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Putin tendrá que responder ante la Corte Penal Internacional por el grave daño al medio ambiente

Los perjuicios para el medio ambiente, la biodiversidad y la salud de las personas ocasionados durante el conflicto de 2014 en el Donbass, la invasión actual a Ucrania y cualquier episodio derivado de la amenaza nuclear lanzada por Putin, son delitos que se suman a las sanciones económicas a Rusia

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
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análisis

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Aquel desastre trufado de explosiones, provocó la expulsión de grandes cantidades de materiales radiactivos a la atmósfera, formando una nube que se extendió desde Chernóbil y a lo largo de 162.000 km² que abarcaron Europa y América del Norte. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados – materiales radiactivos y/o tóxicos- se estimó que fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada por Estados Unidos en Hiroshima en 1945, causó la muerte de 31 personas en las siguientes dos semanas y llevó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de urgencia de 116 000 personas, provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.

Chernóbil, el inicio de un ecocidio

Hoy día, el accidente de Chernóbil se puede considerar un ecocidio. Es decir, según la definición que emplea la campaña mundial para que el ecocidio se convierta en un crimen internacional, se trataría de “cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existe una probabilidad sustancial de que cause daños graves que sean extensos o duraderos al medio ambiente”.  En este sentido, los graves daños ocasionados sobre el medio ambiente, la biodiversidad y la salud de las personas persisten casi cuatro décadas después.

Tras el ataque a Ucrania del pasado jueves, el gobierno avisaba, a través del ministro consejero de la Embajada de Ucrania en España, Dmytro Matiuschenko del «peligro para la comunidad internacional” que representaba este conflicto por los 15 reactores nucleares cerca de los que se están desarrollando algunos de los bombardeos.

El representante de la embajada confirmaba contaminación por rayos gamma entre cinco y diez veces superior a las detectada antes de la invasión en Chernóbil. El paso de tropas y vehículos blindados rusos por la zona de exclusión han incrementado la contaminación por polvo radiactivo. A esto se une el riesgo por la captura de 130 operarios de la central encargados de custodiar el sarcófago del reactor.

El grave daño al medio ambiente en tiempos de guerra es delito

El impacto medioambiental que provocó el conflicto bélico en el Donbass en 2014, la actual invasión de Rusia a Ucrania y las consecuencias, si las hubiera, de la amenaza nuclear lanzada por Vladimir Putin, serán delitos por los que tendrá que responder el presidente ruso, pues el grave daño al medio ambiente está reconocido como delito en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional en tiempos de guerra.

«Cuando hay una guerra tristemente, muchas veces, el medio ambiente sale muy dañado y es algo que no se considera en los medios de comunicación. No se habla de este tema y es algo crucial. Hay guerras donde se utilizan elementos biológicos que luego se quedan sobre el terreno. Terminada la guerra, vuelves y quieres cultivar en esas tierras y están contaminadas. En Vietnam siguen naciendo también niños deformes por el agente naranja que se derramó», explica Maite Mompó, portavoz de Stop Ecocidio.

Daños en cifras

Según un estudio realizado por la Plataforma de Ciencia y Políticas sobre Medio Ambiente y Seguridad, de ONU Medio Ambiente, el conflicto en la región del Donbass, afectó, dañó o destruyó ecosistemas en un área de, al menos, 530.000 hectáreas, incluyendo 18 reservas naturales que cubren 80.000 hectáreas. Además, 150.000 hectáreas de bosques se vieron afectadas y se registraron 12.500 incendios forestales en la zona de operaciones militares y alrededores. Ahora, el contador se pone a cero para registrar las repercusiones de la nueva incursión bélica de Rusia.

Sólo el paso del tiempo dirá si también en el Donbass se ha cometido un daño continuado y las consecuencias persisten para que, en tal caso, sea considerado un ecocidio. Pero antes, éste debe ser reconocido por la Corte Penal Internacional (CPI) como un crimen atroz. En realidad, se trata de un sencillo procedimiento legal. En estos momentos, el Estatuto de Roma, el documento que rige la Corte Penal Internacional, contempla cuatro crímenes: genocidio, crímenes contra la Humanidad, crímenes de guerra y crímenes de agresión (recientemente agregado). El quinto sería el ecocidio.

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3 COMENTARIOS

  1. PROPAGANDA:
    Cuando se desarrolla una teoría, en la que se tiene en consideración solamente una parte de la realidad y de ese razonamiento se sacan conclusiones, lo que se está ofreciendo es propaganda, no información y el responsable de tal constructo no es un periodista, sino un publicista de parte, un vendedor de «motos», sin interés ni respeto alguno por una profesión, que sobrevive marginada en las cunetas de la sociedad… Es en definitiva, un vendedor de MENTIRAS.

  2. Para mearse de risa… me extraña que no sea el «medio ambiente» que se querelle contra Putin, y no sabemos si el «medio ambiente» ha delegado sus derechos en estos abogados. También extraña que no lo hiciera nunca hasta la fecha desde 1945, cuando los EEUU y su brazo militar OTAN se han hartado de destruir países con sus bombardeos criminales…

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