Psoe Vs. Podemos: análisis de un pacto

Asistimos los últimos días, no sin cierta preocupación, a la dinámica poco edificante de “tiras y aflojas” entre Podemos y Psoe para la consecución de un pacto de gobierno (primero de investidura, y después de gobierno). Ambos, tristemente se amenazan y se faltan al respeto, acusándose de muchas cosas. Mal comienzo tiene esta negociación y muchos signos de inmadurez entre dos formaciones que están condenadas a entenderse. Y digo condenadas porque en el fondo, ambas saben que el acuerdo es necesario para España. Unidas Podemos es un partido cuya aspiración no fue otra que “sorpasar” al Psoe para constituirse en la alternativa de gobierno al Partido de los Poderosos. No fue así, el Psoe aguantó, y como suele pasar, ha salido fortalecido del envite. Ahora resulta complicado acudir como tabla de salvación (recordemos que Unidas Podemos tiene la imperiosa necesidad de demostrar que su existencia sirve para algo…) a echarse en los brazos de un Psoe al que se ha acusado de protagonizar crímenes de estado, connivencia con la corrupción, ineficacia ante los poderes fácticos, y de ser “amigos de la derecha”. Todo ello traducido en la frase “no nos fiamos del Psoe”: menuda forma de dirigirte a tus supuestos futuros compañeros de viaje en el gobierno de la nación.

Además, Unidas Podemos está aquejada de una vieja enfermedad heredada de Izquierda Unida: la creencia en su superioridad moral. Cuando esto ocurre, tradicionalmente las formaciones “afectadas” se sitúan por encima del bien y del mal, despreciando las críticas, las acusaciones, y situándose en el inmovilismo ideológico (“para qué cambiar, si estamos en posesión de la verdad absoluta…”). Así, todavía estoy esperando escuchar a algún miembro de Unidas Podemos defenderse de las acusaciones de Populismo, o Comunismo, que se vierten sobre ellos. Hasta donde yo sé, “el que calla, otorga”, y es inadmisible caer en una trampa para osos tan burda: primero se estigmatiza el concepto, y después se le aplica el concepto a alguien. Primero se denosta de forma implacable el Comunismo o el Populismo, y después se acusa a quien interesa de ser comunista, o populista. Unidas Podemos ha caído en la trampa. Aquejada de “superioridad moral” no ha luchado, y ahora se han convertido en “apestados” políticos. Ahora, formaciones como Coalición Canaria, sin ir más lejos, que en otras ocasiones han colaborado con el Psoe, dicen que de ninguna manera darán su apoyo a un gobierno donde esté Unidas Podemos. Y no porque en Coalición Canaria, o cualquier otro partido, piensen que Unidas Podemos son perniciosos para España, sino porque también han caído presos de esa misma estigmatización: ¿cómo van a pactar con los mismos que previamente han señalado como “lo peor de la Humanidad” (el Comunismo), o “lo peor para España” (el Populismo Chavista…)?

Ya dijimos en un artículo anterior que no le arrendábamos la ganancia a Pedro Sánchez. Efectivamente. Necesita apoyarse en unos compañeros de viaje que le desprecian, que no se fían de él, y, además, a quien nadie quiere, de manera que será muy complicado sumar las fuerzas necesarias que faltarían para sacar adelante las leyes (recordemos que los votos de Psoe y Unidas Podemos no llegan a la mayoría absoluta…). Por si no fuera suficiente, quieren sentarse en el Consejo de Ministros para imprimir su “sello de calidad” a las leyes que se vayan promulgando y ejercer, además, de “seguratas” vigilando las “maquinaciones inconfesables del Psoe”. Muy difícil de tragar.

Es por estos motivos que nuestro presidente está barajando las dos únicas opciones razonables que tiene: un gobierno en solitario con apoyos puntuales de unos y de otros (a ser posible la mayoría de las veces con los apoyos de Unidas Podemos…) o que los españoles y españolas decidan si quieren seguir como hasta ahora votando de una forma dispersa, lo cual conlleva estas tremendas dificultades de entendimiento, o aglutinar su voto alrededor de partidos hegemónicos que representen, no ya izquierda o derecha, sino propuestas conservadoras o progresistas para la resolución de los problemas. Como esto último no interesa a nadie, salvo al Partido Pútrido, supongo que al final se pondrán de acuerdo en lo único posible, a saber: un gobierno progresista en el que no esté Unidas Podemos dificultando la acción de gobierno, y sí apoyando desde fuera haciendo el mínimo ruido posible. Ellos se lo han buscado. Si de verdad quieren ser útiles a este país, esto es lo que tienen que hacer. Un saludo a todos, y a todas.