La respuesta a la pregunta la sabe todo el mundo, la triple derecha y el establishment que le apoya. Consideran que España es suya cuando no son ellos quienes la gobiernan, además, que en el ejecutivo figure como socio el partido Unidas Podemos ha merecido, en determinados medios de comunicación, el sobrenombre de gobierno social comunista. Si añadimos que ha pactado con independentistas catalanes y terroristas vascos ya tienen los motivos suficientes para intentar derrocar al gobierno.
Hace pocos días publiqué en este medio el artículo titulado: Carta abierta a Felipe de Borbón y Grecia, en él hacía a alusión al discurso del rey en Navidad. No dijo prácticamente nada de su padre a excepción a la ética que todo el mundo tiene que tener y poco más. Tampoco mencionó ni una sola palabra sobre la justicia. La pandemia fue el motivo principal de su discurso -cosa muy lógica- pero que le sirvió para no hablar de todo aquello que no le convenía.
El poder judicial parece haber declarado la guerra al ejecutivo. En el juicio a la Audiencia Nacional no hay manera de aclarar el vínculo del Imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. El supuesto jefe de la célula antiterrorista de los atentados de Barcelona y Cambrils, no fue expulsado de España el 2015. El juez Castellón consideró que Es Satty era persona arraigada laboralmente en España. , Es Satty recibió en la prisión agentes de la Guardia Civil y del CNI que tenían el objetivo de convertirlo en confidente. El juicio no ha aclarado qué y cómo era el vínculo.
Otra batalla contra el ejecutivo es el informe de la fiscalía del Supremo contrario a que se indulte a los presos catalanes, se ensañan con los presos, pretendiendo, además, utilizarlos para poder desestabilizar al Ejecutivo. Dicen, entre otras muchas consideraciones, que el Gobierno no está en condiciones de indultar los presos porque, de acuerdo con la Constitución (artículo 62), es al rey a quien le corresponde ejercer el derecho de gracia de acuerdo con la ley, que es una manera de enfrentar el Gobierno con el jefe del estado.
Como muy bien dice Jordi Barbeta, en su artículo del Nacional.cat, en el discurso del monarca, lo más significativo es que cuando el ruido de sables y las amenazas militares a la democracia van menudeando, el rey no hace mención alguna de los mensajes recibidos de los militares. Más bien lo contrario, tributa homenaje a “la eficacia y entrega de nuestras Fuerzas Armadas”, dado que al fin y al cabo es el ejército en quien siempre han confiado Borbones para mantenerse en el poder.
Según Margarita Robles: Las fuerzas armadas actuales son totalmente democráticas. Los firmantes de las cartas al rey son minoría, incluso entre los militares retirados. No representan a nadie más que a ellos mismos. No representan a las fuerzas armadas de hoy, que se mueven dentro del ámbito constitucional y son totalmente democráticas, demostrándolo todos los días, tanto en las misiones de paz, como en las operaciones desarrolladas durante la pandemia. Son personas que amparados en una condición militar que ya no tienen, vinculados a la Fundación Franco, con la finalidad, muy irresponsable por su parte, de poner en situación complicada al rey. Pretenden obligarlo a tomar parte de una posición, cuando lo que caracteriza a la monarquía es la neutralidad política (?) cosa de la que personalmente dudo.
¿Qué piensan ustedes, queridos lectores? ¿Creen en las palabras de la ministra Robles? ¿Cómo es que, además de los jubilados, se hayan añadido miembros en activo cantando viejas canciones de la División azul y haciendo el saludo fascista en fiestas dentro de algunos cuarteles militares? Todo y la pandemia, ¿no creen que el monarca tendría que haber dedicado un comentario sobre el tema? Habla y reclamar que para salvar España habría que fusilar 26 millones de hijos de Puta. ¿No era motivo suficiente para que el jefe de los ejercidos hubiera condenado a estos militares?
¿Es consciente Felipe VI de los ataques que sufre el gobierno para mirar de desestabilizarlo con el fin de intentar hacerlo caer o… quizás le gustan?
