El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, solo ve “ruido” donde el resto de la opinión pública española ha constatado un escándalo de proporciones mayúsculas en el atrincheramiento de la ex alcaldesa Rita Barberá –“la alcaldesa de España”, la definió el líder popular– en su escaño del Senado para evitar entregárselo al partido que se lo ‘regaló’ y al que desde este mismo miércoles ya no pertenece tras anunciar mediante comunicado su renuncia. Pese a todo, Rajoy ha maniobrado a través de algunos de sus barones más cercanos para hacerle llegar a su amiga y ex alcaldesa su malestar por la decisión de mantenerse como senadora. La presión interna y externa en torno a Barberá sigue in crescendo.
La ex alcaldesa de Valencia durante dos décadas tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados tras ser imputada por el Tribunal Supremo por un presunto delito de blanqueo, el conocido “pitufeo” de los dos billetes de 500 euros. Casi 24 horas tardó la ex regidora en redactar un rocambolesco comunicado de prensa con el membrete del Partido Popular en el que anunciaba su baja en el partido pero al mismo tiempo decidía unilateralmente mantener su acta de senadora, aunque ello implique pasar al Grupo Mixto de la Cámara Alta y, de paso, provocar la ira de buena parte de sus ya ex compañeros de partido.
Barberá argumenta en su escrito que el escaño del Senado le pertenece y por ello no se ve obligada a renunciar a él porque sería, según dice, admitir en cierto modo su culpabilidad en el asunto de blanqueo por el que ha sido imputada.
A este respecto, el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, ha sido claro al reclamar a Barberá lo mismo que le pidió la oposición parlamentaria a él por el escándalo del ex ministro José Manuel Soria: que dimita. De Guindos le exige a la ex alcaldesa que deje su escaño en el Senado, aunque reconoce que esto debe hacerlo ella de “motu proprio”.
En una entrevista en Antena 3, el titular de Economía en funciones ha defendido que la dimisión de Barberá sería “lo normal” y es lo mismo que según él ha ocurrido en otras ocasiones, y desvincula esta petición de las exigencias de transparencia que le exige Ciudadanos para mantenerle su apoyo parlamentario en caso de nuevo intento de investidura de Rajoy, aunque el partido de Albert Rivera ya ha adelantado que se da por satisfecho con la salida del partido de Barberá aunque mantenga su escaño en el Grupo Mixto.
“Cuando estás investigado entras en un nuevo territorio”, dice De Guindos, aunque apostilla que una imputación judicial puede “acabar en nada”. O no.
También el vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto, ha criticado a la exalcaldesa de Valencia por su falta de ejemplaridad pública. “No es ejemplar mantenerse en el escaño exclusivamente para disfrutar de una posición de aforamiento”. Con estas palabras, Maroto ha querido también dejar claro que no expresaba solo su opinión personal sino también el deseo expreso de Rajoy y de todo el partido. Maroto ha sido claro al asegurar que Barberá ha llegado ya “al final de su carrera” y además con esta actitud cree el dirigente popular que la ex alcaldesa incumple los requisitos de “dignidad” y “ejemplaridad” que se les presuponen a todos los políticos. “No cumple ninguna de las dos cosas y lo lamento profundamente porque en su comunicado y en sus expresiones dice que no quiere hacer daño ni al partido ni a las instituciones y, desgraciadamente, hemos comprobado que no está siendo así”, añadió Maroto en declaraciones a RNE.
Maroto confirma que si Barberá no hubiese pedido su baja del PP el partido la habría suspendido de militancia, igual que ha hecho con el resto de exconcejales valencianos investigados en este caso. “La decisión de suspenderla de militancia es en firme y es la que podíamos tomar porque la legislación hoy en vigor otorga exclusivamente a la voluntad de cada afectado mantener o no el escaño”. Maroto ha evitado opinar sobre la posibilidad de que Barberá esté echando con su actitud un pulso a su todavía amigo personal y presidente del partido, Mariano Rajoy.
Esta tan corrompido que no puede dar lecciones