Las imágenes sorprendieron a todo el mundo. En medio de las manifestaciones de protesta por el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, se vieron a centenares de personas armadas y vestidas con camisas hawaianas. Era miembros del movimiento extremista Boogaloo, una organización heterogénea en la que se mezclan anarquistas, antifascistas, supremacistas blancos o nacionalistas radicales. Todos ellos, eso sí, comparten su amor por las armas y, en la gran mayoría de los casos, su obsesión para que en Estados Unidos se declare una II Guerra Civil. En concreto, el propio grito «boogaloo» está relacionado con el inicio de esa nueva contienda civil y es un término procedente de la película Breakin ‘2: Electric Boogaloo de la década de 1980 e implica una «secuela» de algo que ya ha sucedido, en este caso, la Guerra Civil.

Boogaloo es, en sí, un movimiento antigubernamental, sin una organización interna clara, pero con una capacidad de convocatoria muy efectiva. Alientan el desorden civil para colapsar al sistema político.

La profesora informática de la Universidad de Elon (Carolina del Norte), Megan Squire, lleva tiempo monitorizando a los movimientos extremistas en redes sociales y en la deep web, afirmó a CNN que Boogaloo está » creciendo en las plataformas principales, y en este momento de protesta está comenzando a pasar de lo virtual a lo presencial. Se parece al movimiento de milicias que lo precedió, que ha sido bien documentado como una fuerza para promover la violencia».

El Departamento de Seguridad Nacional hizo públicas su preocupaciones sobre la presencia de los Boogaloo en las protestas raciales tras el asesinato de George Floyd y que atacaran a los manifestantes afroamericanos. El propio FBI detectó en canales de Telegram una constante incitación a que se aprovecharan los disturbios raciales para iniciar el «boogaloo», es decir, prender la mecha para que la II Guerra Civil en los Estados Unidos se convirtiera en una contienda por causas raciales.

En Nevada, los fiscales federales presentaron cargos contra tres supuestos miembros de Boogaloo con vínculos militares y presentaron acusación de participar en una conspiración para provocar la violencia en las protestas.

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