Como en los mejores tiempos de José María Aznar, Mariano Rajoy ha comenzado a seguir sus pasos para sorpresa de todos y también ha demostrado que sabe hablar catalán en la intimidad en contra de la imagen dada, desde que gobierna desde 2011, de incontables desavenencias acumuladas con los nacionalistas conservadores catalanes. El motivo último de los diez apoyos ‘secretos’ en forma de abstención otorgados por diputados de PNV, Convergència y también el de Coalición Canaria para la constitución de la Mesa del Congreso es el de conseguir grupo parlamentario propio. Así, el PP blindaría con más fuerza su acuerdo inicial con Ciudadanos y dejaría la Cámara Baja totalmente en manos de los diputados conservadores, que se quedan con cinco de los nueves cargos de la Mesa, entre ellos el de la presidencia con Ana Pastor. El PP no solo reconoce que no le desagrada la opción de que Convergència pueda tener grupo parlamentario propio sino que le vendría bien también para presionar con esta nueva arma estratégica al PSOE para que se abstenga en la investidura de Rajoy.

Estos diez votos “individuales” han cogido con el paso totalmente cambiado a los dirigentes de PSOE y Unidos Podemos, que ya reconocen abiertamente que el “sueño” de un bloque alternativo de gobierno no es posible en estas nuevas circunstancias. Ahora solo cabe saber si finalmente el PSOE sucumbirá a las presiones internas y también de PP y Ciudadanos para que se abstenga en la investidura de Rajoy o si ejercerá como principal partido de la oposición junto a Unidos Podemos.

Mientras tanto, desde el PP, su portavoz parlamentario, se apresuró para desmentir radiofónicamente cualquier tipo de entendimiento con PNV o Convergència, aunque los hechos certifiquen todo lo contrario. “Han sido decisiones individuales de diputados de esas formaciones y ha servido para garantizar que el acuerdo entre el PP y Ciudadanos no se frustrara”, ha intentado explicar Hernando sobre tan sorprendente decisión, que ha dejado descolocada a toda la bancada de la izquierda parlamentaria al conocerse el resultado final de la votación.

“Estamos en la obligación de hablar con todos y con algunos ya obtenemos algunos apoyos en un momento determinado”, ha señalado el portavoz parlamentario popular, quien niega que estos apoyos “individuales” signifiquen en ningún caso una nueva vía de entendimiento generalizado con los nacionalistas conservadores. Hernando admite que los diez votos sorpresa “han salido de aquellas formaciones que ya se puede imaginar y que están a mucha distancia del PP, como son PNV, Coalición Canaria y Convergencia”. Pese a este distanciamiento, es evidente que este gesto de los nacionalistas conservadores abre una nueva etapa política inesperada y, sobre todo, deja tocado de muerte el Gobierno alternativo que estaba promoviendo con ahínco el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, quien tras conocer estos diez votos ‘secretos’ admite que queda “severamente comprometida” la posibilidad de un Gobierno alternativo al PP.

Desde el PP se intenta poner tierra de por medio a medias. Hernando dice que solo ha sido un acuerdo “puntual”, aunque ha servido para dejar constituida la Mesa del Congreso con una mayoría conservadora necesaria para regir los designios de la Cámara a su antojo durante los próximos años. Así, Rajoy tiene el camino un poco más despejado en su proyecto de gobierno en minoría y, para colmo, mete más presión al PSOE para que se abstenga en su investidura. El portavoz parlamentario del PP contradice al del PSOE, Antonio Hernando, y afirma que el pacto “nada tiene que ver ni que apunta, como ha pretendido decir el PSOE, a ningún otro acuerdo de ningún otro tipo”, ya que los populares son plenamente conscientes de que ni CDC y PNV darán sus votos a Rajoy en una hipotética investidura.

Además, el portavoz popular en la Cámara baja se arroga el derecho de aconsejar a los convergentes para que “dejen de estar en manos de ERC” y vuelvan “a la senda de los principios constitucionales, y que para ello tengan voz en el Congreso y no hacer victimismo”.

Mientras tanto, Pablo Iglesias no esconde su desilusión y sorpresa por el pacto del PP con CDC y PNV. El líder de Unidos Podemos critica a los nacionalistas catalanes por dar su velado apoyo a la formación “que le quiere encarcelar” en Cataluña por su participación en la consulta del 9-N de 2014, “y que tal vez lo consiga en unos meses”.

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