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¿Puede un idiota ser Presidente de la República?

Eduardo Rivas
Eduardo Rivas
Licenciado en Ciencia Política
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análisis

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Según Alberto Fernández, sí.

Hemos tenido presidentes buenos y malos, preparados y brutos, democráticos y de facto, todo de acuerdo a la valoración que cada uno tiene de esos conceptos, pero nunca hemos tenido un Presidente de la Nación que se reconociera idiota.

¿Puede un idiota ser Presidente de la República?

Debo reconocer que cuando leí la noticia que el fiscal había aceptado la propuesta de reparación económica realizada por el Presidente de la República en respuesta al juicio que enfrenta por haber violado las disposiciones que él mismo había dictado en medio de la pandemia me molesté, porque me resulta inaceptable que uno pueda hacer mal las cosas y solucionarlo con dinero. Reconozco que es naif lo mío, pero indigna el saber que la ley, pese a lo que se propugna, no es igual para todos. La ley no es la misma para quien tiene dinero y para quien no lo posee, pero al final de cuentas vivimos en un sistema capitalista y la justicia es un bien más, y como tal sujeto a las leyes de mercado, mal que nos pese.

Está claro que Fernández no hizo nada ilegal, lo del acuerdo económico me refiero, pero sí en mi opinión sumamente carente de ética, lo de la fiestita digo. La cuestión es que la ética no se legisla, y por lo tanto, no puede regir más que la vida individual de cada persona. Claramente la ética del Presidente de la República no es la mía.

La cuestión es si todo se resume a una cuestión económica donde todo se compra y todo se vende, y estoy convencido que no es así.

Su propuesta económica implica el reconocimiento de haber violado la ley.

Lo que el Presidente Fernández hizo fue pagar para comprar justicia, para evitar un juicio, pero ¿Es ético esto?

Estoy convencido que no. Y estoy convencido que esto evidencia que Fernández no puede seguir siendo Presidente de la Nación. No es ético para nadie y mucho menos para ejercer la primera magistratura del país.

Obviamente que no es ejemplo de nada para los ciudadanos argentinos. No al menos un ejemplo positivo.

Fue él quien afirmó que ‘A los idiotas les digo lo mismo que vengo diciendo desde hace mucho tiempo: la Argentina de los vivos que se zarpan y pasan por sobre los bobos se terminó. Acá estamos hablando de la salud de la gente, no voy a permitir que hagan lo que quieran’, pero tras ocultar que mientras había argentinos que llevaban meses encerrados, algunos a quienes se les habían muerto familiares sin poder despedirlos, él participaba de una fiesta, todo cambió.

Está claro que, según su propia descripción, Fernández es un idiota que se cree vivo y pasó por sobre los que él denomina bobos, es decir, por sobre todos nosotros. Mientras hay ciudadanos que tienen pedido de captura por haber violado la cuarentena, el presidente, quien asume haber cometido el mismo delito, sigue como si nada pasara.

Primero procuró que se cerrara la causa a partir de la inexistencia del delito, y cuando eso le fue denegado buscó la forma de evitar ir a juicio. Esto lo logró, en principio con el fiscal y a la espera que el juez lo valide, a partir de un resarcimiento económico. Es decir, si se tiene dinero se puede contratar un buen abogado y con un buen abogado se puede conseguir un buen acuerdo judicial para el responsable del delito.

Ese no es el país que quiero para mis hijos.

Creo que el que las hace las tiene que pagar, y Fernández las hizo.

Fue Fernández quien también dijo ‘Al policía gracias y por favor no cedan un centímetro. Se van a encontrar con idiotas, los vemos a los idiotas. Vemos a un idiota que se escapó de su casa y parece que apareció en Ostende’, otros aparecieron por Olivos, y agregó ‘Esos personajes la verdad van a tener que explicarle mucho a la sociedad argentina la desaprensión para con el otro. Y las fuerzas de seguridad se van a encontrar con personajes que se sienten poderosos y que pueden hacer lo que quieran. Simplemente a esa gente la reportan y que la Justicia va a hacer lo que tiene que hacer’. Él aún no lo explicó, ya lo debería haber hecho. Y la Justicia debería hacer lo que tiene que hacer.

‘Si lo entienden por las buenas, me encanta. Si no, me han dado el poder para que lo entiendan por las malas. Y en la democracia entenderla por las malas es que terminen frente a un juez explicado lo que hicieron. Y cuando a uno le queda el registro de condenado, después no lloren.’ agregó Fernández y tiene razón. Por eso él tiene que entenderlo por las malas y sentarse frente a un juez para explicar lo que hizo… y asumir su responsabilidad.

Y si el juez lo condena, que le quede el registro de condenado. Se tiene que terminar la Argentina de la gente de plata o de poder donde el dinero da carnet de corsario. La ley tiene que ser pareja para todos pero en serio.

Por una vez tenemos que ganar los bobos que procuramos hacer las cosas bien.

La democracia, tiene razón en parte Fernández, le da a los poderes del Estado para que los ciudadanos entiendan por las malas lo que no entendieron por las buenas. Eso es algo que Fernández, que estudió derecho debería haber aprendido por las buenas y que, dadas, las circunstancias, debiera aprender por las malas.

En una democracia, cuando uno es Presidente de la República, esto es afrontar un juicio político ante los miembros del Congreso Nacional quienes deberían evaluar si un idiota puedes ser Presidente de la República.

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