Seguramente el nombre aún no le resulte familiar, aunque si le digo que es el que últimamente frecuenta las tertulias televisivas representando al PSOE y que suele tener un discurso poco comprometido, difícilmente entendible a veces y otras, evidentemente esquivo, quizás le suene. Suele pasar desapercibido porque no se le atribuyen intervenciones empáticas con el oyente, no anda sobrado de carisma, aunque es cierto que su currículo de “profesor universitario” le dota de una cierta pátina de distinción. Aunque poca, porque los de Podemos ya nos han empachado de lecciones magistrales.

Urquizu es la nueva apuesta del PSOE. Bueno, más bien de uno de los “PSOEs” que hay ahora mismo en esta batalla fratricida. Ante el vacío casi absoluto de mentes pensantes, uno de los “aparatos” socialistas recurre al maño Urquizu para pasearlo y presentar a un semijoven (Alcañiz, Teruel, 1978), con estudios, doctor en Sociología, y docente universitario con una interesante trayectoria en diferentes universidades internacionales. Es como venir a decirle a la formación morada que ellos también tienen “de eso” pero en una versión de traje con chaqueta –eso sí, sin corbata–. Actualmente es diputado por Teruel, y aunque dice que acaba de aterrizar en política, lo cierto es que él siempre estuvo ahí.

Ya en 2015 salió elegido diputado en las Cortes de Aragón, aunque dejó su escaño para ocupar el de Senador durante un par de meses, pues era el sustituto del que fuera nombrado Delegado del Gobierno de Aragón en Teruel (Antonio Arrufat).

En su trayectoria cuenta con colaboraciones para Metroscopia, el Grupo PRISA (publicaciones en el PAÍS y participación en tertulias de la SER), CNN+, El Diario.es y Público. Es autor de distintos libros de análisis político (sobre la crisis de la socialdemocracia y del sistema de representación en España).

Se encargó de ayudar a Carme Chacón cuando ésta era Ministra de Zapatero, acudiendo a su despacho para darle “clases particulares” en su preparación para la contienda contra Rubalcaba. Cuando la catalana perdió, tardó poco en ir “despegándose”.

Adicto al twitter, suele salir “trasquilado”, sobre todo últimamente cuando ha querido defender a ultranza la abstención de la bancada socialista.

Fuentes del PSOE le señalan como “el enviado” por la corriente “susanista” para llenar el vacío existente. Un candidato a unas primarias que parecen no convocarse nunca. Un servidor que de algún modo vendría a intentar ponerle cara a un proyecto que busca desesperadamente parecer creíble. Comentan que el discurso de Urquizu ha ido cambiando a medida que se ha ido posicionando en el partido: en un principio hablaba de la necesidad de un PSOE de izquierdas, y últimamente ha adoptado teorías que más bien recuerdan a la del gato que cace ratones, sin importar demasiado del color que sea.

Va lanzado a presentarse a algo. Aún no se sabe bien a qué, ni qué papel jugará Díaz en todo esto. Pero es evidente que ya lo están presentando por todas partes, a veces haciéndole recibir algún que otro bofetón (dialéctico, claro) de Bescansas y Rufianes.

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