los actuales ecosistemas de praderas y sabanas retrocederá en favor de los desiertos».

Si observamos el Mapa de los efectos del cambio climático en África, cortesía de EOM, los efectos del cambio climático son múltiples: así un descenso de la selva ecuatorial, un incremento de las sábanas y praderas, un aumento del desierto del Sáhara hacia el sur afectando a la zona del Sahel, con un alto grado de desertificación, desde San Luis hasta Massawa, es decir, desde el Atlántico al Mar Rojo y Océano Índico y en el Cuerno de África, donde existen áreas expuestas a los ciclones tropicales, al igual que en la zona interior de Madagascar, excepto en el SW donde existe alto riesgo de desertización, del mismo modo en las zonas periféricas del desierto de Kalahari y en el área del  Magreb.

Por otro lado, las consecuencias del Cambio Climático en África afectan a la costa W de África desde San Luis al golfo de Guinea donde se ha producido un retroceso de la costa, lo mismo ha ocurrido en la costa SE del continente desde Mogadiscio hasta Maputo y gran parte de la costa E de Madagascar. En estas  amplias áreas las grandes ciudades están expuestas a la subida del mar por la descongelación de glaciares, como Alejandría, El Cairo, o Port Harcourt en el golfo de Guinea Ecuatorial.

Desde El Cairo en Egipto y hasta el Cuerno de África e islas e islotes de N y NW de Madagascar se ha producido un blanqueamiento de los corales.

Existen tres grandes Cuencas endorreicas muy vulnerables a los efectos del Cambio Climático, así la cuenca del Lago Chad, la del Delta del Okavango y la del Lago Turkana.

También se ha producido el deshielo de los grandes glaciares tropicales como el Ruwenzori, el Kenia y el Kilimanjaro(nos trae recuerdos de la película cinematográfica de «Las nieves del Kilimanjaro», relato homónimo de Ernest Hemingway, y los protagonistas  principales fueron Gregory Peck, Acá Gadner y Susan Hayward). Así como los glaciares del Atlas en el Magreb en el N del continente y en África del Sur, los glaciares de la cordillera de los Drakensberg.

Y por último, citar solamente que debido a las consecuencias del Cambio Climático se están produciendo guerras de distintas etnias en un mismo país con numerosos muertos, ejércitos de niños soldados, y una fuerte emigración de ciudadanos subsaharahuis hacia Europa y España por las tristemente fronteras de Ceuta y Melilla, y los que atraviesan las concertinas y al ejército marroquí, ayudados por mafias se dirigen en pateras niños, mujeres embarazadas y hombres a través del Estrecho de Gibraltar rumbo a la Península Ibérica.

Todos sabemos, y yo lo recuerdo, que el Mediterráneo está lleno de cadáveres de pateras hundidas. No vamos a relatar estos acontecimientos pero son dignos de escribir artículos sobre estos efectos, también del Cambio Climático en África.

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