El pasado sábado se presentó un manifiesto impulsado por un conjunto de históricos referentes de la izquierda catalana independentista. Sí, izquierda independentista: un concepto que prácticamente pocos saben que existe, más allá del Ebro. Y es que, en España se han empeñado en hacernos creer que la independencia es «cosa de la burguesía catalana», dando a entender que siendo militante o pensador de izquierdas no se puede defender un proyecto de independencia. Nada más lejos de la realidad, pues bastaría con repasar interesantes escritos como por ejemplo, de Dolores Ibarruri, «La Pasionaria», o conocer el posicionamiento de distintos movimientos de izquierda a nivel internacional, siempre posicionados con el derecho de autodeterminación y con la libertad de los pueblos.

Precisamente por ello en el movimiento independentista hay una mayoría que se considera de izquierdas, progresista, y nada cercana a las tesis que consideran que se trata de gente integrada en la «clase burguesa» que ansía la independencia por motivos económicos y argumentaciones egoístas.

Los firmantes del manifiesto aseguran que quieren contribuir de manera colectiva a la conformación del proyecto de «liberación nacional», defendiendo de forma expresa la vía que ha liderado Carles Puigdemont: la apuesta por la batalla exterior ante los tribunales independendientes de terceros países y ante las instituciones internacionales y europeas.

El texto íntegro del manifiesto dice así:

«Desde la izquierda independentista, con el presidente Puigdemont, Antoni Comín, Clara Ponsatí, y el Consejo para la República:

El proceso independentista catalán, en la etapa iniciada en 2010, llega al punto álgido con el referéndum de autodeterminación del Primero de Octubre del 2017, la legitimidad y validez es fundamento imprescindible para su culminación.

La represión del poder estatal español ha conseguido que el conflicto en curso, provocado por su negativa a reconocer el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, entre en una fase de estancamiento, incluso de posible retroceso hacia el autonomismo.

La ausencia de una hoja de ruta compartida por instituciones, partidos y entidades soberanistas ha contribuido a ese callejón sin salida, que sólo puede ser superado por un entendimiento ideológicamente transversal, susceptible de reunir la mayoría social y política que identifica la catalanidad, la prosperidad , la libertad y la mejora de las condiciones de vida y de trabajo con la consecución de un estado propio: la República Catalana.

El presidente Carles Puigdemont simboliza la persistencia del compromiso colectivo con la causa de la independencia, y el Consejo para la República es la expresión institucional embrionaria. Pero falta un entendimiento organizativa que articule y supere las actualmente existentes, que proyecte su acción unitaria internacionalmente y que impulse el apoyo de los connacionales del resto de los Países Catalanes y de los demócratas de todo Europa y el mundo, con solidaridad mutua.

Los abajo firmantes, hombres y mujeres con trayectorias diversas, de izquierdas e independentistas, queremos contribuir colectivamente a la conformación del proyecto emergente de liberación nacional que consolide y complemente la línea de actuación que llevan Carles Puigdemont, Toni Comín, Clara Ponsatí y el Consejo para la República.

Con este fin, convocamos una asamblea abierta a celebrar en Barcelona el 29 de marzo. »

Entre los firmantes, pueden reconocerse nombres como Eudald Carbonell , Julià de Jòdar , Pep Riera , Blanca Sierra , Carles Solà , Bernat Joan , Héctor López Bofill , Jordi Pesarrodona y Pep Andreu 

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