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El referente: La sociedad andaluza

Antonio Periánez Orihuela
Antonio Periánez Orihuela
Maestro de Primera Enseñanza. Licenciado en Filosofía y Letras (Historia del Arte) Doctor en Comunicación Audiovisual. Tesis: La Imagen de Andalucía en el Cine Español (1940-1960) Diplomado por la Universidad de Valladolid. Historia y Estética Cinematográfica. Colaborador varios años del Periódico Comarcal, "El Condado".
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análisis

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El cine es sin duda uno de los «mass media» que mejor han empleado las clases en el poder en sus aspectos más negativos y enajenantes.

ANDRES LINARES

 

El cine sobre Andalucía en su primera etapa representa la imagen de la España derrotada, pese a sus intentos escapistas. Una sociedad perdedora de la guerra que sufrió en gran medida los desastres de la posguerra. Por estas imágenes con su reconocida gracia, sentimientos, carcajadas y coreadas canciones pasaban los cómicos más conocidos. También pasaban los pobres, los obreros sin trabajo, los terratenientes, los señoritos y los poderes industriales, son imágenes que representan la mayoría social y la estructura de clase de la sociedad franquista. La primitiva sociedad del régimen como espectadora prefirió el cine que conservaba la estética de los medios tradicionales representados por la novela, el teatro y el sainete, sin olvidar la zarzuela. Fue un arte popular que no necesitaba explicaciones, ni tenía implicaciones con el pensamiento abstracto, historias sin controversias, porque la explicación estaba en el propio contexto. El cine sobre la realidad andaluza siguió un camino al seguido por el teatro o el sainete. El cine andaluz carece de dramas rurales con recios personajes defensores de los valores tradicionales, los defensores del honor, de las propiedades, de la familia, la casa, la heredad y el trabajo purificador.

En Andalucía la llegada del pleno capitalismo se produce a mediados del siglo XIX. La doble Desamortización supone un nuevo reparto de la tierra y las consecuencias derivadas de su explotación, el nuevo sistema de propiedad hizo aumentar la distancia entre los grandes propietarios y los más modestos. Por otra parte, la liberalización de la tierra dejaba en la indigencia más absoluta a los campesinos sin tierras que se convierten en jornaleros temporeros. A causa de ello, cientos de miles de campesinos sin tierras y sin trabajo llenaron las plazas de los pueblos y los campos de la Andalucía rural. Comenzaba el mayor flujo emigratorio de la historia andaluza hacia las zonas urbanas, esta situación precisa un tratamiento profundo. Desde esta perspectiva los andaluces rebeldes fueron los jornaleros, unos jornaleros campesinos, mineros o pescadores que tuvieron una presencia importante en el segundo periodo republicano, basta recordar el problema de Casas Viejas y su notable influencia en la guerra civil. Las versiones que durante el franquismo abordan el tema del campesinado, lo hacen eludiendo problemas y enfrentamientos sociales, visión que no responde a una realidad histórica objetiva, el cine sobre lo andaluz reunía estas características. El nuevo sentido de la existencia sintonizaba con el tratamiento de comedia ligera y sentimental desenfadada o abiertamente cómica de estas películas. Esta fue la estética empleada en la mayoría de los casos del cine sobre Andalucía, las películas daban una imagen idealizada de lo andaluz, los problemas aparecían desdibujados y como telón de fondo.

         Lo andaluz como género precisa lo concerniente al espacio, la sociedad, las instituciones y aspectos culturales, así como aquellos elementos que tienen su origen en el ámbito andaluz como proyecto social. Hay que dejar constancia que, bajo ese concepto, el arte ha tratado de abordar los temas más diversos, se ha dicho que el cine es el melodrama debido a la fuerte dependencia que lo cinematográfico ha tenido de la «novela realista y de costumbre». Los sentimientos y las pasiones son cambiantes y en esos estados de ánimo es como mejor se influye sobre los seres humanos. Las formas sentimentales expresan la mayoría de los dramas individuales, cuando aparecen desgajados del contexto social. Aunque el cine trató temas sociales sin olvidar los sentimientos, como por ejemplo en Novecento (1.975) o Los santos inocentes (1.984).

LA PATRIACHICA 1.943, de Fernando Delgado y LOLA LA PICONERA 1.952, de Luis Lucia Parte del cine folklórico exaltaba en sus historias los valores tradicionales y patrióticos. Para ello utilizaba un lenguaje cargado del ideario conservador de la retórica franquista. Patria. Nostalgia. Sacrificio. Coplas. Juramento. Honra. Extranjeros. Fusilamiento. Guerra de la Independencia. Heroísmo. Sublevación. Traición. Afrancesado. Hispanidad. Cantaora. Legitimidad. Religión. Liberalismo…

