La ONG Médicos del Mundo ha lanzado un provocativa campaña contra la explotación sexual que, para empezar, tendrá que superar la censura de las redes sociales con la palabra «puta», el centro de mensaje de esta iniciativa.
Entre los objetivos de la campaña ¿Puta yo?, además de denunciar esta lacra y poner a las mujeres como víctimas, está también apoyar ley de Libertad Sexual que está en trámite y que en la próxima ley de Trata se incluyan alternativas sociales y económicas para las mujeres que quieran salir de la prostitución.
Campaña
Para Médicos del Mundo «no es casualidad que haya 200 sinónimos de la palabra “puta” en el diccionario». El término se ha usado siempre para denigrar a las mujeres y se utiliza con especial desprecio para referirse a aquellas que se encuentran en el mundo de la prostitución. Pero ellas no son “putas”; “putas” son las circunstancias de precariedad, violencia y engaño que las llevan a esa situación.
“A los 7 años el padre de mi mejor amiga abusó de su hija y de mí. Desde aquel momento, lo primero que escuché fue que soy una puta, sin saber siquiera el significado de la palabra. De ahí pasé a adolescente sin darme cuenta, sintiéndome puta, sin ser puta. Siempre tenía presente que iba a ser juzgada”, cuenta una de las mujeres que participaron en el estudio “La prostitución como forma de violencia de género”, publicado recientemente por Médicos del Mundo.
Un tercio de las mujeres entrevistadas en esta investigación habían sufrido violencia sexual de niñas. Algunas la siguen sufriendo ahora a manos de los prostituidores y se exponen además a agresiones en la calle. Según el seguimiento realizado por Feminicidio.net, en el período 2010-2019 fueron asesinadas 38 mujeres en prostitución.
Prostituirse, según recuerda Médicos del Mundo, es una decisión límite y a menudo ni siquiera es una decisión, sino un hecho al que se llega fruto del engaño o de la trata. El estereotipo social las presenta como viciosas, próximas al mundo de la ilegalidad, vagas o que buscan ganar dinero fácilmente, pero la mayoría son cabeza de familia, es decir, tienen menores que dependen exclusivamente de ellas tras el abandono y la falta de responsabilidad económica del padre, y también a otros familiares dependientes a su cargo. Sus vidas son cualquier cosa menos fáciles.
La campaña puede también seguirse y apoyarse por redes sociales:
Buena perspectiva. Me gusta su campaña de dar vuelta a esa cabeza gacha mirando a sus costas. Si además en este país no hay nada ni nadie ante quien avergonzarse.
La dignidad es sólo otra asignatura con varias reválidas.
Orgullo; levanten sus cabezas que aquí nadie es mejor que nadie.