Las películas sobre Andalucía acertaron con los temas, lo demuestra el éxito y la influencia que tuvieron en la cultura de su tiempo. A su favor jugaban la música, las canciones y otros elementos definitivos para reclamo del gran público. Por otra parte, había pocas alternativas formales en esta época, los cines se llenaban de un sentido emotivo, dramático, retórico, sin saltos al vacío difíciles, no estaba el tiempo para experiencias. Las obras eran expresivas y con una estructura estudiada, pero con unos rasgos definitorios. Entre esos rasgos presentes en lo andaluz está el carácter humano de los personajes, las costumbres, la forma de vivir y las relaciones sociales. Asimismo está presente en la obra el nivel cultural, el grado de integración social, de conciencia y la situación económica de los grupos sociales representados. El cine pretendía contrarrestar o negar otra visión del mundo, un medio para olvidar y convencer, pero ambas cuestiones no siempre coincidían con las vivencias de la gente. Los vencedores y sus signos ocuparon demasiado tiempo los referentes simbólicos del poder recordando quienes habían sido los perdedores de la guerra, así como el carácter de la guerra perdida. El tiempo lo borra todo, pero los medios de comunicación y de información han venido ayudando a borrar cierta memoria colectiva, el cine fue un medio que la estructura instituyó como suyo y no le faltaba razón, pues cumplió su cometido con eficacia.

         El debate corresponde a la historia de los andaluces, porque la historia no hay que leerla sólo en los documentos económicos o políticos, decía Antonio Gramsci que los «nudos causales» de los acontecimientos históricos, «son complejos y enredados». El conocimiento sobre la vida de la sociedad es posible, pero»hace falta el estudio profundo y amplio de todas las actividades espirituales y prácticas». Toda obra tiene su tiempo, al cine andaluz el tiempo le fue bastante propicio y tuvo el camino abonado. El parentesco con la literatura, el espectáculo, la prensa y la radio de aquella época es evidente. Un estudio de todos estos medios daría un sentido de unidad a esta importante experiencia histórica. Por otra parte, su ayuda es imprescindible para comprender a la sociedad española en crisis, porque una crisis de conciencia acepta como inevitable un destino impuesto.

Los autores del cine sobre Andalucía hicieron y hacen un cine de ficción, la ficción es lo presupuesto como fundamental en el género cinematográfico. Las películas sustituyen la obra desde las posibilidades históricas, para conseguir una obra de género desde la estética de la ficción. Esta modificación, debido al tratamiento, ha podido introducir en la obra esas «mediaciones estéticas» apartadas de la realidad en que nacieron. Su forma de acercarse al tema permite introducir unos presupuestos ideológicos que ayudaron a la formación de una conciencia y la aceptación de las nuevas condiciones sociales de la autarquía. La falsa conciencia creada por el cine ha tenido un importante alcance para la historia y para el conocimiento de la sociedad andaluza. Es una muestra del desconocimiento que de lo andaluz tienen muchos españoles dentro y fuera de Andalucía, todo esto contribuyó a la evolución histórica posterior de la entidad andaluzas. La obra de ficción no suele ajustarse a la realidad, le interesa ajustarse a las necesidades de creadores y consumidores, por este desconocimiento del fenómeno cine existe una relación de subordinación entre comunicador y público.

EL SUR 1.983, de Víctor Erice.
Es una obra sobre el paso del tiempo, la memoria y el espacio perdido. Tiempo y espacio están presentes en su imposible retorno al mundo físico de los personajes. Por este motivo los personajes, evocan lo vivido, y traen a la realidad aquellas cosas del Sur que están en la memoria: los modos culturales, los trajes, la comida, el baile y la música.

         Las películas eran testimonios, no obras de historia ni aspiraban a serlo, responden a un género deliberadamente escogido por sus autores. Una concepción del arte cuyo arquetipo es el instrumento adecuado para satisfacer las necesidades populares, dentro de la subcultura evidencian un mensaje contemporizador con el modelo social que lo mantiene, una realidad instrumental del propio Estado.

La estética del género intentaba acercarse a la realidad, cuidaba el espacio reconstruido para desarrollar la historia, de esta forma recordaba el carácter de realidad conferido para interesar y ser comprendida por la masa, su estructura y desarrollo temporal estaba en función de los posibles espectadores. El género andaluz utiliza o adapta el soporte socio-espacial y natural a un modelo de ficción bastante preciso, sacrificando otros elementos presentes en las formas culturales andaluza. Cuando esto sucede, queda alterado deliberadamente el contexto en función de lo estético. La obra muestra una orientación ideológica determinada y su contenido ético está sujeto al servilismo, una producción cinematográfica importante que coincide con el restablecimiento de una economía agraria de supervivencia. Economía que revalorizaba la propiedad territorial y fortalecía las bases del nuevo poder. Con estos supuestos ningún conflicto podía romper la aparente armonía con las que discurrían las cosas en las películas, historias en la ciudad, en las zonas rurales o el cortijo, problemas económicos, sociales o amorosos que se deslizaban como la seda. Dice Jay Ruby lo siguiente:

         “Dado que es posible afirmar que la narración es el medio lógico para exponer la etnografía, el cine como medio inherentemente narrativo (al menos en nuestra cultura) tiene un gran potencial como medio de comunicación en antropología”. [1]

 

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